Por Juan José de Guzmán.-
No esperemos a que tengamos que recurrir a libros o archivos para que la inmensa Graciela Fernández Meijide nos siga iluminando con su coherencia, el camino a una reconciliación que sólo con ella en vida, guiándonos, pienso, sería factible lograr entre los argentinos.
A sus 93 sabios años no es mucho el tiempo que pueda esperarnos a que nos decidamos saldar esta deuda con la historia.
Leer sus opiniones, cargadas de lucidez y grandeza sobre este tema que nos lacera a todos nos debería invitar a que, de una vez por todas nos decidamos y preparemos un lugar (me salía altar) en donde ella UNA AUTÉNTICA REFERENTE DE DERECHOS HUMANOS coordinase charlas de acercamiento entre las dos partes que sólo se pronunciaron con amagues desde hace más de 50 años y que sólo su ecuanimidad podría lograr que nos demos ese abrazo tan deseado y necesario.
27/03/2024 a las 1:55 PM
¿Sabe cual es es el problema señor de Guzmán? los libros, los ensayos, los comentarios escritos, las opiniones,las reflexiones escritas, las enciclopedias …en fin, todo lo escrito durante durante siglos son fuente de consulta para algunos, no para todos.
No podemos pretender que todo ese material sea asimilado por los que necesitan conocerlo por dos motivos, el primero y principal es que no saben leer, no saben hablar, no saben escuchar y no saben razonar.
El segundo motivo es que no les interesa nada, menos aún salir de la ignorancia en la que fueron criados.
Durante más de un siglo fueron creando paso a paso un monstruo amorfo cuyo único propósito en la vida es parasitar.
A esa runfla sólo le intersa cubrir sus necesidades básicas y reproducirse con el único propósito de crear un malón de bestias que nos degluta como hacen los sapos con los insectos.
No voy a emitir un juicio de valor sobre la señora Meijide, tampoco me interesa hacerlo, sólo digo en mi familia y en las familias de familiares y amistades no hubo «desaparecidos» ni antes ni después de 1976. Sí hubo muertos por el terrorismo.
Tal vez la señora sea ajena a las probables andanzas de su hijo Pablo, lo ignoro pero sí se que tarde o temprano debemos hacer un «mea culpa» para poder morirnos en paz con nosotros mismos.
Es necesario recordar que la señora fue madre de tres hijos y «aquella noche» se llevaron solamente a uno lo que no deja de ser una pregunta incómoda, porque el «arresto» fue selectivo y no masivo.
27/03/2024 a las 8:50 PM
Acaba de dar en el clavo con lo del hijo de la Señora; justamente estaban durmiendo varios de sus compañeros en el piso del living y curiosamente, se llevaron al hijo de ella, que era ya, un cuadro de Montoneros bien formado, al decir de sus cumpas. Además la señora no concuerda con la cifra de 30 mil, lo dijo clarito y eso le valió la repulsa de las Orgas.
27/03/2024 a las 10:18 PM
Te digo con toda franqueza que hubiera preferido no dar en el clavo y martillarme un dedo pero las cosas son como son o mejor dicho fueron como fueron, eso es lo que no puede modificase.
El dolor de una madre es algo que no podría describir porque fui padre en años turbulentos.
Junto a mi mujer educamos a nuestros hijos con los mismos valores que nos educaron a nosotros y dio resultado porque ninguno salió torcido.
Las madres tienen la capacidad de perdonar errores casi imperdonables, pero hay un pensamiento de uno de los grandes filósofos y pensadores que vio la humanidad que dice: «Te perdono el mal que me hiciste, pero el que a otros hiciste..¿como podría perdonártelo?
Tal vez en esa reflexión pueda servir de apoyo moral para aquellas madres que perdieron a sus hijos en aquellos años.
27/03/2024 a las 4:45 PM
Hasta sapos e insectos estoy de acuerdo con su postura. A partir de allí creo que derrapa, Brutal, el hijo de Graciela no puso bombas ni empuñó armas y como muchos adolescentes de esa época muy probablemente «compró un relato falso» que lo llevó al error (de los tantos que se cometen en la adolescencia).
Según consta en Wikipedia es probable que a Pablo lo hayan secuestrado por error ya que en aquel entonces había comenzado a salir con una chica que había tenido relación con un homónimo al que la policía estaba buscando.
Respecto a su pedido de «mea culpa» es justamente lo que ha pregonado desde siempre Graciela, tanto es así que la llevó a enfrentarse con Hebe y con Estela Carloto.
El tema es muy largo y, como expreso en mi breve Carta sería muy necesario contar con el aporte de personas como ella, antes de que sea demasiado tarde.
27/03/2024 a las 6:08 PM
Sí señor, el tema es muy largo y amargo, sobre todo cuando lo vemos desde el propio sufrimiento.
Pocos meses después del arresto y desaparición de Pablo, en enero de 1977, regresaba de mi trabajo y fui interceptado a pocos metros de mi casa por personal militar.
Me arrojaron violentamente contra la pared, manos en alto y me abrieron las piernas de una patada. Quedé literalmente estampado y permanecí así durante varios minutos que me parecieron un siglo.
De pronto apareció un oficial que no se rango tenía y me dijo «dese vuelta», quedé frente a él y en voz baja le dijo a los otros dos «este no es, este vive ahí», señalando el edificio donde yo vivía.
Aún hoy recuerdo aquél momento sobre todo porque no se de dónde salieron, me tomaron totalmente desprevenido sin capacidad de reacción, sin poder articular palabra.
Continúe su camino me ordenó.
Cuando llegué a la puerta de casa no podía embocar la llave en la cerradura, tuve que hacerlo con las dos manos porque estaba temblando. Creo que no me morí de un infarto porque era joven y estaba en buen estado.
Lo que pretendo decir es que no descarto que en el caso de Pablo haya se haya cometido un error, pero no se puede probar.
En mi caso personal podría haber desparecido tranquilamente pero no fue así porque no era a mí a quien estaban buscando.
No se si le sirve de algo mi experiencia pero después de tantos años sólo me queda pensar que el margen de error existe pero por lo menos en mi caso no hubo error.
Todavía hoy recuerdo «este vive ahí», lo que me obliga a pensar que «todos» estábamos espiados, que sabían mucho más de lo que imaginábamos.
No derrapé señor Guzmán.