Por Guillermo Cherashny.-

Hoy por hoy, la selección argentina de fútbol estaría jugando el repechaje para tener el pasaporte para el mundial de Rusia del 2018, pese a tener los jugadores más cotizados del mundo. En efecto, no sólo Lionel Messi es el mejor de todos sino que el «Pipita» Higuaín vale 100 millones de euros y Mauro Icardi, el 9 del Inter, 110 millones de euros; el Kun Agüero, goleador de la Premier League de Inglaterra y Di María también, con cotización cercana a los 100 millones de euros, juega en el Paris Saint-Germain francés, propiedad de un qatarí que maneja el fondo de inversión más grande del mundo, que vino a verlo a Macri para invertir en la Argentina y el presidente sólo le habló de Boca y el Paris Saint-Germain. Es sabido que el presidente Macri no quiso a Tinelli en la AFA y su mano derecha Angelici maniobró para el empate en la única elección de la AFA y luego no lo quiso a Hugo Moyano ni a Nicolás Russo, presidente de Lanús y dirigente del Frente Renovador, y arrregló con la FIFA para formar una comisión normalizadora presidida por Armando Pérez, el presidente de Belgrano, acompañado por Fernando Marín, íntimo del presidente, quienes retacean fondos al fútbol y eligieron como técnico al «Patón» Bauza, un buen técnico sin roce europeo y que, acusado de defensivo en el partido con Perú de visitante, puso cuatro delanteros y sólo dos volantes defensivos y la selección empató, como antes lo había hecho con Venezuela que, junto con Perú, son los dos últimos en la tabla de posiciones, que lo colocaron en una posición incómoda que describimos al principio de esta nota.

El martes jugamos con Paraguay de local y en octubre viene Brasil y, si el equipo no encuentra el rumbo, van a surgir voces pidiendo la cabeza de Bauza y quizás responsabilizando al presidente Macri porque el dream team de la selección de fútbol se encuentre en peligro de concurrir al mundial de Rusia porque se retacean fondos al fútbol y hay intentos presidenciales de privatizarlo.

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