Por Carlos Tórtora.-

El descarte de Cristian Ritondo como presidente de la Cámara de Diputados por parte de Javier Milei fue prácticamente un golpe de gracia para Mauricio Macri. Éste venía de soportar el pase a las filas de LLA de Patricia Bullrich, que repite una vez más la técnica de subirse al carro del ganador y dar vuelta la página.

Ahora hay que ver qué le queda a Macri en el tablero del PRO, si tenemos en cuenta que su principal activo era presentarse como el socio del presidente electo. La mayor parte de los gobernadores de JxC también se ocuparon de enviarle un mensaje a Macri remarcando su independencia de criterio.

En suma, el expresidente está amenazado por la posibilidad de que sus filas se vayan desflecando atraídas por el llamado de los libertarios, como los 11 diputados que se marcharon con Bullrich.

Una interna de perdedores

La devaluación que está sufriendo Macri como consecuencia de su frustrado cogobierno con Milei puede sacudir el tablero del PRO. Cuando el expresidente cerró precipitadamente su apoyo a los libertarios no parece haber previsto qué pasaría si las cosas salían mal.

Ahora y a caballo de todos estos factores, una nueva amenaza se cierne sobre el maltrecho Macri. En lo que podría ser su jugada final en el PRO, Bullrich anunció que convocaría inmediatamente a elecciones internas para elegir una nueva conducción partidaria. Horacio Rodríguez Larreta vio la brecha y se prepararía para presentarse como candidato a presidente del partido amarillo. En los cálculos del larretismo, Macri, después del desastre protagonizado con Milei, no estaría en condiciones de presentarse y ni siquiera de apadrinar a nadie. Si ganara la presidencia del PRO, Larreta aspiraría a liderar la oposición de centro a Milei, dejándole la oposición de izquierda a Cristina Kirchner y Axel Kicillof.

La pelea por el control del PRO se daría en un contexto especial, porque habrá que ver hasta dónde llega el drenaje de dirigentes en dirección a LLA. Un éxito de Milei en sus primeros meses de gobierno podría directamente vaciar al PRO.

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