Por Sebastián Dumont.-

Vidal consolida el “vidalismo”. Los cambios que trascendieron que vienen en el gabinete de la provincia de Buenos Aires muestran la reafirmación de los acuerdos propios de la gobernadora y la necesidad de una mayor atención política en los territorios de cara a las elecciones del año que viene. La salida de Edgardo Centón era un dato conocido. El ascenso de Federico Salvai al cargo de Jefe de Gabinete no sorprende, y la llegada de Joaquín De La Torre al ministerio de Gobierno es la consecuencia del objetivo por el cual había sido incorporado en su momento al gobierno provincial.

La imagen que tiene Vidal, relajada en todas las encuestas, ahora debe ser ratificada en votos el año que viene. Y para eso se prepara la gobernadora, quien con una nueva movida del gabinete le da más color peronista a su estructura. Federico Salvai asumirá como Jefe de Gabinete, un cargo que no está en el actual organigrama y que antes ostentó Alberto Pérez, hoy seriamente cuestionado por la justicia.

Los observadores de la política bonaerense coinciden en que Salvai es la mano derecha de Vidal, pero que le costó establecer lazos políticos, sobre todo con los difíciles barones del conurbano. De todas maneras, se puede leer como un ascenso este cargo, ya que además se sacará de su responsabilidad la relación política.

Para eso parece haber llegado en su momento Joaquín De La Torre. El ex intendente de San Miguel en los pocos meses que lleva como Ministro de la Producción no ha pasado un día sin visitar un intendente.

Será con seguridad la misma tarea que emprenderá ahora, donde no se espera que abunden pases, pero sí la posibilidad de consolidar un esquema que le permita al oficialismo llevar adelante su objetivo electoral.

Una de las carencias que siempre le criticaron a Scioli era que no tenía a nadie que se sentara a hablar de política con el intendente. Vidal no quiere repetir la misma historia.

Con estas movidas, la gobernadora se recuesta sobre sus propios acuerdos. De La Torre es uno de ellos, y Salvai, sin duda, su mano derecha. Lo mismo hay que pensar con el cambio en la procuración bonaerense.

El dato es que el purismo PRO empieza a quedar de lado para sumar de cara a las elecciones otra apertura. La provincia de Buenos Aires, como el país, cuesta ser entendida sin el peronismo.

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