Por Carlos Tórtora.-

Los números una vez más hacen la diferencia. El haber ganado Javier Milei el ballotage por nada menos que 12 puntos, produce efectos políticos distintos. Milei emerge con más poder propio y esto se notó en su discurso de anoche, en el que subió al escenario sólo a su hermana Karina, dejando en claro por dónde pasará la línea del poder en su gobierno.

Segundo dato: le agradeció el apoyo recibido a Mauricio Macri y Patricia Bullrich pero no dijo una palabra acerca de la participación del PRO en su gobierno.

Tercero: usó una frase típica de Juan Domingo Perón: «Dentro de la ley todo, fuera de la ley nada».

Por último, fue obvio que quiso modular en modo presidente, abandonando casi por completo su tono de arenga tradicional. Ahora deberá soportar dos embestidas, la de Macri a la búsqueda de espacios en el gobierno y la de una economía al borde del descontrol.

La huida de Massa

Pero los números de ayer tienen su efecto sobre Massa, porque lo dejan expuesto a una contraofensiva de Cristina Kirchner, que empezaría durante su visita a Italia. Luego de la ilusión del liderazgo del tigrense, lo más probable es que la dirigencia peronista se refugie en el kirchnerismo duro. Con Massa dando un paso al costado, el eje del poder peronista es Cristina y Axel Kicillof. El pedido de licencia de Massa como ministro busca sin duda que Milei pague los platos rotos de la transición, que promete ser inolvidable.

Por último y menos importante, el PRO ya entraría en su ruptura formal, porque Horacio Rodríguez Larreta le declararía la guerra frontal a Macri.

En síntesis, que la transición no será un tránsito ordenado entre dos administraciones sino el fluir de una crisis por momentos incontrolable.

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