Por Carlos Tórtora.-

Sergio Massa y Horacio Rodríguez Larreta se parecen sin duda en que ambos disputan el electorado de centro y expresan la moderación de sus respectivas fuerzas pero se diferencian bastante en lo que hace a su posicionamiento estratégico. El ministro de economía puede operar políticamente en función de las generales de octubre, porque en las PASO del 13 de agosto sólo debe cumplir un trámite, ya que su rival Juan Grabois no representa un peligro real. En cambio Larreta vive al día. Su duelo con Patricia Bullrich le impide ver más allá de las PASO y reduce su margen de maniobra político. En síntesis, uno ya está en la primera vuelta y el otro todavía tiene que ganárselo.

Así es que el tigrense puede darse lujos como por ejemplo incidir en algunos medios para que se inclinen a favor de Bullrich. Massa quiere evitar a toda costa enfrentarse en un ballotage con su amigo Horacio, porque ambos competirían por la misma franja de votantes, con la salvedad de que este último no debe cargar con el desgaste de 4 años de gestión que sí pesan sobre el candidato de Unión por la Patria. También hay indicios de que Larreta preferiría una confrontación en segunda vuelta con Javier Milei y no con Massa. El jefe de gobierno y su entorno creerían que les resultaría más fácil doblegar al líder libertario acusándolo de llevar al país a un salto al vacío. O sea, explotar los miedos de la clase media.

Apostar a la moderación

También Massa, al igual que Larreta, apostaría a que al final predominaría la moderación; esto, en perjuicio de Bullrich, sinónimo de mano dura y confrontación, y de Milei, portavoz de una revolución económica. Esto no impide obviamente que Larreta juegue en la actual coyuntura a mostrarse como un halcón para sacarle votos a su competidora.

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