Por Alfredo Nobre Leite.-

Preocupa el «Incremento delictivo», editorial del diario «La Prensa» del 28 del actual, que describe un panorama terrible, aparentemente incontrolable por las autoridades policiales y la Justicia, refiriéndose a: «Por su cantidad y concentración, los delitos que se suceden en localidades del conurbano bonaerense como Pilar, Moreno y Lanús, llaman especialmente la atención y permiten sospechar de la posible existencia de algo parecido a «zonas liberadas» (ténganse en cuenta que corruptas son las personas y no las instituciones), no siendo ninguna novedad la tragedia que afecta fundamentalmente a la población del Gran Buenos Aires. Es la consecuencia lisa y llana de la ausencia del Estado durante el «kirchnerato» de 12 años y medio en que abjuró de su deber de proteger a la sociedad por ideologismo y, como se sospecha también, por la corrupción y apañar al narcotráfico -la Sedronar, encargada de combatir el flagelo fue prácticamente desactivada- y se sabe que contribuyó al financiamiento de la campaña presidencial de 2007.

Esa pérfida ideología indirectamente protegió a la delincuencia, que literalmente tuvo un «bill de indemnidad» para actuar libremente, y considerar que la sociedad está obligada a sostener a quienes preferían vivir de lo ajeno. Asimismo, contribuyó a nuestro deplorable estado de inseguridad el «garantismo» mal entendido prohijado por el ex miembro de Corte Suprema y abolicionista del Código penal, Raúl Eugenio Zaffaroni, y los jueces de su escuela que, aprovechando de una legislación penal lábil y aplicándola con lenidad, liberan a peligrosos delincuentes y violadores, dejando a a ciudadanía a su merced que se protege con rejas metálicas, alarmas en sus casas y hasta se arman, mientras la calle, luego de ciertas horas nocturnas, es campo liberado para sus fechorías: asaltos seguidos de muerte, secuestros extorsivos, violaciones…

Sin perder de vista que, durante el régimen K, la Argentina de país de tránsito pasó a ser fabricante, consumidor y exportador de estupefacientes, ocupando el tercer lugar en el ranking de exportación de cocaína a Estados Unidos y Europa, tras Colombia y Brasil, pues los narcos -colombianos, bolivianos, paraguayos, peruanos, dominicanos- han sentando sus reales en las villas miseria para el negocio sangriento de mueve anualmente más 1.000 millones de dólares, corrompen y digitan cargos legislativos a nivel municipal y provincial, amén de sobornar a funcionarios públicos venales.

La escatológica herencia del kirchnerismo requiere medidas heroicas, decisivas y tenacidad para hacer frente al flagelo del narcotráfico, reformar la legislación penal permisiva y agravando las penas de prisión para que sirvan de ejemplo y se sepa que delinquir, asesinar a inocentes se paga; al tiempo que se preparen, adiestren y armen a las fuerzas de Seguridad y Policiales, bien pagos sus hombres, a fin de llevar a cabo el combate contra el crimen organizado, teniendo como propósito ulterior el de proteger a la sociedad, todo lo cual no se resuelve de un día para otro; pero el camino se hace andando.

Share