Por Ovidio Winter.-

El presidente en un acto casi familiar (por la escasa concurrencia), ante los Bomberos Voluntarios de Avellaneda, en su afán por destacar la actuación que le cupo al ex ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat hizo una exagerada ponderación sobre su gestión.

En su vana pretensión intentó una forzada analogía con la gloriosa Scaloneta, la misma que lo desairó “haciéndole Oooleee” ante la invitación que casi como un ruego realizó, el día de la llegada al país del seleccionado campeón del mundo.

Tenía preparado todo en la Casa Rosada para la tan deseada “foto” pero los futbolistas, haciendo una correcta lectura de la situación, tal como lo hicieron en cada paso que fueron dando en Qatar hasta su coronación decidieron no prestarse a ninguna operación política porque a ellos sólo les interesó festejar con la gente, a la que le dedicaron el título, que fue “su gente” como nunca antes lo había sido.

No hay un solo rasgo, en el gobierno kirchnerista de Alberto, que pueda asimilarse al de estos verdaderos héroes que nos dieron a los argentinos la alegría más grande que hayamos recibido en muuuchos años.

El que con ropa ajena se viste, en la calle lo desvisten, dice el proverbio.

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