Por Hernán Andrés Kruse.-
LA VISIÓN COMUNITARIA SOBRE LA TOLERANCIA
Al revisar la propuesta política de Michael Walzer este autor señala que “La tolerancia hace posible la diferencia; la diferencia hace necesaria la tolerancia”. En su obra Tratado sobre la tolerancia este autor describe, al igual que Thiebaut, que la tolerancia vista como una virtud permite la convivencia armónica entre culturas distintas, que las diferencias deben permitir que se tomen en consideración puntos de vista distintos, sin que ello represente un conflicto o un enfrentamiento. La preocupación de Walzer es la práctica de la tolerancia cuando se consideran diferencias culturales o religiosas y se relacionan con diferentes modos de vida, cuando “los demás no son copartícipes y no hay un juego común ni una necesidad intrínseca de diferencia”, considerando a la tolerancia como una actitud. En su libro Tratado sobre la tolerancia Walzer hace una distinción entre cinco actitudes mentales de tolerancia frente al otro grupo cultural como lo son la resignación, la indiferencia, el estoicismo, la curiosidad y el entusiasmo. Como aporte significativo amplía el espectro en el ejercicio de la tolerancia desde la mínima actitud como es la resignación (tollerare) hasta el entusiasmo por el otro y sus ideas (tálanton). Por lo tanto, redimensiona el concepto para ajustar su ejercicio político a las sociedades multiculturales complejas.
Un rasgo importante que quiero destacar y que comparto con este autor es que no es necesario que esta virtud se practique de una manera particular, ni en una misma escala, y esto representa desde el punto de vista práctico una ventaja, ya que demuestra que podemos coexistir con la diferencia, aplicando esta virtud bien sea en mínima o máxima escala. Señala que el problema de la tolerancia se relaciona directamente con la actitud que se asume frente a los grupos culturales y no frente al individuo, de hecho en sus escritos enuncia que “es muy posible que los derechos individuales estén en la raíz misma de toda forma de tolerancia”. Los individuos cuando se encuentran de manera dispersa se van a centrar en la consecución de sus propios intereses, más que en la actuación en el ámbito político, siendo esas diferencias las condiciones necesarias para el desarrollo humano.
Para Walzer uno de los temas más importantes de la filosofía actual a la crítica a la desigualdad producto de las doctrinas neoliberales, que en vez de minimizarlas las han más bien potenciado, creando brechas en espacios que no las poseían, abriendo así nuevos espacios para la aparición de prácticas intolerantes. Para él, en un mundo donde el multiculturalismo desempeña un papel verdaderamente central, la tolerancia se presenta no sólo como una práctica imprescindible, sino también como un problema éticopolítico al que toda reflexión filosófica interesada por la realidad social no puede renunciar; así lo muestra al enunciar que: Las formas de coexistencia nunca se han debatido con tanta amplitud como en la actualidad, porque la inmediatez de la diferencia, el encuentro cotidiano con la otredad nunca se ha experimentado en tan alto grado… “Quizá sintamos la tentación de formular una respuesta única. Incluso encuentros e intercambios enormemente singulares se diferencian necesariamente, cuando en ellos intervienen grupos de personas diferentes y cuando se evalúan por parte de quienes tienen diferentes historias y expectativas. La experiencia viene siempre, necesariamente, mediada culturalmente, y tengo la intención de respetar la diferencia producida por tal mediación. Así pues, sugeriré mi propia visión de cómo deberían ser las cosas, de cómo se podría conseguir mejor la coexistencia pacífica, refiriéndome a mi propio tiempo y lugar, a mi propia realidad”.
La forma como se aborda la práctica de la tolerancia en las sociedades multiculturales es ampliamente desarrollada en la obra de Walzer. Este autor no solamente discute filosóficamente las dificultades que las sociedades multiculturales presentan a la hora de tener prácticas tolerantes, sino que aborda cómo se llevan a cabo esas prácticas tolerantes en los distintos regímenes políticos, ampliando la discusión más allá de un problema meramente subjetivo o de interpretación; la tolerancia no es una virtud borrosa o poco práctica, al contrario, la considera fundamental para las sociedades plurales al momento de plantearse, como lo señala Richard Zapata-Barrero, quién está dentro y quién está fuera de la comunidad política, y la forma como interactúan las relaciones políticas, sociales y económicas que se generan a partir de allí. Como punto de partida para demostrar el ejercicio de la tolerancia en los diversos ámbitos políticos, Walzer realiza una caracterización. Este aporte es, a mi juicio, el más innovador dentro de su obra, ya que representa un análisis no sólo del sujeto que por distintas razones se desplaza, sino del sistema mismo que le da acogida de una u otra forma y lo inserta en su realidad política, permitiéndole una actuación en ella en mayor o menor grado según sea el caso.
La clasificación que aporta partiendo del modelo político e insertando la práctica tolerante dentro de éste, da como resultado lo que denomina los cinco “regímenes” o modelos de sociedades tolerantes: el imperio multinacional, la comunidad internacional, las confederaciones, los estados nacionales y las sociedades de inmigrantes. Cuando este filósofo contemporáneo delimita una noción de tolerancia, considera tanto las diferencias culturales como las religiosas y las relaciones entre éstas con los diferentes modos de vida, propone una explicación más estricta, respaldada en la idea de que la tolerancia debería implicar respeto mutuo. A la luz de ella, analiza algunos de los principales conflictos de las sociedades multiculturales relativos a diferencias de clase, género, religión, educación y –especialmente– religión civil.
Para Walzer cuando la tolerancia se extiende a grupos con diferentes historias y culturas, se hace necesario algún tipo de diferenciación legal y política, mostrando nuevamente que la tolerancia ha dejado atrás el ámbito histórico-religioso para fortalecerse en el ámbito político. Los ciudadanos europeos, por ejemplo, en su tránsito por las distintas regiones de la Comunidad, no sólo llevan consigo sus nuevos derechos, sino también sus religiones y culturas. Esto supone el establecimiento de nuevas ideas y formas de tolerancia.
Este modelo es uno de los más complejos, ya que estos Estados-nación van a estar sometidos a las tensiones que implica el multiculturalismo. También es importante señalar que dentro de su planteamiento el poder juega un papel determinante en el entorno de la tolerancia, ya que “tolerar a alguien es un acto de poder; ser tolerado es una aceptación de la debilidad.” Uno de los caminos para lograr mejoras en esa práctica de la tolerancia es el respeto mutuo, y Walzer afirma que “a veces la tolerancia funciona mejor cuando las relaciones de superioridad e inferioridad política están claramente delimitadas y se reconocen comúnmente”.
De igual manera señala que, independientemente del régimen de tolerancia al que estemos sometidos, es irrefutable que la educación juega un papel fundamental en la formación de ciudadanos más tolerantes frente a las comunidades multiculturales que cada día son más extensas, y así lo señala al afirmar: “Pero el multiculturalismo… intenta utilizar las escuelas estatales para fortalecer las identidades amenazadas o devaluadas. El objetivo no consiste en enseñar a los otros niños lo que supone ser diferente en cierto sentido, sino en enseñar a los niños que se supone que son diferentes a que sean diferentes en la forma adecuada… En este caso el pluralismo se da solamente en el sistema considerado globalmente, y no en la experiencia de cada niño, y el Estado debe intervenir para obligar a las diversas escuelas a enseñar los valores del liberalismo norteamericano, aunque enseñen cualesquiera otras cosas”.
En la posmodernidad ocurre un fenómeno como lo es vivir sin fronteras ni identidad propia, ya que los individuos se liberan de dichos vínculos, se desplazan y se mezclan con otros miembros de distintas comunidades provocando una diversidad multicultural enorme. Y es en éste ámbito donde la práctica de la tolerancia debe comenzar en casa, en el ámbito privado para luego ser expuesto al ámbito público debido a la aparición de familias mixtas, y otros tipos de asociaciones culturales, tal como lo señala Walzer: “El control de los grupos sobre sus miembros es más laxo que nunca, aunque eso no signifique en modo alguno que se haya roto por completo. Y el resultado de todo ello es una constante mezcla y combinación de individuos con identidades ambiguas y matrimonios mixtos, y, a partir de ahí, un multiculturalismo literal, que se observa no sólo en la sociedad en su conjunto, sino también en todas y cada una de sus familias (incluso en todos y cada uno de sus individuos). La tolerancia empieza ahora en el propio hogar, donde muchos de nosotros tenemos a menudo que aceptar étnica, religiosa y culturalmente a nuestros cónyuges, a nuestros parientes políticos y a nuestros hijos e hijas (así como nuestro propio yo dividido o de identidades yuxtapuestas)”.
La libertad individual va a ser la referencia en esta posmodernidad, se debe proteger y tolerar a cada individuo como ciudadanos del Estado; “pero al mismo tiempo necesitamos conformar regímenes de tolerancia que favorezcan a los diferentes grupos y que, quizás, incluso animen a los individuos a identificarse fuertemente con uno o varios de esos grupos”. De igual forma Walzer enuncia que debemos ser tolerados y protegidos como ciudadanos, pero también como extraños dentro de una comunidad política específica. Hay que hallar caminos para comprender esas diferencias, y la práctica de esas cinco actitudes mentales de la tolerancia nombradas anteriormente hacen ese camino más fácil de transitar. Pero es importante señalar que ese respeto a la diferencia no se hace extensivo a las prácticas opresivas dentro de los distintos grupos, así como no se puede tolerar ni el odio, ni la crueldad, ni el maltrato. Así como todo un aparato normativo respalda a la tolerancia como virtud, la internalización de la virtud a través de la formación en el hogar permitirá el desarrollo de ciudadanos más tolerantes y, en consecuencia, sociedades con una identidad común.
Para Walzer el objetivo de la tolerancia es el de “asegurar una interacción continua y una coexistencia pacífica”, sin suprimir a los demás ni a nosotros mismos. Un señalamiento final que hace nuestro autor es que no podemos quedarnos únicamente en una línea política, llámese liberal o comunitarista. El fin debe ser alcanzar un equilibrio que Walzer denomina democracia social, una doctrina política que defienda el sistema, apoye la acción estatal y consiga establecer regímenes modernos de tolerancia. El multiculturalismo debe ser, desde el punto de vista político, una fortaleza para la democracia social, que está dirigida a los individuos y no a los grupos, de carácter abierto y donde se exige que todos se toleren entre sí, ya que las acciones objetos de tolerancia son las acciones individuales. De manera que para Walzer el objetivo de la tolerancia es “asegurar una interacción continua y una coexistencia pacífica.”44 La preocupación que Walzer manifiesta acerca de la práctica de la tolerancia es cuando se consideran diferencias culturales y religiosas y distintos modos de vida. Ante estos planteamientos la democracia liberal no posee suficientes herramientas para abordar el ejercicio de la tolerancia, en vista que no toma en cuenta las diferencias individuales sino que posee un carácter universal, lo que indica que como sistema político es limitado. Para Walzer la tolerancia como concepto debe ser reinterpretado constantemente debido a lo cambiante de las sociedades actuales, lo que señala el dinamismo de dicha categoría”.
(*) Alicia Ambrosino (Universidad Central de Venezuela): “La tolerancia como virtud pública y política. Una aproximación al pensamiento de Carlos Thiebaut y Michael Walzer” (Episteme-Volumen 33-Caracas-2013).
23/10/2024 a las 11:05 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La ofensiva final de Milei contra la prensa
Joaquín Morales Solá
LA NACION
23 de octubre de 2024
Primero fue el verbo. No estamos haciendo teología, sino describiendo lo que sucedió –y sucede– entre el presidente Javier Milei y la prensa argentina. Primero fue la palabra agresiva, insultante y descalificatoria contra la prensa independiente. Eran solo palabras. A partir del lunes último, descerrajó una guerra pura y dura contra los medios periodísticos y, por lo tanto, también contra los periodistas. En efecto, y aunque el jefe del Estado publicite que los periodistas son una banda de “ensobrados”, la mayoría vive de los salarios que percibe en las empresas periodísticas donde trabaja. La inviabilidad económica de las empresas periodísticas afecta directamente a los medios y a los periodistas. El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció este lunes que los medios periodísticos, incluidos los digitales, pagarán IVA, y que, además, las empresas de cable que transmiten contenidos no tendrán la obligación de incluir en su grilla a los canales de noticias. Esta es una decisión discriminatoria, que deja en situación de extrema fragilidad a los canales de noticias que no tienen un cable que transporte sus contenidos.
Milei se define como liberal-libertario, pero debe señalarse que a estas alturas tiene muy poco de liberal y mucho menos de libertario, porque esta corriente de pensamiento no cree que el Estado le proporcione más beneficios que perjuicios a la sociedad. El antiestatismo de Milei se reduce a los enunciados; en los hechos, está usando el desmesurado poder estatal para tratar de ahogar a los medios periodísticos. Sectores internos del mileísmo vienen promoviendo el desfinanciamiento de sus adversarios, supuesto o reales, para acabar con ellos. Si se escucha bien a Milei, para él no hay peor enemigo que el periodismo. Es, sin duda, una estrategia, ya sea para polarizar frente a la opinión pública o para, como dijo Donald Trump, descalificar al periodismo independiente antes de que este lo comience a criticar. Raro: Milei nunca se refiere a los medios que verdaderamente los hostigan con la crítica permanente, que son los vinculados al kirchnerismo. Sus alusiones más ácidas están dirigidas al periodismo independiente que, inclusive, ha valorado sus logros económicos, aunque criticó también su desdén institucional. El Presidente se ha convertido en un provocador profesional, porque concede reportajes a periodistas frente a los que critica al propio medio en el que está hablando, a los dueños del medio o a otros periodistas de ese mismo medio. A nadie con un mínimo sentido del buen gusto se le ocurriría hacer algo así. Las principales víctimas son los periodistas supuestamente “amigos” a los que le dio el reportaje porque quedan maltrechos con la experiencia presidencial. A Milei no le importa. Nada le importa mucho.
Los diarios y revistas pagarán el IVA completo –21 por ciento–, si el anuncio de Adorni se cristalizara, del que habían sido exceptuados por una ley de Mauricio Macri de 2018, que, además, se respaldó en una resolución de la Corte Suprema de Justicia. Aquella vez se justificó la exención del periodismo en el pago del IVA en que era necesario promover el acceso a la información y a la cultura de todos los sectores sociales. La publicidad en los medios periodísticos, en cambio, pagó siempre el IVA que paga todo el mundo. Llevar el IVA al 21 por ciento para la versión en papel es apurar insensiblemente la agonía de los medios gráficos. Milei (o quién le arrimó la idea) fue aún más allá y dispuso que el IVA completo –el 21 por ciento– lo pagarán también las versiones digitales de los diarios o los medios que son solo digitales. Es un crimen al esfuerzo del periodismo para hacer posible, sin morir en el intento, la migración de los lectores del papel a la web; es un crimen dentro de la batalla para que el periodismo y el progreso tecnológico no resulten incompatibles. Milei entró con vocación destructiva a la modernidad en la que se juega también el destino del periodismo. Tal vez lo hace a propósito. Por qué no. Los suscriptores de medios digitales, ya sean solo digitales o las versiones de los grandes diarios y revistas, tendrán que pagar, si esta idea se concretara, un 21 por ciento más por su membresía, dinero que irá íntegro al Estado. El Estado del que descreen los libertarios; la herejía es una buen atajo cuando se trata de desarticular al presunto enemigo. Para peor, ni siquiera son ciertas las cifras que dio Adorni sobre la recaudación del Estado cuando se generalice este impuesto en los medios de prensa, si es que se generaliza. La recaudación adicional será mucho menor que la anunciada.
Si fuera cierto que Milei persigue desfinanciar al periodismo para terminar con él, entonces su figura en la historia quedará equiparada a la de Néstor y Cristina Kirchner. Estos también hurgaron todos los caminos para asfixiar al periodismo hasta terminar con él. Fueron 12 años consecutivos (las presidencias de los dos Kirchner) y no lograron nada. El presidente actual ha terminado rápidamente con el déficit fiscal. Pero la vida de un país no se reduce al superávit de la cuentas públicas, aunque se trate de una conquista significativa en una nación como la Argentina; también existen valores que son necesarios rescatar y uno de ellos es el respeto a las instituciones del país, la prensa incluida. Los recientes ganadores del premio Nobel de economía, Daron Acemoglu, Simon Johnson y James Robinson, escribieron largas tesis sobre cómo el trato a las instituciones influye en la economía. Pero no se refirieron tanto a las instituciones en general, como a las cuestiones más básicas de ellas: la protección a la propiedad privada, la seguridad jurídica, la inclusión de la sociedad y la estabilidad de las instituciones. Estas ideas que merecieron el más importante reconocimiento intelectual del mundo fueron destacadas en las últimas horas por la presidenta del reciente coloquio de IDEA, Gabriela Renaudo, quien, al igual que el titular de esa institución empresaria, Santiago Mignone, ponderó lo que Milei consiguió en la economía, pero pidió un estricto respeto institucional.
La estabilidad de las instituciones significa, en otras palabras, el respeto a las reglas del juego. Reglas del juego que se establecen, en un sistema democrático, entre el poder del Estado y los actores privados de la economía. El IVA a los diarios cambió por lo menos tres veces en los últimos años. No hay respeto posible a las reglas del juego en tales condiciones. Fernando de la Rúa lo redujo al 10,5 por ciento en 2001. Macri estipuló luego la exención del pago de impuesto al valor agregado para los medios periodísticos, y ahora Milei lo reinstala en su totalidad y también lo amplia a los medios digitales. El Gobierno es contradictorio, además. Cada vez que se le pregunta por qué sobrevive el régimen de exenciones impositivas de Tierra del Fuego, la respuesta consiste en que existen los famosos derechos adquiridos. Los mismos derechos adquiridos que le son respetados a Cristina Kirchner para que cobre la dos jubilaciones, la de su esposo y la de ella, en el marco del régimen especial de jubilaciones para expresidentes. El principio de los derechos adquiridos existe para todos, entonces, menos para los medios periodísticos. Las reglas del juego se les respetan a todos los sectores de la economía, menos a las empresas del periodismo. Mientras tanto, siguen sin pagar IVA las otras actividades incluidas en aquella ley de Macri: la elaboración y venta de libros, el fútbol y los espectáculos, entre varias más. La contradicción es doble: Milei prometió en campaña electoral que bajaría los impuestos. Los está reinstalando. No hay mejor prueba de que su objetivo no son las cuentas públicas, sino saldar sus broncas con la prensa.
¿Por qué tanto relativismo cuando se habla de la posibilidad –o no– de que se concrete este anuncio? Como se señaló, la decisión que se modificará formaba parte de una ley debidamente aprobada por el Congreso durante la gestión de Macri; esa ley se respaldaba en algunos lineamientos que la Corte Suprema había escrito en varias resoluciones, en las que puso especial énfasis sobre la responsabilidad de los gobernantes de garantizar la sobrevivencia de los medios periodísticos. No hay sobrevivencia de medios, sin duda, si carecen de recursos económicos. Al ser una ley del Congreso, su modificación debe hacerse con otra ley del Congreso. Si bien funcionarios oficiales anticiparon que efectivamente se hará mediante una ley que la administración de Milei enviará al Congreso, debe señalarse que tal procedimiento no es una concesión del Gobierno, sino su obligación. Los decretos de necesidad y urgencia, por ejemplo, no pueden legislar sobre cuestiones impositivas.
El artículo 99 de la Constitución, en su inciso 3, dice textualmente que los DNU son posibles, bajo estrictas condiciones que nunca se cumplen ni se cumplieron, siempre que “no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o de régimen de partidos políticos”. Es decir que una cuestión tributaria, como es modificar una ley que dispuso exenciones impositivas a medios periodísticos, no puede estar dentro de un decreto de necesidad y urgencia. Pero, ¿qué sucederá en el Congreso? ¿El peronismo kirchnerista votará al lado de Milei solo por el viejo rencor contra la prensa independiente? ¿Macri valorará su precedente, el que exceptuó del pago del IVA a los medios, y será consecuente con su pasado en la votación? ¿El radicalismo, más allá de sus cisma interno, rescatará su historia de respeto de las libertades públicas y privadas y defenderá a los medios periodísticos del actual y brutal ataque por parte del Estado? La política debe tomar conciencia de que Milei acaba de pasar de las palabras a los hechos en su ofensiva contra la prensa independiente. Es el kirchnerismo con otro nombre.
23/10/2024 a las 11:09 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La psicología especial de Milei, según Macri
Pablo Mendelevich
LA NACION
23 de octubre de 2024
Mauricio Macri acaba de hacer una toma de posición que no merecería quedar sepultada por el consabido vértigo argentino. Macri, simplemente, lo describió a Milei. Y lo hizo en términos llanos, precisos, con un tono cuidadoso pero certero. Sin despertar, significativamente, réplica acalorada alguna de parte del interesado.
¿Describir a Milei con acierto puede ser considerado una tarea de riesgo? Sí, por dos motivos. El primero es que la descripción la hace el aliado más importante del presidente que en cuarenta y un años de democracia consiguió más apoyo popular que ninguno sin dejar de ser el más solitario. El segundo motivo es que Milei suele estar más atento que nadie en el mundo a las opiniones que se vierten sobre él. Macri dijo que Milei tiene “una psicología especial” y que es “demasiado violento”.
En el desordenado y frágil sistema de partidos que hay hoy, Macri no sólo es un aliado estratégico, también es un rival. Encima Pro tiene gente en el Gobierno puesta por Milei que es de dos categorías: con y sin la venia de Macri. No es lo que se dice un modelo de coalición de manual. Sin embargo, buena parte del futuro electoral depende de cuánto se entiendan Milei y Macri.
Conviene recordar una vez más que Milei ganó el balotaje en 2023 con 56% porque Macri lo apoyó y que en 2025 Milei sólo podrá pegar el crucial salto cuantitativo en términos parlamentarios si los dos partidos consiguen presentar listas aunados. Extraño que sus líderes no tengan un cartelito al pie de la cama refrescando por qué Axel Kiciloff es hoy el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Simple aritmética: si Pro y La Libertad Avanza hubieran llevado un solo candidato (seguramente no Carolina Píparo) toda la política hoy sería diferente. Milei hasta se habría ahorrado -por doblemente innecesaria- la frase de esta semana de ponerle el último clavo al cajón del kirchnerismo con Cristina Kirchner adentro.
En líneas tal vez esquemáticas podría decirse que hay tres formas de explicar a Milei. Una es la de los libertarios y mileístas iracundos, poco tolerantes, que con fanatismo indisimulado lo consideran salvador, justiciero, el glorioso líder anticasta, el león indomable, un iluminado celestial, genio, etcétera. Otra, la de quienes lo invalidan en su totalidad. Lo rotulan de loco, malvado, ajustador desalmado, autócrata, enemigo del pueblo, destructor de la nación, vendepatria, cosas así. El tercer grupo, de gran envergadura según los encuestadores, matiza su opinión, no es en blanco y negro. Ve un Milei positivo, el que se puso al hombro con éxito el aplastamiento de la inflación, el que exuda determinación como ningún presidente, el que convirtió en objetivo revolucionario la meta de dejar de gastar por encima de lo que se tiene, el que enfrenta los curros enquistados en casi todos los rincones del Estado. Pero lo encuentra entreverado con un Milei de dudoso apego a las instituciones, contradictorio sobre todo en lo que se refiere a la casta proverbial, impiadoso con los jubilados y con otros sectores débiles, cuyo peor costado es el de repartidor de insultos y descalificaciones a diestra y siniestra.
En términos de incertidumbre es mucho más confortable pertenecer a los primeros dos grupos. Los miembros de ambos saben con inapelable certeza lo que les espera: a los del grupo uno, el Paraíso; a los del dos, el Infierno. El lío lo tiene esa mayoría de argentinos que con inquietud oscilante saborea un Milei agridulce. Fatigado de apilar fracasos nacionales, ese grupo cree en él, quiere creer en él porque aprecia el rumbo. Pero al futuro no lo vislumbra con claridad, lo espera con reservas. Quién sabe cómo sería un Milei en dificultades políticas severas y, peor aun -parece razonar-, quién sabe qué seguirá en caso de obtener él en 2025 un voluminoso respaldo electoral. Las dudas que suscita la disruptiva personalidad presidencial en una inmensa cantidad de almas constituyen un asunto importante de la realidad argentina. Lo paradójico es que esa personalidad se presenta indisoluble de la determinación cautivante.
En este contexto Macri dijo en la Bolsa de Comercio de Córdoba, en un diálogo con el economista Guido Sandleris, que lo bueno de Milei es que “practica la autenticidad, no tiene dos discursos”, comportamiento al que llamó “sincericidio”. Vale la pena reproducir la descripción completa: “es frontal, a veces demasiado frontal, demasiado duro, demasiado violento para algunos: los viejos meados creemos en otro tipo de formas, pero estamos en otros tiempos; su autenticidad es lo más valioso, que él siempre exprese lo que va sintiendo porque así la gente te va conociendo”.
Macri desarrolló esta idea, la de la de la confianza que genera un líder a través del tiempo, y se puso a sí mismo como ejemplo. “Yo tengo la suerte de conservar una linda relación no solo con los cordobeses sino con muchos argentinos, porque ya saben… Macri en estas circunstancias… si pasa A, B y C, él va a hacer D, ¿por qué? Porque mantenés una coherencia en lo que decís”.
Milei, siguió Macri, “da a veces batallas que no debería dar, esto lo hemos hablado, pero la gente también votó a alguien sabiendo que tenía una psicología especial, la gente no es tonta, votó a alguien con un mandato destructivo y de confrontación; él no está haciendo algo distinto de lo que él les propuso, no fue a decir síganme que viene la revolución productiva e hizo la revolución que después hizo Menem económicamente, él dijo ‘yo vengo a hacer esto’ y lo está haciendo. Plantea las cosas muchas veces en forma áspera, pero para mí la autenticidad lo vale”.
De manera directa o indirecta la descripción de Macri sintoniza con las reservas que genera Milei en mucha gente. Obsérvese que Macri, si bien dice “los viejos meados creemos en otro tipo de formas”, referencia a uno de los insultos más brutales que haya empleado Milei (contra economistas), no cae en la indulgencia de llamar cuestiones formales a las agresiones públicas que reparte Milei siendo el presidente de la Nación.
Para cuando Macri hizo esta descripción el ring mediático estaba concentrado en lo que dijo Milei sobre el cajón y en las condenas que la frase suscitó. Tal vez Milei no haya recordado el maleficio de Herminio Iglesias. Su intención, al parecer, fue intervenir en la interna de Cristina Kirchner con Kiciloff. Antiguamente también había interferencias de gobiernos en internas opositoras pero eran más sutiles y -esto no es nada difícil- más elegantes.
Hoy los partidos están patas para arriba. Varios llevan cismas en el vientre. El fenómeno más curioso quizás sea el del radicalismo, que después de pasar dos meses discutiendo si expulsa o no a los rebeldes más oficialistas ahora afronta el riesgo de que se le desgajen los rebeldes más opositores.
Es cierto que un meteorito llamado Javier Milei cayó arriba del sistema de los partidos. Pero no los dinamitó, el sistema ya llevaba décadas desbarajustado. ¿Puede recomponerse? No así.
Milanesas mediante, Macri persuadió en varias comidas a Milei en Olivos para que moderara su frontalidad. El resultado está a la vista.
23/10/2024 a las 11:12 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
La UCR, cada vez más cerca de la ruptura en Diputados
Werner Pertot
Página/12
23 de octubre de 2024
Los diputados que responden a Facundo Manes pegaron el faltazo a la reunión de bloque en la que Rodrigo De Loredo escenificó la firma de un compromiso de los radicales cercanos a Javier Milei, que dice que votarán junto con su bloque. «Siempre que no afecte el equilibrio fiscal», agregaron ellos, con lo que el compromiso va camino a ser papel mojado. Los diputados de Manes y los de Martín Lousteau no terminan de definir armar un bloque propio. Están ahí de la ruptura, pero por ahora no la definen. Casi que preferirían que los echen. Algunos de ellos están esperando a ver si pueden sumar en la salida a más de los «moderados», como Julio Cobos, que -por ahora- se conformaron con la solución de compromiso. No obstante, el miércoles Luis Picat irá a Casa Rosada en representación de los cinco para sumarse a las reuniones que ocurren allí con aliados como el PRO y el MID.
Como suele suceder en estos casos, cuando todo está dado para que el bloque de Diputados de la UCR se vuelva a partir en dos, nadie quiere ser el que tire la primera piedra y sea responsabilizado por la ruptura. Los de Manes y Lousteau ya plantearon un ultimatum -que se venció ayer- para que echaran a los diputados que votaron contra los jubilados y las universidades, pero no fueron echados. ¿Entonces? Entonces, comienza un baile a ver si se van, si los echa, pero sobre todo con cuántos se van. Por ahora, haciendo fuerza, serían unos diez los que se irían a formar un nuevo bloque. Los cabecillas de la revuelta esperaban un número mayor y están viendo si hay nuevos escándalos que los ayuden en ese sentido.
Por lo pronto, los siete diputados de Manes no asistieron al encuentro que organizaron las autoridades del bloque, De Loredo y Karina Banfi. Fue una reunión entre los moderados y los radicales «con Peluca» para escenificar lo que habían acordado la semana pasada: los que votaron a favor de los vetos, incluso cambiando sus posiciones originales, ahora van a firmar un compromiso de que votarán como defina la mayoría del bloque, en virtud del artículo 11 del reglamento del bloque. Este artículo reza: «Las decisiones tomadas por mayoría absoluta de los presentes obligan a todos sus integrantes a respetarlas en el recinto». Les pidieron que cumplan con esa normal. Ellos aceptaron, «siempre y cuando no afecte a las instituciones o al equilibrio fiscal». Este último punto que sumaron es clave, dado que fue el paraguas sobre el que hicieron todas las votaciones de la polémica. Por lo tanto, no es dificil imaginar que las cosas seguirán siendo como venían siendo.
En este punto, el sector de Cobos parecía quedarse por el momento con el compromiso que firmaron, pero hay quienes intuyen que esa posición puede llegar a cambiar con algunos escándalos más en el Congreso. Por eso, el sector de Manes sigue aguardando para concretar la ruptura. Está claro: no es lo mismo ser 10 los que se van que 16.
Los rebeldes no dejaron de señalar que los cinco «Pelucas» no disimulan su apoyo a la Rosada, al punto que Picat concurrirá en el nombre de ellos hoy a una de las reuniones de coordinación que se vienen dando en el Ejecutivo, y a las que suelen asistir -además de La Libertad Avanza- las autoridades del MID y del PRO. Ahora se sumarán formalmente el sector de los radicales que vota con Milei.
Esto, espera el sector de Manes, puede servir como detonante para una nueva discusión dentro del bloque. O incluso para que finalmente los díscolos se puedan considerar echados ellos. «Lo mejor que nos puede pasar en este momento es que nos echen los amigos de Milei», decían.
Los diputados de Manes y Lousteau tuvieron su propia reunión de bloque (el bloque que todavía no es pero que pronto podría ser) en la que se pusieron de acuerdo en llevarle de nuevo sus planteos a De Loredo. El primero es seguir pidiendo la expulsión de los radicales libertarios (de hecho, están esperando que el partido los desafilie para sumar otro argumento). Y en segundo lugar, comenzar a discutir una «reorganización del bloque». Le van a exigir a De Loredo que les ceda la secretaría partalmentaria y quieren volver a discutir los lugares en las comisiones. «Se las repartieron entre el grupo de De Loredo y Alfredo Cornejo, sin ningún tipo de respeto por los equilibrios internos», dicen.
Mientras los radicales «con Peluca» van a la Rosada, los diputados rebeldes tendrán una nueva reunión el miércoles para seguir analizando qué hacer. En la práctica, ya están en caminos opuestos. Solo falta que alguno de los dos grupos termine de tomar la decisión de romper.
23/10/2024 a las 11:15 AM
LA ARGENTINA POLÍTICA: ENFOQUES
¿Enderezar al peronismo o construir una alternativa de los trabajadores contra Milei?
Gabriel Solano
Prensa Obrera
22/10/024
Creo que la novedad de la semana pasada y de esta semana es el debate dentro de la oposición y más específicamente dentro del peronismo. Hay una interna que tiene dimensión pública, que está llamando la atención a los medios de comunicación en los cuales se está discutiendo cómo se va a presentar el peronismo frente al gobierno de Javier Milei.
Muchos dicen que es una interna histórica. No sé si significa demasiado denominarla de ese modo, pero es cierto que es una interna que concita la atención, porque el peronismo finalmente es un partido de los más importantes de la Argentina. Cristina Kirchner es la que pretende ahora convertirse en presidenta del Partido Justicialista y lo hace con un planteamiento programático o de presentación frente al gobierno de Milei que contiene una crítica del propio peronismo. Esto es un tema que interesa remarcarlo, porque ella dice que lo que hay que hacer frente a un peronismo que se torció es enderezarlo y su objetivo para ser presidente del Partido Justicialista sería ocupar ese lugar para enderezar el peronismo que está torcido frente al gobierno de Javier Milei.
Uno puede decir que el peronismo, si es por torcido, no se torció solo frente al gobierno de Milei. Esto viene de hace mucho tiempo para acá y en el último tiempo parece mucho más preciso y lo hemos dicho muchas veces y no es algo que solamente que lo dice el Partido Obrero, es difícil poder explicar el triunfo de Javier Milei en las elecciones presidenciales del año pasado si no es por el gobierno del peronismo. Y cuando hablamos de peronismo no solamente nos referimos al gobierno de Alberto Fernández, sino al gobierno de Alberto Fernández, de Cristina Fernández de Kirchner y de Sergio Massa; eso se llamaba el Frente de Todos, es decir, el frente de todo el peronismo. Y el fracaso tan estrepitoso de ese gobierno, y cuando digo fracaso me refiero concretamente a un fracaso para evitar que el pueblo argentino pague la crisis que tuvo el país en la pandemia, la crisis económica. Y el pueblo argentino bajo el gobierno del Frente de Todos vio decaer su nivel de vida, vio que se incrementaba la precarización del trabajo, que se desvalorizaba el salario, que crecía la pobreza, que crecía la indigencia; y eso llevó indudablemente al triunfo de Javier Milei. Por lo tanto, el peronismo torcido no es un problema de los últimos meses, sino que incluso abarcó el propio gobierno peronista que Cristina Fernández de Kirchner fue parte como vicepresidenta y antes, incluso postulando a Alberto Fernández como candidato a presidente.
Ese debate del peronismo es un debate interesante. Porque ¿cuál es la condición de luchador frente al gobierno de Javier Milei? ¿La tarea que tenemos por delante es enderezar el peronismo?. Cuando uno va a ver la lista que Cristina Kirchner arma para enderezar el peronismo tiene que, como mínimo, armar un verdadero signo de interrogación, porque quienes integran esa lista son parte de los elencos de gobierno que han llevado al país a la crisis que tenemos en la actualidad.
¿Quién le acompaña a Cristina Kirchner en el segundo lugar? Nada más ni nada menos que Mayans. ¿Quién es Mayans? Es el jefe del peronismo en el Senado, que responde de manera directa al gobernador de Formosa, Gildo Insfrán. Este Mayans fue uno de los que votó y defendió muy claramente el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional bajo el gobierno de Alberto Fernández y es el hombre directo de un verdadero represor del pueblo formoseño como es Gildo Insfrán. Pensar que para enderezar al peronismo hace falta tenerlos a este Mayans y a Insfrán como protagonistas tan centrales es realmente un hecho muy llamativo que todo el mundo tiene que responder negativamente. No va a ser el pueblo argentino el que encuentre la herramienta política para derrotar a Milei de la mano de Mayans.
Lo mismo ocurre con otras personas que integran esa lista.
Por ejemplo, integra esta lista una parte muy significativa de la burocracia sindical argentina y especialmente dos gremios que son estratégicos en la Argentina, como son el Smata y la UOM. Los titulares de estos gremios, Pignanelli y Furlán, integran la lista de Fernández de Kirchner. Si uno va a ver directamente la política del Smata, la política de la UOM frente al gobierno de Milei y más en general frente a las patronales siderúrgicas y metalúrgica de argentina y se da cuenta que la resistencia de los trabajadores no va a venir de la mano de esta burocracia sindical.
Es decir que tampoco este enderezamiento del peronismo encuentra a sectores combativos que estén enfrentando a Milei hoy. Todo lo contrario, son claramente colaboradores de la política de ajuste. Y también integran una lista que es muy larga, el frente de Cristina Fernández de Kirchner, personas como Corpacci, que es una exgobernadora de Catamarca que cuando gobernó la provincia gobernó directamente para intereses muy similares a los que hoy responde el actual gobernador de Catamarca, que es un colaborador en el Congreso de la política de Milei.
Por lo tanto, este planteo de querer enderezar al peronismo es un planteo que no lleva a ningún lado y se manifiesta claramente en la composición de la lista de Fernández de Kirchner. Y también se manifiesta en el programa que Cristina Fernández de Kirchner desenvolvió en dos cartas que fueron publicada en los últimos meses, donde ella se pronuncia de manera muy clara y categórica por la reforma laboral, por un ataque a la docencia diciendo que la docencia es responsable de la crisis de la educación pública, se pronuncia a favor de las privatizaciones, en tanto haya una participación de las provincias en esas privatizaciones, cuando incluye los recursos naturales de las provincias, reformas impositivas negativas.
Es decir que el programa de Fernández de Kirchner, que fue explicitado en dos cartas, ahora se manifiesta en una lista para las elecciones internas del peronismo que recoge a la burocracia sindical, a exgobernadores defensores de los grandes monopolios internacionales que saquean nuestros recursos naturales. Entonces de ahí no podemos esperar nada. Y Cristina pareciera que busca desenvolver un planteamiento progresista porque enfrente a quién tiene: tiene a Quintela, el actual gobernador de La Rioja, que llamativamente en su lista, incluso en un cargo muy importante, lleva a alguien que no es conocido nacionalmente. Yo tampoco lo conocía, se llama Roque Álvarez, que es el presidente del bloque peronista en la Legislatura de Tucumán. ¿Y a quién responde directamente Roque Álvarez? Bueno, responde al gobernador de Tucumán del peronismo, que es directamente un colaborador de Milei. Y sin esa colaboración no se hubiesen aprobado leyes muy importantes como la Ley Bases, como los vetos a la universidad y a los jubilados. Es decir que tenemos acá a una persona que responde al gobernador Jaldo, el gobernador tucumano, dentro de las listas de Quintela.
Entonces el peronismo está disputándose entre dos listas que defienden a los ajustadores, que defienden los gobernadores del ajuste, que incluyen la burocracia sindical. En la lista de Quintela está, por ejemplo, la secretaria general de UPCN de la Ciudad de Buenos Aires, que está dejando pasar todos los despidos en el Estado. Es decir, una persona directa de la burocracia sindical. Entonces, esta confrontación para los trabajadores es una confrontación ajena, porque ninguno de estos dos bloques representa los intereses de la clase obrera, de los sectores populares frente al gobierno de Javier Milei.
Y en el medio, quién parece estar en el medio, parece estar Kicillof, que se manifestó en el acto que hizo el 17 de octubre por la unidad. ¿La unidad entre quién? Bueno, la unidad en este caso de Cristina Fernández de Kirchner y Quintela, el gobernador de La Rioja, por una unidad que contiene a Jaldo, al gobernador tucumano que está en la lista de Quintela, una unidad que contiene a la burocracia sindical de la CGT en sus diferentes expresiones, que contiene a los gobernadores del ajuste de la Liga de Gobernadores del PJ.
Cuando se hizo el acto el otro día de Kicillof en Berisso yo hice un tuit que decía en las marchas la gente se pregunta “¿dónde está que no se ve esa gloriosa CGT?”, y cuando uno veía el acto de Kicillof en Berisso, esa CGT estaba en el acto de Kicillof, estaba directamente, estaba Pablo Moyano, estaba Daer, estaba el secretario general de UPCN (Andrés Rodríguez), estaban todos. Es decir que el planteo de Kicillof, que muchos lo presentan exageradamente como un soviético, es decir, como una especie de expresión ultraizquierdista del peronismo, en realidad es una expresión muy conservadora, no solamente frente a la gobernación que él aplica en la provincia de Buenos Aires, sino más en general frente al gobierno de Javier Milei. Por lo tanto, los trabajadores no tienen que involucrarse en esta interna del peronismo, no es una interna que compete a la clase obrera de Argentina, a los sectores populares y es una interna de un partido en decadencia, porque el peronismo está discutiendo esta interna justamente en un cuadro de crisis por haber sido el responsable del triunfo de Javier Milei; y de hecho, que Cristina Kirchner viva hoy una interna y no sea proclamada como presidenta por unanimidad, habla también de retroceso del kirchnerismo, no solo a nivel nacional, sino incluso al interior de peronismo. Eso es así.
Ahora, este planteo que está discutiendo el peronismo nos lleva al siguiente interrogante: ¿qué tienen que hacer los trabajadores? ¿Buscar reforzar el peronismo, buscar enderezar el peronismo o construir una alternativa política propia, una alternativa de los trabajadores con un programa de lucha contra el gobierno de Milei, de lucha contra el capitalismo y de salida por un gobierno de los trabajadores? Nosotros, obviamente, nos inclinamos por esta segunda opción, porque la primera es un camino de derrota y eso lo explicitó de una manera muy clara Máximo Kirchner, cuando dijo que no había que patalear por los vetos, porque los vetos eran derechos constitucionales que tenía Milei y que entonces lo que había que hacer frente a esos vetos era preparar para el año 2025 una alternativa electoral que le permita al peronismo tener una mayoría más sólida, tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores, de manera tal que los vetos no puedan prosperar.
Ahora, hemos visto que con una mayoría importante del peronismo, cuando el gobierno lo requirió el peronismo fue al rescate de Milei o votando una parte de él la Ley Bases o avalando los vetos que se hizo por la cuestión jubilatoria o por la cuestión universitaria.
Y del lado de Milei esta crisis, también como una posibilidad de reforzar su gobierno, hizo una manifestación el día de ayer que recibió repudio por las redes sociales cuando dijo que él quería enterrar al kirchnerismo y eso significaba poner la Cristina dentro del cajón y él clavar el último clavo. Esa metáfora tan violenta generó repudio, nos sumamos al repudio porque es un acto de violencia política, pero es evidente que a Milei le interesa una polarización con el kirchnerismo para tratar de reforzar al gobierno y obligar a que diferentes sectores de derecha vayan con él.
Ahora, esa polarización es una polarización falsa porque no representa programas antagónicos. Lo que hay que desarrollar ahora es una verdadera polarización política entre el gobierno de los capitalistas y los trabajadores. ¿Y por qué digo entre el gobierno de los capitalistas? Porque estuvo el Coloquio de Idea en Mar del Plata, que reúne a lo más granado de la clase capitalista argentina, y en general, salvo críticas parciales que puede haber habido, hubo un apoyo importante al gobierno de Milei, porque este gobierno encarna la ofensiva capitalista contra la clase obrera, que se manifiesta de reformas laborales, previsionales, despidos, destrucción del salario, de las jubilaciones.
Y cuando eso se decía, los capitalistas pusieron como lema para el Coloquio de Idea. “Si no es ahora ¿cuándo?”, significa “si ahora no vamos a derrotar a la clase obrera y destruir conquistas históricas, ¿cuándo? Tenemos un gobierno que nos defiende y tenemos una oposición patronal que avala en el Parlamento este tipo de medidas de gobierno y una burocracia sindical completamente entregada al gobierno libertario”.
Entonces, hay una especie de entusiasmo de los capitalistas de avanzar contra la clase obrera. Y si después mañana al gobierno le va mal y termina derrotado en una elección no importa, lo que logró como conquistas otros gobiernos, incluso el peronismo, van a mantener esas conquistas de los capitalistas. Y Cristina Fernández de Kirchner lo dijo muy claramente: si, yo voy a defender reformas laborales, voy a defender privatizaciones, voy a defender un ataque a la docencia, voy a defender la entrega de los recursos naturales del país. Si ahora lo hace Milei, un gobierno del peronismo de cualquiera de las dos listas que se presentan a la interna va a defender esa conquista para el capital.
Entonces, para los trabajadores que representa otra alternativa: la necesidad de salir a luchar contra el gobierno ahora, y eso lo estamos viendo nosotros como una necesidad imperiosa, porque el daño que le hace Milei al pueblo argentino es irreversible en muchos ámbitos y se nota eso en el ataque a las jubilaciones, la eliminación de los remedios para los jubilados, la renuncia de docentes de la universidad, cuestiones que son estratégicas, muy caras por el pueblo argentino que están siendo afectadas.
Entonces el tema no pasa por el 2025, pasa por enfrentarlo al gobierno ahora. Cuando el Partido Obrero lanza una campaña por “Fuera Milei” y va a realizar un acto en Parque Lezama el próximo 9 de noviembre, con este planteo está buscando colocarse a la cabeza de esta necesidad que tiene el pueblo argentino; y en agitaciones que hemos hecho con nuestros volantes en las puertas de fábrica, en las facultades, en las estaciones ferroviarias, estamos recogiendo muchísimo apoyo porque una parte cada vez más amplia del pueblo argentino se da cuenta que hay que terminar la experiencia de Javier Milei ahora y luchar ahora. Y no hay una interna del peronismo completamente desgastante entre alternativas ajustadores.