Por Carlos Tórtora.-

La protesta de la bonaerense estaba anunciada para este jueves con tres concentraciones de efectivos en el Puente 12 en la Matanza, en Mar del Plata y en Pinamar. El ministro de Seguridad Sergio Berni optó por intentar disuadir a los revoltosos sancionando a una parte de los que protestaron en diciembre pasado. Berni avanzó en sanciones a los uniformados que participaron de las manifestaciones. A los hasta ahora 400 desafectados se les imputa “hechos de extrema gravedad institucional”; “clara intención de erosionar la figura presidencial”; y “acto de insubordinación”; son algunas de las conclusiones a las que llegó Asuntos Internos para desafectar a los efectivos. Las resoluciones tienen fecha de este lunes 8 de febrero de 2021 y se dan a pocas horas de la amenaza de una nueva protesta. El cálculo del oficialismo es que el riesgo de ser dados de baja -tal es la perspectiva para los desafectados- es un factor lo suficientemente fuerte como para desarticular la protesta. Justamente lo que ahora analizan los policías revoltosos es si el gobierno está montando una purga masiva a partir de separar de la fuerza a los 400 de los comandos de patrullas de zona norte que participaron del cerco a la quinta presidencial de Olivos.

Puede haber un efecto inverso

Pero existe también la posibilidad de que las sanciones en marcha exacerben aún más los ánimos y profundicen la crisis. Lo cierto es que Axel Kicillof no estaría dispuesto a ceder ante los reclamos salariales de la bonaerense, los que podrían disparar una catarata de reclamos de los gremios estatales. Berni, con su particular estilo, se propone ahogar la protesta utilizando la mano dura.

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