Por Guillermo Cherashny.-

Está claro que los jueces federales son todos corruptos y durmieron causas por lo menos durante ocho años. Y si Lanata no investigaba la ruta del dinero K en abril de 2013, donde mostró la obscenidad de las licitaciones de obra pública sobrefacturada para permitir cobrar sobornos mediante facturas truchas, aunque en 2006, cuando se produjo el escándalo Skanska, dejó al desnudo a Austral Construcciones de Lázaro Báez y Esuco de Enrique Wagner, presidente de la Cámara Argentina de la construcción, a los hermanos Calcaterra, primos carnales del actual presidente, y Nicolás Caputo, el «hermano de la vida» de Mauricio Macri, y la constructora más importante del país como es Techint, todas implicadas en el negocio de las facturas truchas para cobrar sobornos.

Nunca antes como en el kirchnerismo se robó con la obra pública, sobrefacturando el 110, 200, 300% el valor de la obra, y el caso Skanska, cuando pasó a la justicia federal, se desdobló en varios jueces federales para descuartizarlo, después de anular la conversación telefónica de un ejecutivo de Skanska que reconoció el pago de coimas del Gasoducto del Oeste, que va de Bolivia a nuestro país.

Uno de los casos más emblemáticos fue el sobreseimiento de la empresa IECSA S.A., constructora de la familia Macri, por parte del juez federal Guillermo Montenegro, que no fue apelada por el fiscal Carlos Stornelli. Rápidamente Montenegro fue designado Ministro de Seguridad del Gobierno de la Ciudad y Carlos Stornelli en el mismo cargo en el gobierno de Scioli, lo que demuestra que tanto el kirchnerismo como el macrismo financiaban la política con la obra pública. Y así siguió hasta 2013, cuando Báez y Calcaterra se perdieron de ganar las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz por las denuncias de Jorge Lanata por la ruta del dinero K, aunque después el juez Sebastián Casanello durmió la causa hasta hace un mes, cuando apareció el video de La Rosadita, donde aparecen Martín Báez y otros contando 5 millones de dólares, y se confirmó lo que investigó en el 2013 el fiscal José María Campagnoli.

Ahora el inefable juez Casanello demora las medidas y protege a la ex presidente y a los primos del presidente -los Calcaterra- y por eso mantiene a Martín Báez en libertad, para que Lázaro no haga lo mismo que Leonardo Fariña.

En una reciente reunión del presidente Macri con los líderes sindicales, les metió terrorismo con el peligro de un mani pulite descontrolado. Y así las cosas, entre los jueces corruptos, los cristinistas y los macristas implicados en la sobrefacturación de la obra pública, más los dirigentes sindicales corrompidos, no cabe duda que este incipiente proceso de transparencia terminará encarcelando perejiles por un tiempo, aunque no se cree que por muy largo plazo.

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