Por Otto Schmucler.-

Mucho se comenta, en redes y medios, sobre el hartazgo y deseo de terminar con la dinastía K, que nos ha instalado en el lugar de decadencia en que se halla la Argentina hoy (en casi todos los rubros) y a muchos les cuesta entender cómo es que la ciudadanía no ha salido espontáneamente a las calles para exteriorizar ese sentimiento de descontento que trasciende en los comentarios que los oyentes dejan en las radios en número abrumador.

Sin embargo, eso no sucede, tal vez por falta de un líder que convoque y llame a movilizarse en las calles y plazas de todo el país o por falta de un detonante potente.

Tal vez, si existiera un fiscal “cojonudo” citando a indagatoria al ministro de seguridad de la nación para que explique el significado de sus expresiones como contestación a las palabras que sin nombrarla le dedicó la vicepresidenta en Santa Cruz a propósito de la inauguración de un hospital podría convertirse en ese detonante.

“La señora (por CFK) hace 20 años que me conoce, me ha mandado a hacer todo tipo de trabajos y jamás dije que no. Nunca le saqué el cuerpo a hacer un trabajo”.

Todos sabemos cuán filosa y bifurcada es su lengua (como la de las serpientes). ¿Qué le quiso decir, o avisar, por elevación, a la vicepresidenta?

El editorialista Gambini (del diario Clarín) hizo un análisis meticuloso este viernes, de todas y cada una de las palabras vertidas como ser los “trabajos que dijo haber hecho, por ella”.

Reitero, un fiscal debería actuar de oficio y citarlo a declaración indagatoria.

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