Por Guillermo Cherashny.-

El domingo pasado, en el programa de televisivo de Luis Majul, el presidente tuvo una noche desafortunada en ese reportaje. En efecto, al preguntarle el periodista sobre su padre, dijo que «había cometido delitos con las actividades extorsivas de los Kirchner». Este error es de una gravedad inusitada porque, si bien dijo que «si no se pagaba no daban obras públicas», lo hizo partícipe a su padre, a su hermano Gianfranco desde el 2003 en adelante y quizás a él mismo, si integró el directorio de SOCMA hasta el 2005, cuando fue electo diputado nacional. Su hermano Gianfranco fue citado a indagatoria por Bonadío por los peajes de Autopistas del Sol y Franco Macri no pudo declarar por su grave estado de salud. Pero si su padre cometió delitos, su hermano Gianfranco -que maneja la empresa familiar- los cometió también. Es más, Gianfranco declaró en el blanqueo 650 millones de pesos cuando el dólar estaba a $ 16, por lo cual podría ser dinero de coimas y no de evasión impositiva, como permitía el blanqueo.

No faltarán en estos días varias denuncias impugnando la sucesión de Franco Macri, porque su hijo el presidente lo ubicó como partícipe de defraudación al estado en carácter de asociación ilícita.

Por otra parte, el gobierno y sus acólitos criticaron a la ex presidente por utilizar un video cinematográfico para describir la enfermedad de su hija Florencia, que está en Cuba. Pero al usar la reciente muerte de su padre para mostrarse como un político transparente -como lo aconsejaba Elisa Carrió- demuestra que usa a la familia como la ex presidente. O bien fue un consejo de Jaime Durán Barba para comenzar la campaña electoral y mostrase como un luchador contra la corrupción, a diferencia de los Kirchner, que están juzgados en los tribunales en varias causas de la corrupción de los últimos doce años.

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