El economista Agustín Monteverde sintetiza de este modo su visión de la coyuntura.

Estamos frente a un nuevo capítulo en la estrategia del gobierno. La misma empezó con el gradualismo evitando todo tipo de reformas de fondo. Pero se produjo finalmente la desconfianza de los agentes económicos que vieron negativamente la continuidad de la inercia. Se recurrió entonces al FMI para devolverle la calma a los mercados. Pero los agentes económicos percibieron que se seguía con la misma inercia. Apenas cerrado el acuerdo con el Fondo recrudeció la crisis. Fue entonces que el gobierno recurrió a una supuesta eliminación de ministerios que en realidad fue solo cosmética. Entonces no quedó otro camino que pedirle al FMI una ampliación del crédito y un adelanto de fondos. Así es que nunca fue tan transparente la estrategia de durar y no hacer nada. O sea aguantar hasta las elecciones. Como la ampliación no era suficiente se pasó del gradualismo a una política de shock monetario .Este viene acompañado por una mayor presión impositiva más el endeudamiento a tasas de interés exorbitantes.

Esta nueva política de encajes remunerados implica que nos quedamos sin crédito y que se está desplazando al sistema bancario.

Estamos ahora ante nuevas amenazas por la mayor presión impositiva y la caída de los ingresos reales a los que se suman los costos financieros que pueden llevar a la quiebra de empresas y personas. Esto en el marco de una reducción de la actividad económica sin precedentes. Se puede de este modo recomponer un carry trade pero no habrá una corriente de inversiones. La reducción de la actividad económica puede a su vez convertirse en depresión

Por otra parte, en lo inmediato la inflación seguirá en alza Así es que esta política profundiza la anterior y va a producir una bomba más potente aun que las LEBAC. Para medir su poder destructivo hay que comparar que con las LEBAC las tasas estaban entre el 25 y el 28 y hoy llegan al 73.Y las LELIC son a 7 días.

La actual bomba tiene sus consecuencias. Estamos comprando un plan BONEX. Como en los 80, se están estatizando los depósitos bancarios .La plata no la tienen los bancos sino el estado. Miremos con atención lo ocurrido en el 89 y el 90 y veremos lo que ocurre con la estatización de depósitos a tasas altísimas. Y aunque se contenga la inflación gracias a la dureza monetaria los riesgos son enormes.

Correlativamente, el estado sigue sin ajustarse y el ajuste solo alcanza al sector productivo.

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