Por Sebastián Dumont.-

Sin el gobierno provincial y nacional, el peronismo bonaerense busca jefatura. Los movimientos que se producen por estas horas en el conurbano muestran un mosaico muy variado de quienes son los actores y que pretenden. Casi todos los días se envían mensajes “fotogénicos” para dar a entender que lo que viene será una discusión de abajo hacia arriba. Y que lo que algunos creen es la conducción de Cristina Kirchner o en todo caso la de Daniel Scioli, será algo a discutir. En ello también se suma la relación con el gobierno provincial, por los tan ansiados recursos para poder sostener la gestión.

La prueba del presupuesto provincial para el 2016 se ha convertido en una cabecera de playa para mostrar el juego de los jefes territoriales. Los nuevos y los más antiguos. Estos últimos tratan de agrupar y mostrarse con los más novatos. Aunque en estos existen casos con mucha experiencia en la política como es Juanchi Zabaleta, ex mano derecha de Boudou que tendrá que explicar los cuantiosos nombramientos en el senado durante su gestión como secretario parlamentario. Pero esa es otra cuestión. Tanto él como Martín Insaurralde en la tercera pretenden ser los conductores de una nueva generación de alcaldes peronistas. Su intención es ser dialoguistas con el gobierno provincial. Al menos en 2016, año de transición y clave para llegar bien a la elección de medio tiempo. Casi ninguno de ellos tiene holgada la realidad en los concejos deliberante y necesitarán aumentarla dentro de dos años.

Claro que en ese grupo se suman Gustavo Menéndez (Merlo), Fernando Grey (Esteban Echeverría) Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), y Ariel Sujarchuk (Escobar). Son los nuevos dentro del PJ. Pero no los únicos. También hay que tener en cuenta en rol de jefes comunales como Ishii, que tarde o temprano irán en busca de un rol más protagónico, no solo en la sección, sino también en el PJ provincial.

Y hay que seguir de cerca los movimientos de los alcaldes cercanos a Massa. Sobre todo a Joaquín De La Torre que es uno de los que cuentan con más fluidos diálogos con los funcionarios del gobierno provincial.

Aquí hay una clave. En la discusión del presupuesto, los intendentes pueden ganar o perder. ¿Cómo es eso? Si no se modifica el índice de coparticipación seguirán a merced de lo que quiera hacer el gobierno provincial en cuanto al reparto de las obras. Y en eso, los integrantes del Frente para la Victoria corren con desventaja. Son horas decisivas. Por eso, no resultan extrañas las constantes reuniones y fotos mostrando unidad. En un mensaje a varias bandas. Por un lado hacia adentro del PJ, y por otro, más urgente, hacia la gobernación. El territorio es el territorio. No controlarlo es un problema para cualquiera.

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