Por Hernán Andrés Kruse.-

Realmente la Argentina política es incapaz de agotar la capacidad de asombro de todos nosotros. En la madrugada del martes 14 de junio José Francisco López fue detenido en un convento ubicado en General Rodríguez (provincia de Buenos Aires), en el momento en el que, según su versión de los hechos, intentaba efectuar la entrega en concepto de donación de cuatro bolsos y una valija repleta de millones de dólares no declarados, además de otras monedas extranjeras y seis relojes de valor. El hecho no hubiera tomado tamaña trascendencia de no ser por el hecho de que el señor López fue nada más y nada menos que secretario de Obras Públicas durante el período kirchnerista, es decir el número dos en el ministerio de Julio de Vido. Una de las monjas que residen en el lugar, mayor de 90 años, declaró a la Justicia que López le había confesado que había robado y que era su intención donar el botín antes de ir preso. Los dichos del ex funcionario kirchnerista son realmente asombrosos, lo que no hacen más que confirmar las sospechas del Ministerio de Seguridad bonaerense en el sentido de que López había elegido ese monasterio como escondite para el dinero que “obtenía” de la función pública. El botín asciende a casi 10 millones de dólares. Una fortuna, realmente. El procedimiento tuvo su inicio cuando supuestamente un vecino-Oscar-habría llamado al 911 alrededor de las tres de la mañana porque habría escuchado ruidos extraños provenientes del monasterio. Lo notable del caso es que la policía arribó al lugar casi de inmediato. Los agentes policiales descreen de este testimonio ya que les cuesta creer que este vecino pueda haber escuchado algo desde su casa, sobre todo a alguien tirando bolsos. Lo que realmente creen los investigadores es que se trata de una operación montada por los servicios. Tampoco les cierra lo de la donación ya que de haber sucedido eso las monjas, especulan las fuentes policiales, hubieran efectuado la denuncia correspondiente de inmediato. Lo que suponen las autoridades del Ministerio de Seguridad es que el ex funcionario utilizaba el monasterio como lugar para ocultar “el botín de guerra”. Algunos creen que detrás de todo esto está la mano oculta del “rey” de los espías, Horacio Stiuso. Lo único cierto hasta ahora es que quien ocupara un puesto clave en Infraestructura, que le permitía tejer todo tipo de relaciones con las constructoras argentinas y extranjeras, y que manejó sumas siderales de dinero durante 12 años, fue atrapado in fraganti por fuerzas policiales en la madrugada del martes 14 de junio cuando intentaba, aparentemente, ocultar millones de dólares ¡en un convento! Para colmo, portaba de manera ilegal una carabina Sig Hauser 22 (portación vencida). La fiscal Rodríguez lo tiene imputado por portación ilegal de armas y por lavado de dinero. En relación con el delito de enriquecimiento ilícito existe una causa abierta en los tribunales de Comodoro Py y el mismo martes el fiscal Federico Delgado le solicitó al juez Daniel Rafecas que ordene la detención del ex funcionario kirchnerista (fuente: Raúl Kollmann, “Con millones de dólares en un convento”, Página 12, 15/6/016).

Como no podía ser de otra manera, el peronismo en general y el FPV en particular se despegaron inmediatamente de López. El kirchnerismo en Diputados dio a conocer un documento que lleva la firma de su titular, Héctor Recalde, en el que expresa que los bloques de diputados nacionales y del Parlasur del Frente para la Victoria repudian expresamente el comportamiento de cualquier funcionario público, en funciones o retirado, al margen de su pertenencia política, que tuviere en su poder, en el país o en el exterior, dinero no declarado. Por su parte, el Partido Justicialista repudió enérgicamente las conductas ilegales, corruptas, como la tenencia de dinero no declarado, provengan de cualquier funcionario o ex funcionario del Estado, al margen de su identidad política. El documento del PJ remarca que también preocupan algunos hechos poco claros relacionados con al evasión fiscal y el ocultamiento de cuentas bancarias, en obvia alusión a los Panamá Papers. La Cámpora y el Movimiento Evita dieron a conocer su opinión sobre este escándalo. Los seguidores de Máximo Kirchner emitieron un comunicado en el que repudian expresamente a José López, a quien acusan de haber perjudicado con su conducta el crecimiento de un proyecto político nacional y popular que transformó al país. Mientras que el Movimiento Evita expresó su repudio e indignación por el comportamiento de un ex funcionario que no hizo más que burlarse de millones de argentinos que sufren a diario tarifazos y que temen perder su trabajo. También manifestó su indignación Aníbal Fernández para quien esta clase de delitos merecen el repudio de todos los argentinos.

El ex número 2 de Julio de Vido le acaba de asestar una trompada de knockout al kirchnerismo. Como bien señala Martín Granovsky (“Robar está mal y es suicida”, Página 12, 15/6/016), “robar está mal. En la vida privada y en la pública. En la calle y en el Estado. Pero, en política, hay momentos en que además de un acto que va contra la ética y contra el Código Penal, robarse el dinero público puede ser un acto suicida. Políticamente suicida. Más aún para fuerzas que invocan la defensa de los intereses populares y que gobernaron mediante la extensión de derechos sociales y no a través de su restricción”. Este párrafo es de gran relevancia. Porque un gobierno que enarbola las banderas de la inclusión social y de la extensión de los derechos sociales, debe hacer todo lo que esté a su alcance para que los actos de corrupción de sus funcionarios queden reducidos a la mínima expresión. Porque corrupción a nivel gubernamental siempre habrá, aquí como en cualquier país del mundo. Pero tratándose de gobiernos que se proclaman progresistas e idealistas, la corrupción a gran escala surge como un gravísimo problema que no hace más que socavar la propia legitimidad del gobierno progresista. Por eso es que lo de López es tremendo, no sólo desde el punto de vista ético (ya de por sí por demás relevante) sino también político, porque, como se dice coloquialmente, termina dándole de comer a las fieras. Porque si había algo que estaba aguardando el gobierno de Macri en estos momentos era precisamente un escándalo de esta magnitud, una suerte de segundo capítulo de la televonela “La ruta del dinero K”. Porque lo que necesita imperiosamente el presidente es que la sociedad se olvide de los graves problemas económicos que la aquejan. Y qué mejor que para ello suceda que entretenerla con este affaire que a esta altura de los acontecimientos es todo un sainete. Granovsky transcribe más adelante párrafos de las conferencias brindadas recientemente por el ex presidente Pepe Mujica y el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, en un curso sobre la desigualdad organizado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo y Clacso, y en la facultad de Ciencias Sociales de la UBA, respectivamente. Dijo Mujica: “Tenemos que ser exigentes con los cuadros de la nomenclatura, porque nos tienden la mesa y por urbanidad nos tenemos que sentar” (…) “Pero tenemos que saber que esa mesa no es nuestra. Es de ellos. Y has de vivir como piensas o terminarás pensando como vives”. Por su parte, García Lerena dijo: “Es clarísimo que la corrupción es un cáncer que corroe la sociedad no ahora sino desde hace 15, 20, 100 años. Los neoliberales son ejemplo de una corrupción institucionalizada, cuando amarraron la cosa pública y la convirtieron en privada. Cuando amasaron fortunas privadas robando fortunas colectivas a los pueblos de América Latina. Las privatizaciones han sido el ejemplo más escandaloso, más inmoral, más indecente, más obsceno, de corrupción generalizada. Y eso lo hemos combatido. Pero no basta. No ha sido suficiente” (…) “Es importante que, así como damos ejemplo de restituir la res pública, los recursos públicos, los bienes públicos, como bienes de todos, en lo personal, en lo individual, cada compañero, presidente, vicepresidente, ministros, directores, parlamentarios, gerentes, en nuestro comportamiento diario, en nuestra forma de ser, nunca abandonemos la humildad, la sencillez, la austeridad y la transparencia”.

Una vez Arturo Jauretche, a raíz de un escándalo protagonizado por un representante comercial argentino en el exterior y “deschavado” por La Nación, expresó que frente a estos casos lo mejor era tomarse un tiempo para reflexionar sobre el asunto y preguntarse: ¿esto, de dónde sale? ¿a quién beneficia? ¿a quién perjudica? Estas preguntas caben ser formuladas en este escándalo que acaba de protagonizar el número 2 de De Vido. ¿Esto, de dónde sale? Lo único que sabe la opinión pública es que el martes pasado a las 3 de la mañana un vecino oyó ruidos extraños en el monasterio ubicado en General Rodríguez y llamó al 911. Curiosamente, a los pocos minutos llegó la policía y detuvo a López, quien estaba en el lugar con ¡10 millones de dólares! He aquí la “historia oficial”. Probablemente jamás se sepa la verdad pero lo cierto es que López fue detenido con una fortuna en sus manos. Este hecho lejos está de ser solo un problema policial y judicial. Por supuesto que este personaje tiene las manos cubiertas con lodo y que debe ser castigado como corresponde. Pero estamos en la Argentina y un hecho de esta índole es fundamentalmente un problema político que busca, como razonaba Jauretche, beneficiar a alguien y perjudicar a alguien. ¿A quién beneficia este escándalo? Al presidente de la nación, jaqueado últimamente por la economía y la derrota en Río Cuarto. ¿A quién perjudica? La respuesta se cae de maduro: al Frente para la Victoria. El artículo de Morales Solá publicado por La Nación el miércoles 15 lo corrobora. Titulado “Patética síntesis de una época”, exterioriza el placer que le provocó al autor la detención de López. Dice Morales Solá: “José López no pudo enterrar los dólares, pero enterró al kirchnerismo” (…) “Pero fue algo más que una imagen aislada. Fue, en última instancia, la síntesis de una época” (…) “López es hijo de la escuela política de Néstor Kirchner. Éste sostenía que el dinero mal habido debía ahorrarse en efectivo y en monedas de valor constante (dólar y euro, más que nada), porque los bancos internacionales terminaban siempre quedándose con los depósitos. La tesis agregaba que esos bancos les abrían sus puertas a los funcionarios para que hicieran sus depósitos, pero las cerraban cuando dejaban el poder” (…) “Desde 2001, el sistema financiero internacional tomó muchos recaudos para recibir depósitos, impulsado más que nada por la necesidad de evitar la circulación de recursos entre grupos terroristas” (…) “El sistema se fue cerrando a todo dinero de procedencia desconocida. Kirchner murió antes de percibir que ese problema existía” (…) “La familia Kirchner pudo incorporarse a la propiedad de empresas importantes (¿las de Lázaro Báez o las de Cristóbal López, por ejemplo?), pero los ex funcionarios se quedaron con el dinero en la mano, sin escondrijos posibles y con la policía cerca de sus casas. Esta situación es, precisamente, la que provocó el desvarío de José López, el momento de locura que lo llevó a intentar enterrar entre 9 y 10 millones de dólares, el total entre distintas monedas y relojes valiosos, aunque mayoritariamente dólares, en el jardín de un monasterio conducido por una monja de 94 años” (…) “Las estelas políticas que dejará el caso José López son muchas y algunas impredecibles. La primera de ellas es la constatación de una dirigencia insensible, que gobernó sin escrúpulos en un país donde el 30 por ciento de su población está bajo el umbral de la pobreza” (…) “¿Qué sustento tendrá en adelante ante el argentino común el discurso de una revolución inconclusa desplegado por el cristinismo? ¿Qué respaldo moral tendrá la supuesta sensibilidad por los pobres que batía el cristinismo para rechazar las políticas de Macri?” (…) “El último valor de la defensa del cristinismo es, al fin y al cabo, el dólar constante y sonante. El kirchnerismo, al menos tal como se conoció, carece de destino”.

José López y sus millones de dólares no hicieron más que darle a los Morales Solá, los Castro, etc. la prueba que necesitaban para acusar al kirchnerismo de hipocresía y de enarbolar permanentemente una doble moral: hablar por izquierda y actuar por derecha o, si se prefiere, enarbolar las banderas de la inclusión social y la expansión de derechos por un lado y acumular toneladas de dólares por el otro. López le ha infligido un daño enorme al kirchnerismo. Quizá la culpa no sea exclusivamente suya.

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