Por Rodolfo Patricio Florido.-

Todo le está saliendo mal. A su Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, cada día se le compromete más su futuro tribunalicio y si no logra la Gobernación todo será cuesta abajo en la rodada. De hecho, todas las encuestas están mostrando que María Eugenia Vidal (CAMBIEMOS-PRO) le está sacando una diferencia de entre 3 a 5 puntos. O sea, está cosechando votos peronistas que en las PASO votaron a Julián Domínguez.

Es como si hubiese una suerte de fórmula Alperovich/Manzur-Fernández que es un saco de piedras sostenido por la Presidente y por Scioli. Por la Presidente porque ella los bancó desde el principio, especialmente a Aníbal Fernández que es su Jefe de Gabinete, lo que implicó que el pseudo candidato del Papa (Julián Domínguez), o por lo menos el que no está sospechado de relaciones non sanctas con el narcotráfico, terminara perdiendo la compulsa y dejando a Scioli figurativamente parado solo en la puerta trasera de Santa Marta esperando una reunión, un cariño y una bendición que no sucedería.

No son pocos los periodistas y políticos que hablan de que el Papa se sintió traicionado. No porque él tuviera un candidato excluyente sino porque la plancha política de Scioli no traccionó el intento de Domínguez por construir una formula menos sospechada de ser parte del problema de inseguridad y propiciadora de la liberación del consumo antes que la confirmación de Aníbal “la morsa” Fernández lidere un proyecto en Buenos Aires con síntomas de complicidad antes que de soluciones.

Es como si el teflón que hacía que a Cristina y Scioli no se le pegaran los efectos de ninguno de los errores o denuncias sobre el oficialismo se les hubiera rayado.

Encima, los errores como el de Scioli viajando en medio de las inundaciones y volviendo a las desesperadas -casi peor que haberse ido- se multiplican. Y, como si esto fuera poco, está presionado por la Presidente para intentar remontar la campaña de Aníbal Fernández en lo que descontaban iba a ser un triunfo seguro en la Provincia de Buenos Aires. Hoy por hoy, no sólo no es seguro sino que los números están favoreciendo a María Eugenia Vidal y con esto, en lugar de Scioli traccionar a Aníbal, Aníbal termina siendo un saco de piedras en el agua, saco que Scioli no puede sacarse de encima sin generar un desmadre de su tropa kirchnerista de paladar negro.

Así, Cristina culpa a Scioli por la falta de crecimiento; mientras que Scioli culpa a Cristina por estar encorsetado -voluntariamente por cierto- a un kirchnerismo que le da una base fuerte pero un techo muy estrecho.

En el medio de todo esto, un tema menor pero de fuerte impacto comunicacional y popular comenzó a aparecer en el peor momento. El multiprocesado Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, se puso de novio y no se le habría ocurrido mejor cosa que, en medio de una inundación, irse a bucear con su nueva novia mexicana. O sea, todos los condimentos para que las redes sociales se hagan un picnic. Una historia de amor y turismo de buceo durante una inundación. En momentos en que la política farandulizada ocupa la atención de los medios y la sociedad, este desacierto político del vicepresidente expuso nuevamente un flanco más desde donde atacar sin necesidad de hacerlo. Las redes sociales y su humor áspero se encargaron luego de ridiculizarlo.

Es más que obvio que a Boudou lo estaban escondiendo para que su deshilachada imagen no genere más daños y… ¿justo se le ocurre irse a bucear la semana pasada con novia nueva? Si quiso pasar desapercibido se equivocó, los medios nacionales lo publicaron ayer pero los medios regionales lo informaron hace tres días (ver http://lu17.com/madryn/amado-boudou-en-madryn y http://www.elchubut.com.ar/nota/138816)

Lo cierto es que los errores se multiplican y el efecto en las encuestas preelectorales no se hace esperar. La última de la empresa Polldata presidida por Celia Kleiman (ex esposa del también encuestador Hugo Haime) a quienes muchos llaman “una estrella en ascenso” dio a conocer el resultado de los datos recabados hasta el 30 de agosto y comienza a mostrar una tendencia preocupante para el gobierno nacional. Scioli no avanza, es más decreció 1 punto (pasó de 38,4 a 37,5) mientras que Macri creció 1,6 puntos (pasó de 30 puntos a 31,6) y Massa se sostiene con un 20%.

Al mismo tiempo muchos archivos antes olvidados comienzan a aparecer nuevamente y obviamente no faltó el recordarle a la Presidente Cristina Fernández que ahora apoya el proceso electoral de Tucumán, que en Marzo del 2003, siendo Senadora y ante la quema de urnas en Catamarca del por aquel entonces Luis Barrionuevo pedía la expulsión de su colega Senador y la intervención de la Provincia con estas palabras: «Se han acompañado numerosas pruebas en el expediente en materia de video y publicaciones. Tenemos una foto que muestra al senador Barrionuevo con una urna en la mano. Hemos podido probarlo en la comisión con fotos. Puede verse con toda claridad que las urnas que se queman son las del día de la elección. Inclusive hay testimonios en el expediente que así lo acreditan»… “una urna es por sobre todas las cosas el símbolo vivo de la democracia. Es el lugar donde se deposita la voluntad popular. La razón por la cual nosotros estamos sentados aquí es el voto popular. Ya perdió importancia si eran o no de la interna. Yo quiero que ustedes me digan si es posible que esto pueda suceder… «También están las imágenes que vieron los treinta y siete millones de argentinos. No hacía falta ser senador de la Nación para saber estas cosas y verlas. Bastaba encender la televisión o la radio el 2 de marzo, y hacerse cargo cada uno de lo que tenga que hacerse cargo en esta historia».

«No es un problema de peronistas o de radicales. Es un problema de si estamos dispuestos a hacer respetar las instituciones. Se equivocan los que creen que defendiendo a Barrionuevo están defendiendo al peronismo. Se están demoliendo las instituciones. «Por estas consideraciones y pruebas que están incorporadas en el expediente es que la Comisión de Asuntos Constitucionales solicita la exclusión de José Luis Barrionuevo del Senado de la Nación».

Eran otros tiempos, Cristina no era Presidente, Barrionuevo no era su candidato. Qué lejos parecen haber quedado las razones de aquellas sus palabras.

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