Por Sebastián Dumont.-

El peronismo bonaerense, representado mayoritariamente en los intendentes del conurbano, busca su rumbo. Desde que muchos asumieron en diciembre o renovaron sus mandatos, no han parado de hacer gestos para mostrarse unidos y, sobre todo, convertirse en la “renovación” del PJ. En ese camino, la duda está vinculada en quiénes serán las figuras nacionales que puedan encarnar la posibilidad real de volver lo más rápido posible al poder. El cristinismo en crisis y la aparición de nuevos actores.

Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa parecen encaminarse en ser los hombres que se podrán al frente de las nuevas batallas renovadoras del peronismo. Seguramente más el salteño que el líder del frente renovador para ese trajín. Por lo visto, Massa prefiere seguir enmarcado en su construcción de la avenida ancha del medio que podría confluir, incluso, con Margarita Stolbizer y sectores del socialismo en 2017.

Por su parte, el gobernador de Salta, ahora mediatizado por su noviazgo con la actriz Isabel Macedo, busca tender puentes con los nuevos y viejos barones del conurbano. Sus espadas son, como lo adelantamos hace tiempo, dirigentes como Martín Insaurralde en Lomas o Gustavo Menéndez en Merlo. No quiere decir que ambos intendentes estén trabajando para este espacio, sino que el Urtubey buscaría por ese lado.

En esta historia, también se pone en juego el rol de los jefes comunales cercanos a Massa. Si bien el tigrense asegura que la relación con los que pertenecen a su espacio está “diez puntos”, habría que seguir de cerca los movimientos de algunos de ellos en estas últimas semanas. Un caso es el de Joaquín De La Torre, quien mantiene lazos con todos los sectores en pugna. Está en el Frente Renovador, pero también tiene diálogo fluido con Cambiemos y suele reunirse con los intendentes del PJ que armaron el nuevo grupo de los 8.

Las especulaciones son muchas. Casi es seguro que nadie quiere llevar el sello del FPV el año que viene y trabajan para eso. Hay excepciones, como Jorge Ferraresi y Juan Patricio Mussi. De ese nuevo armado podría beneficiarse Juan Manuel Urtubey para proyectar su figura hacia el 2019. Siempre y cuando Massa no decida meterse en el barro de la interna peronista.

Hay observadores que analizan cierta ventaja de Urtubey sobre Massa para el futuro. Mientras el gobernador no está obligado a poner el cuerpo de lleno el año que viene en las elecciones de medio tiempo, a Massa no le que queda otra que jugar y ganar. De lo contrario, todo lo que construyó podría tambalear. Y aun así, eso no es garantía de nada. Ha quedado demostrado que las elecciones intermedias no garantizan éxito seguro para las contiendas ejecutivas, donde suele producirse la polarización.

Estos esquemas que se arrojan en las mesas políticas del conurbano están atados a diversos factores que vendrán en el futuro. Pero no hay dudas de que ya la mente de los políticos se enfoca en 2017. La pelea ya empezó. Tan sólo hay que observar las múltiples escenas fotográficas que circulan por estas horas.

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