Por Oscar Edgardo García.-
Javier Milei, sus Ministros y Legisladores nunca se manifestaron concretamente sobre la promoción industrial de Tierra del Fuego e inactivaron su motosierra bajo una frase de dudosa validez: «son derechos adquiridos».
Cabe destacar que este régimen representa un perjuicio a las arcas fiscales de más de 1.000 millones de dólares anuales, con la contrapartida de que beneficia a unos pocos empresarios, y posiblemente a la casta política, ya que ha sido permisiva hasta el presente.
Paradójicamente los jubilados también tienen derechos adquiridos que están avalados por leyes y sentencias judiciales y a pesar de ello sus acreencias han sido avasalladas por todos los gobiernos sin excepción alguna.
Actualmente, no sólo no perciben los haberes previsionales y las retroactividades determinadas por la Justicia sino que se suman otras inequidades, como ser que deban tributar el impuesto al valor agregado sobre las cuotas de la medicina prepaga y a la vez aportar obligatoriamente al PAMI sin recibir prestaciones del organismo.
Seguramente la eximición de estas cargas para miles de jubilados será mucho menos onerosa para el fisco que la mencionada promoción industrial razón por lo cual el Presidente de la Nación está frente a la oportunidad de reivindicarse ante la clase pasiva tomando las decisiones apropiadas sobre los temas mencionados o de continuar aceptando estas injustas imposiciones para los integrantes de la tercera edad.
28/04/2025 a las 12:35 AM
Si no fabricamos nada, todo es ensamble que viene vía México desde China.
28/04/2025 a las 6:58 AM
Exacto, SON UNOS ENSAMBLADORES
ES LA Korrupción DE LOS KAPUTO
28/04/2025 a las 8:45 AM
Es un tema delicado, ya que eliminar el régimen de promoción industrial en Tierra del fuego, que es una herramienta útil con fines de asentamiento humano y crecimiento económico en el extremo sur de nuestro territorio, significaría despoblar y debilitar peligrosamente esa sensible región, que está en la mira de «occidente» y otros.
En todo caso habría que reformularlo, quitando privilegios y estimulando producción genuina, aunque con los libertarios gobernando es pedirle peras al olmo. El argumento de favorecer a los jubilados dejando el sur en la orfandad, es el recurso de desvestir un santo para vestir a otro, solo que en este caso con peligrosas implicancias. Se comprende, pues como dijo Sarmiento, para los liberales nuestro mal es la extensión.
28/04/2025 a las 1:59 PM
Perdón, si no entiendo mal el artículo no propone desvestir a un santo para vestir a otro sino considerar ambos temas para su tratamiento por las vías que correspondan, dejando en claro que el Presidente de la Nación y quienes lo secundan están mirando para otro lado, por explicarlo de manera educada. Con respecto a la protección estratégica de la zona habrá formas más económicas para llevarla a cabo pero no beneficiando a unos pocos «vivos» como en la actualidad.
28/04/2025 a las 10:43 PM
Coincido plenamente con el artículo y con Clemente Rubens, el planteo de Leoncio, que es muy válido, no debería significar desvestir a nadie, simplemente encarar ambos temas con realismo.
La idea que una vez tuvo Alfonsín de trasladar la Capital al Sur, por caso, sería multiplicadora y beneficiosa para el federalismo, Brasil lo hizo y mal no le ha ido con el traslado a Brasilia.
Y con los jubilados tendría que reformar el actual sistema con otro que lo reemplace, que sea más equitativo (tanto aportaste tanto cobrarás) y vender parte del Fondo de Sustentabilidad para ponerse al día con los juicios impagos.