Por Armando Ribas.-

La reciente devaluación del yuan habría producido una preocupación de los países industriales respecto a su efecto sobre sus respectivas economías. Aun según la información al respecto se creería que la China pretende una guerra de divisas. Al respecto el Banco Central de China anunció que no habría más devaluaciones. Desde nuestro punto de vista la China no pretende un enfrentamiento con Occidente, y menos aun con Estados Unidos. En los últimos años la China ha obtenido un apreciable superávit comercial con Estados Unidos y consecuentemente se ha convertido en el mayor comprador de bonos americanos.

El análisis de la situación monetaria es complejo pues gran parte de la información respecto a los niveles de devaluación difieren. En primer lugar debemos tener en cuenta que según la información del FMI en el 2007 el tipo de cambio era de 7,30 yuanes por dólar. A fines del 2014 se habría revaluado a 6,10 yuanes por dólar. Es decir, una revaluación del 19%. En ese mismo período la inflación en Estados Unidos alcanzó al 16,6% en tanto que la china fue de un 25,1%. Consecuentemente la paridad cambiaria en el 2014 respecto al 2007 habría sido de 7.80 yuanes por dólar. O sea que la revaluación, en términos reales, habría alcanzado al 22%.

En el 2015, según la información del FMI el tipo de cambio alcanzó a 6,11 yuanes por dólar. De acuerdo a la reciente información respecto a la devaluación del yuan el tipo de cambio habría alcanzado 6,45 yuanes por dólar. O sea que se ha estimado que la devaluación alcanzó al 4,6%. De conformidad con la información del FMI el tipo de cambio nominal respecto al nivel del 2007 estaría revaluado en un 12%. Es decir que podemos estimar que en agosto del 2015 la revaluación del yuan en términos reales habría alcanzado al 17% aproximadamente.

Aparentemente la economía china está enfrentando problemas y según parece es difícil que este año crezca un 7%. Por supuesto que los problemas de la economía china afectan en alguna medida a la mundial. Pero debemos tener en cuenta igualmente que los actuales problemas de las economías del mundo desarrollado y de América Latina son producto de los errores de políticas económicas internas. Por esa razón en los últimos tiempos el crecimiento de la economía china ha sido un factor favorable a la economía mundial. Consecuentemente, una caída de la economía china es lo que más perjudicaría a Occidente y no la relativamente baja devaluación del yuan que ha tenido lugar. Considerar esta devaluación una guerra de monedad es una falacia, pues esa batalla no beneficia a nadie. Por su parte la economía americana parece estarse recuperando y de acuerdo a The Economist en el 2015 crecería un 2,4%. No parece ser el caso de la Unión Europea así como tampoco de los principales países de América Latina tales como Brasil, México, Venezuela y Argentina.

En cuanto a la situación china en el mundo voy a insistir en la necesidad de cambiar el enfoque tradicional de la política internacional. Con el surgimiento de las armas nucleares se produjo en el mundo el resultado previsto por Alberdi cuando dijo: “Indudablemente las guerras serán más raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y suscitan”. Por esa razón la guerra fría no pasó a ser la tercera guerra mundial. La otra percepción que se está poniendo de manifiesto es la aceptación del pensamiento de David Hume respecto a la relaciones internacionales y escribió: “La riqueza de tus vecinos no te perjudica sino que te beneficia”. Evidentemente la decisión de Estados Unidos de restaurar las economías de Alemania y Japón al terminar la Segunda Guerra Mundial se basó en ese criterio.

Hoy en China, como antes dijimos, la mayor parte de sus exportaciones van a Estados Unidos, por tanto no es previsible que pretenda un enfrentamiento de monedas. Toda la teoría vigente del anti imperialismo no es más que un subterfugio demagógico en la lucha por el poder político interno. En un artículo reciente The Economist sostiene que Confucio no era comunista y que hoy Xi Jimping ha dado pruebas de su admiración y respeto por el filósofo que se adelantó a Aristóteles unos 200 años. Así Confucio se ha apoderado de la política china en tanto que en Occidente parece prevalecer Marx vía Eduard Bernstein. O sea, mediante la demagogia democrática de la social democracia. La izquierda como bien sostiene Thomas Sowell se ha apoderado de la ética de la igualdad para alcanzar el poder político, socialismo y populismo mediante.

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