Por Carlos Tórtora.-

JM hizo sin duda un gran esfuerzo para mostrarse sereno después de que el Senado rechazara el DNU 70/23. Apeló entonces al razonamiento de que lo ocurrido era previsible y existen buenas posibilidades de que el decreto sea aprobado por los diputados. Es que la situación era demasiado grave como para sobreactuar.

Sin embargo, las consecuencias de lo ocurrido en el Senado son varias e importantes. La primera, que ya admitió el presidente, es que las conversaciones para tejer el Pacto de Mayo entraron en un freezer porque el gobierno plantea ahora dos precondiciones para avanzar: que se sancione la nueva ley ómnibus y que se apruebe el DNU en Diputados.

En esta cámara, la balanza la inclinan los votos del bloque de la UCR y no es de extrañar entonces que Rodríguez Loredo esté en diálogo permanente con Guillermo Francos.

Otro punto es que, si el gobierno consigue aprobar el DNU en Diputados, se diluye el riesgo de que la Corte Suprema falle por la inconstitucionalidad del DNU. Y más por cuánto días atrás Horacio Rosatti aludió directamente al tema diciendo que la política debe resolver las cuestiones políticas y no transferírselas a la justicia.

En otro orden de cosas, impresionó en el mundo político que el rechazo al DNU sumara 42 senadores, muy cerca de los dos tercios que exige la Constitución Nacional para tramitar un juicio político.

Por último, el reperfilamiento de Victoria Villarruel como garante de la institucionalidad republicana es visto en el entorno presidencial como una amenaza directa.

Las precauciones

Algunas cosas van trascendiendo acerca de cómo se moverá la Casa Rosada ante el tratamiento del DNU en Diputados. Para empezar, Martín Menem sólo convocaría a la sesión por el tema una vez que el gobierno tenga el triunfo asegurado. Mientras tanto dilatarla la sesión todo el tiempo que sea necesario. En otras palabras, que la Cámara baja se paralizaría hasta que el tema esté definido.

En segundo lugar, el gobierno estaría preparando un paquete de recortes de gastos que afectarían seriamente a las provincias para el caso de que el DNU sea rechazado.

Siempre en esta hipótesis, si hay rechazo, el presidente no descarta protagonizar una movilización masiva de apoyo a su persona.

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