Por Claudio Izaguirre.-

Parece que Belliboni está enfermo de poder. Ahora que ve peligrar los ingresos provenientes del Estado para sus arcas personales, pone el grito en el cielo y se rasga las vestiduras culpando al Presidente Milei de su hambre de dinero fácil.

“No hay plata”, dijo Milei en su discurso inicial, y la billetera del Belliboni sintió un frío helado que desesperó al dirigente piquetero, que busca poner en peligro al gobierno entrante al mejor estilo extorsivo de la mafia.

Él define a sus adláteres como pobres sin poder alguno, cuando en realidad son asaltantes que mediante la extorción y la privación de la libertad del ciudadano común que se ve impedido de transitar por ocurrencia del megalómano devenido en piquetero.

Pedimos al gobierno nacional no sólo investigar la vida económica de Eduardo Belliboni y los movimientos de distribución de drogas ilícitas que rodean sus movilizaciones.

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