Por Jorge Ingaramo.-

LA GENTE “ES MALA” Y PREGUNTA.

Inversores, empresarios y familiares, que quieren asesoramiento “gratis”, preguntan:

– ¿por qué los candidatos no hablan de economía? ¿No quieren hablar de ajuste y devaluación?

– ¿por qué no se habla del “largo plazo”.

– ¿qué van a hacer? ¿Qué HAY que hacer?

– si sacan el cepo: ¿cuánto va a costar el dólar? Habrá uno o muchos, como ahora? Y…

– un largo etcétera.

Pero siempre algo dicen los voceros de los candidatos:

– los oficialistas no quieren devaluar, sí quieren mercado interno, industria nacional, arreglo digno con buitres y préstamos externos para que haya divisas. Blejer no volvió a hablar de distinguir “flujos” de “stocks”. Pero no es mala idea (aunque sola no funciona).

– los macristas dicen que sobran dólares y falta confianza, que el ajuste ya lo sufrimos desde que se puso el cepo, que este no impidió la devaluación (de $ 3 a 9,39) y que no hace falta devaluar para des-cepar, que la confianza traerá inversiones y el salario real subirá.

Como se ve, ni continuistas y ni cambiadores dicen todo. Y lo que dicen podrá sonar lindo, pero…

CADA MAESTRITO, CON SU PLANCITO

Modestamente, también tengo plan. Sin compromisos, lo someto a su paciente consideración.

1- La continuidad es imposible. La economía está enferma. Primero hay que curarla o sea lograr “un país normal” en seis meses, con precios relativos creíbles para los inversores y las empresas y que estos puedan decidir según las ventajas competitivas comprobables y no las absurdas e irreales, que surgen de un estado inviable y ruinoso.

2- Se puede reducir -en poco tiempo- la inflación, con solo dejar de emitir para el Estado. Hay que sobre-actuar la estabilidad monetaria, reduciendo la Base (creció 17,3 % en el año, lo que casa justito con la inflación, o sea que no hubo demanda “real” de pesos). Hay que sacar “de prepo” el exceso, sin olvidar la única demanda genuina (pago de aguinaldos y vacaciones).

3- Rápido arreglo buitre, normalización del INDEC (traer a los buenos y eyectar a los “malos”), independencia del BCRA, aceptación de la auditoría del FMI, etc. son la base de la confianza: la moneda es lo relevante, no el “cepo”. Los dólares ahorrados se tienen que cambiar por pesos “cuidados”.

4- Reducir “al salto” el déficit del Tesoro, cediendo a los privados actividades e inversiones hoy públicas, terminando con contratados innecesarios, evitando el comienzo de “nuevas” obras públicas (hasta estudiar si son necesarias y financiables) y sobre todo eliminando los subsidios económicos a sectores que pueden pagar las “tarifas económicas” por consumos domiciliarios. Evitar clientelismos, dando $2000 por trimestre, en una tarjeta “SUBE”, a los 3,5 millones de hogares más pobres, para que los usen como pago por consumos “cuidados” de electricidad, gas y agua. Lograr que, en el 2do trimestre de 2016, el déficit de caja no supere los dos puntos del PBI, que sea financiado con bonos linkeados al dólar y a una tasa razonable, para que los compren los bancos y la ANSES. El FGS de esta institución tiene más de U$S M. 55000 en cartera, con 61 % de Títulos Públicos. El gobierno saliente debería pagar con un bono en pesos la mayor parte de la deuda flotante (proveedores, contratados, etc.), para dejar manos limpias al entrante. Un poco de basura “bajo la alfombra” es mejor que un tropezón de debutante.

5- Purificar el Balance del BCRA: a) canje de las actuales Letras (U$S M 59000) indisponibles, por un Bono (linkeado al dólar) que se pueda usar -en operaciones de mercado abierto (regulación de la cantidad de dinero) y -para la rápida reducción del oneroso stock de LEBACs (U$S M. 38000); b) programa de reducción gradual de Adelantos Transitorios al Tesoro (hoy U$S M. 31322) c) negociación (cancelar con Bonos) según propuesta Blejer, para pagos pendientes (la parte de stocks) de importaciones, remesas, deuda externa del sector privado, etc y d) creación de un sistema competitivo de depósitos y préstamos en dólares (y en bonos en esa moneda), para atraer el ahorro que quiera seguir “calzado” y ampliar los créditos en verdes, exclusivamente para sectores productores de divisas (así se evita una futura pesificación asimétrica, si algo sale mal).

6- Desregular el comercio exterior, eliminar retenciones (de a poco para el complejo sojero), reponer reintegros a la expo de valor agregado y fijar un dólar de $ 12 a 13. Se opta por fijar inicialmente el tipo de cambio, sin comprometer una fecha futura de flotación administrada, hasta convencer al mercado que la política “cierra” y es previsible (y por ende aumentan sistemáticamente las reservas, cuya compra es el único destino de la creación de Base Monetaria, amén de la regulación de liquidez vía pases del Central con los bancos).

7- El precio de la divisa debe modificarse porque está muy atrasado y el contexto internacional lo impone (hay “pálidas” como Brasil, China; precios de commodities, suba de la tasa de referencia de la FED, etc.). Se elige el rango de 12 a 13 pesos, inferior a los actuales del Contado con liqui y del Bolsa (aproximadamente $ 14), por considerar que la desconfianza y la incertidumbre se reducirán. El Tarjeta ya está en $ 12,67 y los precios de los bienes en el mercado interno (Ej: inmuebles) lo tienen incorporado. Un dólar más alto sería insostenible (socialmente). Un Tipo más barato no resolvería la competitividad cambiaria del agro, las economías regionales, la metalmecánica, etc.

8- El valor del barril de crudo de referencia (mercado local) se establece en U$S 58, para reducir costos al agro, la industria y el transporte en aproximadamente 15% en el rubro combustibles. El Presidente de YPF dice que vendrán dos años de precios bajos para el petróleo, que hoy cuesta en torno a U$S 45, por eso un 29% de protección equilibra los incentivos, favoreciendo “también” a los consumidores locales. La petrolera puede arreglárselas para financiar sus inversiones, gracias a la reducción del riesgo país que, si sale todo bien, no debería superar los 300 puntos básicos.

9- La presión tributaria sería menor por la eliminación de retenciones; la rebaja de la base para combustibles, la adecuación del ajuste por inflación en el impuesto a las ganancias, etc. El peso del Estado sería menor para el sector transable, gracias a la devaluación y los ajustes arriba detallados. Se debería cambiar el sistema vigente de ganancias para los asalariados, hasta llegar a una base gravable que sólo incluya los premios o bonus (o sea lo que no pagan de ganancias las empresas).

10- El crédito de organismos internacionales debe ampliarse y destinarse sólo a buenos proyectos, incluyendo provincias y municipios cuyas políticas presupuestarias sean correctas y transparentes.

¿POR QUÉ EL PLAN SERÍA VIABLE?

Hay muchas cosas a favor. El daño irreparable (recesión, cepo, pobreza, estatismo asfixiante, etc.) fue auto-impuesto. Si bien la situación internacional ahora no ayuda, mencionamos datos favorables:

– La deuda pública en manos privadas es bajísima y la que vence en 2016 rondaría el 1,2% del PBI. En 2017 crece al doble, pero hay tiempo para operaciones de mercado que puedan servir de alivio parcial.

– Hay ahorros de titulares argentinos que salieron del sistema y de a poco podrían retornar si somos normales y el set de precios relativos “aguanta” al menos dos años y no es usado “electoralmente”.

– El Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES (cuya composición podría modificarse) es motor financiero de inversiones y comprador interesado de emisiones accionarias (tiene jugosos activos, que podrían valorizarse, senza joda).

– Otra vez, como en 2001-02 hay mucha capacidad ociosa y un formidable paquete de inversiones que “hace la plancha” a la espera de la normalidad.

– La confianza proveerá los “efectos riqueza” suficientes para volver a una ratio de Inversión/PBI de 22 a 23%, en 2017. Esto gatilla un crecimiento anual de tres puntos del PBI, …¡bajo las patas!

– El sistema financiero es solvente y puede aumentar “a lo bestia” su tamaño, con reducción de costos (por efecto escala) para los sufridos demandantes de crédito.

– La infraestructura requiere de modernización, pero también de “orientación”, amén de una gestión privada “no culposa”.

– Hay un salto tecnológico que no ha sido aplicado en agro, industria, eficiencia “digital” del sector público, vivienda social y combate exitoso y digno de la pobreza tanto rural como urbana.

– Ni hablar del salto fenomenal por animarse, en serio, a que no haya más pobres, en un país rico.

Share