Por Guillermo Cherashny.-

Ayer se formalizó la mesa política de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, integrada por el PRO, UCR, FE y la Coalición Cívica.

El ministro de comunicación, Federico Fernández, hombre de Marcos Peña, informó que la gobernadora María Eugenia Vidal tiene el 67% de imagen positiva, bastante arriba de Sergio Massa y del presidente Macri, aunque no se conocieron bien los números.

Esta encuesta contrasta con una consulta «fantasma» de un desconocida empresa -Barómetro social, conocida también como Dicen-, que fue presentada por el periodista Roberto Navarro en su programa El Destape el domingo pasado, donde Cristina y Scioli tienen mejor imagen que Sergio Massa y el presidente Macri y, en intención de voto para senador, dicen que CFK-Scioli tienen 37%, Massa-Stolbizer 23% y Carrió-Jorge Macri 23%.

Obviamente, esta encuesta anónima es poco creíble, en tanto la del oficialismo que le da a Vidal el 67% parece un poco abultada aunque, si se le suma a la imagen muy buena, buena y regular, es muy posible que la gobernadora esté en esos números. Pero el problema está en si esa imagen positiva se la puede transmitir a quienes sean los candidatos de Cambiemos en las elecciones de los senadores nacionales por la provincia.

El otro dato importante fue la ausencia de Emilio Monzó, quien fuera intendente de Carlos Tejedor en la cuarta sección electoral y que fue excluido, por lo cual se confirma que está enojado por ese desplante en el que sí estuvieron Marcos Peña y Rogelio Frigerio, que no son bonaerenses como la mayoría de los funcionarios provinciales. De todas formas, la cuestión principal es si la economía vuelve acrecer y si llega a la gente. En ese sentido, la predicción de un rebote de la economía del 5% del economista Miguel Bein, quien asesoró a Scioli en las presidenciales, le daría un argumento fuerte al oficialismo de cara esas elecciones claves en el distrito electoral más importante del país, donde el gobierno debería ganar sí o sí.

Nadie duda que cambiemos obtendrá a nivel nacional arriba del 30%, que lo consagraría como primera fuerza a nivel país, ya que el peronismo va dividido con seguridad y, aunque el FR-UNA ganara en Córdoba y Buenos Aires, Cambiemos sería igual la primera fuerza.

Volviendo a la provincia de Buenos Aires, ya dijimos que el gobierno necesita ganar. En cambio, Sergio Massa intentará lo mismo pero, aunque salga segundo, delante de los intendentes jóvenes y del kirchnerismo también se posiciona para el 2019. Si se diera que Cambiemos entra primero en provincia y Massa segundo, seria una buena señal para que los inversores internacionales no sólo pongan sus ojos en la Argentina sino que se decidan a invertir.

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