Por Carlos Tórtora.-

El Plan Otoño que anunció el gobierno para paliar la inflación tendría múltiples efectos internos. Por ejemplo, Mauricio Macri les habría pedido a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta que en los próximos días salgan en los medios para defender las medidas y expresar su confianza en los resultados. Algo que no les resulta fácil a ellos, desde el momento que los principales analistas económicos descreen que vaya a haber resultados importantes. Es que, una vez más, los tiempos no le cierran a Macri. Deberá empezar oficialmente la campaña electoral a los dos meses y medio de iniciado el Plan Otoño, cuyas deficiencias quedarían en evidencia por la misma fecha.

Volviendo a la gobernadora, ésta se estaría preocupando cada vez más por su horizonte electoral. El Decreto 259 que la semana pasada dictó Macri, al prohibir con pocas excepciones las colectoras, le dio cierto alivio a Vidal, temerosa de que el peronismo unifique su candidatura a gobernador, colgando la boleta de éste de varios candidatos a la presidencia, CFK, Roberto Lavagna, etc.

El decreto 259 fue un gesto de reciprocidad con la decisión de Vidal de hace dos meses de no desdoblar la fecha de las elecciones provinciales.

Cuando el ballotage no alcanza

Pero los riesgos están muy lejos de terminarse con el decreto en cuestión. Con los números como están hoy, el único camino que le quedaría al presidente para conseguir su reelección consistiría en que, luego de la primera vuelta, los mercados reaccionen duramente con la posibilidad del retorno de CFK y se produzca entonces en el ballotage un vuelco que le permita a Macri ganar aunque sea por un pequeño margen. El problema mayor de esta estrategia es justamente para Vidal, porque en la primera vuelta Cambiemos quedaría varios puntos atrás de Unidad Ciudadana. Si se traslada a Buenos Aires, esta diferencia le podría hacer perder la gobernación a Vidal, ya que allí no hay ballotage. Así las cosas, que Macri consiga a último momento doblegar a Cristina no implicaría necesariamente que Vidal sea reelecta. Podría repetirse lo ocurrido en el ‘99, cuando Graciela Fernández Meijide perdió la gobernación ante Carlos Ruckauf mientras Fernando de la Rúa ganaba la presidencia.

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