Por Alexis Di Capo.-

Durante las últimas semanas la renegociación de la deuda ocupó en forma excluyente los primeros titulares de los medios y hasta monopolizó la agenda de la gira europea de Alberto Fernández. A Juntos por el Cambio se le hacía difícil en este contexto plantearse un rol opositor claro al no poder diferenciarse sustancialmente del gobierno en sus posturas sobre la deuda.

El panorama cambió en los últimos días gracias a dos ejes. El primero es la determinación del gobierno de subir 3 puntos a las retenciones al agro y el segundo el proyecto de ley de reforma de la jubilación de los jueces.

Tanto el PRO como la UCR y desde ya la Coalición Cívica sintonizaron ahora sí con mayor comodidad un mensaje opositor políticamente rentable. Las entidades representativas del agro tienen sus raíces políticas en la UCR o en la franja social más adicta al PRO y lo que se está recreando entonces es una alianza natural semejante a la que se vio durante la crisis del 2009. En cuanto a las jubilaciones en la Justicia, la oposición parece haber encontrado un buen caballito de batalla en el argumento de que, si se aprueba la ley, renunciarán muchos jueces para eludirla y el gobierno ampliará entonces su presencia en la Justicia a través de la designación de nuevos magistrados. La supuesta lucha para preservar la justicia de su cooptación por el Ejecutivo es una bandera que continúa las batallas dadas contra el cristinismo hasta el 2015. La diferencia es que ahora el discurso moderado de Alberto Fernández priva a los macristas de un blanco fácil de atacar y sobre todo ahora que la vicepresidenta se caracteriza por su economía de la palabra.

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