Por Hernán Andrés Kruse.-
El gobierno de Mauricio Macri puso en práctica un programa de ajuste del gasto y de la distribución regresiva del ingresó inédito en nuestra historia. Fútbol para Todos, cuya audiencia es masiva, equivale apenas al 0,7 por ciento de los 261 mil millones de pesos de deuda que tomó el oficialismo en los últimos dos meses. Por su parte, el plan de atención odontológica Argentina Sonríe representaba tan solo el 0,09 por ciento. Ello no impidió que el gobierno decidiera terminar con ambos programas. Por si ello no hubiera resultado suficiente recortaron gastos de áreas importantes como ciencia y tecnología, derechos humanos, cobertura de medicamentos a jubilados, asistencia a la agricultura familiar, entro otros ítems, todos ligados a cuestiones que determinan en buena medida la calidad de vida de las personas. El caso de Fútbol para Todos es paradigmático. En los últimos días los medios dominantes hablan del enorme gasto que significa el mantenimiento de Fútbol para Todos; sin embargo, le cuesta al estado 120 millones de dólares anuales, es decir tan sólo el 0,4 por ciento de los 32.0000 millones de dólares de deuda externa que fueron emitidos por el oficialismo a partir de diciembre pasado. Esto demuestra que al gobierno no le interesa lo que desean millones de argentinos: ver fútbol los fines de semana tranquilos en sus hogares. Porque si no, no se explica su decisión de no destinar el 0,4 por ciento de ese enorme endeudamiento a la transmisión gratuita de la pasión de multitudes. El problema, por ende, no es fiscal, sino la manera que ha elegido el gobierno para asignar los recursos disponibles; cuáles son, en definitiva, sus prioridades de gestión. Oh casualidad, es un factor que no se trata en los debates económicos que pululan diariamente en los sets televisivos, pese a tratarse de una cuestión fundamental para comprender la crisis que nos agobia. En agosto el número de beneficiados por la eliminación del cepo ascendió a 650.000. Entre enero y agosto una ínfima proporción de la población adquirió 23.000 millones de dólares. Sin embargo, los medios dominantes han presentado la eliminación del cepo como una medida que benefició a los 40 millones de argentinos.
La política económica de Cambiemos es similar a la de la dictadura militar, a la de Carlos Menem y a la de la Alianza: promover el endeudamiento en moneda dura para paliar la insuficiencia de las divisas que ingresan al país para abastecer a la demanda. Y lo hace no para financiar Fútbol para Todos y Argentina Sonríe, sino para que sus “amigos” puedan dolarizar sus excedentes y sentir que son más “libres”. El problema es que se trata de una inversión por demás costosa ya que esa deuda no hace más que acumular intereses y obligar al gobierno a practicar ajustes y más ajustes sobre gran parte de la población para poder afrontarla. Se trata de un proceso que los argentinos ya experimentamos: en 1982 culminó con la estatización de la deuda privada, durante el menemismo se entregaron las empresas públicas y en 2001 desembocó en la más grave crisis económica, política e institucional de la Argentina contemporánea. ¿Por qué en esta oportunidad el resultado habría de ser diferente? Según datos del propio Central las ventas de divisas para atesoramiento, viajes al exterior y transferencias fuera del país ascendieron a 23.106 millones de dólares (de enero a agosto). Durante agosto 647 mil clientes compraron dólares billetes. De ese total, cerca de la mitad adquirió hasta 10 mil dólares, un 19 por ciento entre esa cifra y 50 mil dólares, un 17 por ciento entre 50 mil y 500 mil dólares, un 7 por ciento entre 500 mil y 2 millones de dólares, un 3 por ciento entre 2 millones y 5 millones de dólares y el 6 por ciento restante compró más de 5 millones. ¿Cuál fue la utilidad social o, si se prefiere, en qué se benefició el pueblo con esta última compra?
Según el economista Luis D’Atellis “conocemos el destino final de este esquema, y tenemos muy presente en nuestro país cuáles son las consecuencias económicas y sociales de un default por sobrecarga de deuda. Ocurrió hace poco, en 2001”. Destacó que el recurrir al endeudamiento externo necesita sí o sí, para evitar un cataclismo, un marco de desarrollo productivo que garantice el repago de la deuda. Lamentablemente, esto no está sucediendo. En otros términos, el gobierno se está lanzando a una pileta vacía. Lo que el gobierno está haciendo es crear las condiciones para que surja un escenario de puerta giratoria. Así lo ilustra D’Atellis: “los dólares que ingresan por endeudamiento externo-que recae sobre todos-financian la salida de capitales de un pequeño grupo, o el déficit fiscal generado por la caída de la recaudación, consecuencia de políticas de concentración de ingresos y debilitamiento del mercado interno”. Por su parte, Álvarez Agis, ex viceministro de Economía, analizó cómo impactan en el proceso distributivo las principales medidas económicas del gobierno de Cambiemos. La devaluación de diciembre, las ganancias fabulosas generadas por las operaciones con dólar futuro y la quita de retenciones al agro, la industria y la minería significaron unas transferencias del Estado a los sectores de altos ingresos del orden de los 18.100 millones de dólares (4,3 por ciento del PIB). En cambio, las transferencias del Estado a los sectores medios y bajos significaron tan sólo el 1,3 por ciento del PIB, es decir, unos 5.300 millones de dólares. Ello significa que el pago extra de 400 pesos a jubilados y titulares de la AUH, el reintegro del IVA a esos mismos sectores, el aumento de las asignaciones familiares a trabajadores registrados, la ley pyme, la extensión de la AUH a monotributistas sociales y el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, alcanzaron la suma de 5.300 millones de dólares; mientras que la devaluación de diciembre, las ganancias por las operaciones con el dólar futuro y la quita de retenciones al agro, la industria y la minería, alcanzaron la suma de 18.100 millones de dólares. 18.500 contra 5.300. He aquí, expresado en números, el orden de prioridades del presidente de la nación. Esta lógica de reparto de los recursos permite comprender la dura recesión que está soportando la población. En diez meses el oficialismo tomó la misma cantidad de deuda en términos nominales como la dictadura militar durante siete años. Sin embargo, el consumo se desplomó, la desocupación trepó a los dos dígitos, miles de empresas colapsaron, la obra pública se redujo dramáticamente al igual que la inversión privada, y la fuga de capitales se multiplicó. El modelo económico de Cambiemos se reduce a dos ideas: a) ajuste para la población, b) beneficios extraordinarios para una élite (fuente: David Cufré, “Números duros”, Página 12, 22/10/016).
En su edición del domingo 23 de octubre Página 12 publicó un excelente artículo de Alfredo Zaiat titulado “Los números de los (im)puros”, en el que pone en evidencia el manoseo de las estadísticas públicas en precios, industria, PIB, empleo, desocupación, pobreza y deuda externa. En estos diez meses de gobierno macrista se han difundido de manera oficial diversos indicadores económicos, sociales y laborales que, a juicio de Zaiat, tienen vicios que años atrás hubieran provocado olas de indignación. El análisis del accionar de los (im)puros de las estadísticas arroja el siguiente saldo (de carácter provisorio): “a) ajustar metodologías en índices del Indec para facilitar la estrategia comunicacional del gobierno de construir una revisión de la historia económica reciente; b) manipular el tradicional informe laboral del Ministerio de Trabajo, con datos del Sistema Integrado Previsional Argentino, para reflejar una menor destrucción de puestos de trabajo; c) utilizar en forma arbitraria el menor índice de precios (entre el de CABA y el de San Luis) durante los meses del inédito apagón estadístico del Indec para abonar menos deuda en pesos; d) alterar la metodología de la contabilidad fiscal del Ministerio de Finanzas para inflar el déficit de las cuentas públicas del último año del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, con el objetivo de minimizar el actual descalabro fiscal provocado por la pérdida de recursos con la eliminación de las retenciones agropecuarias, industriales y mineras; e) modificar el balance de la deuda externa para cargar el inmenso pago a los fondos buitre a los años del kirchnerismo; y f) ocultar información pasada al no empalmar las series con los nuevos indicadores del Indec para no reflejar el ciclo regresivo en materia laboral y social”. El macrismo realiza todos estos “malabares” estadísticos para construir su propio relato. Para ello no trepida en camuflar el descalabro que sus propias medidas económicas están produciendo en lo social y productivo, que en la práctica se han traducido en una gigantesca e inédita transferencia regresiva del ingreso. Busca, además, alterar los principales indicadores económicos y sociales del período kirchnerista para convencer a la población de que en realidad no hubo tanto crecimiento como pontifican los kirchneristas, que no disminuyó tanto la pobreza, ni se redujo tanto la deuda ni se crearon tantos puestos de trabajo. Lo que busca el oficialismo es hacer una nueva historia del kirchnerismo, presentarlo como uno de los peores gobiernos, tanto en lo económico como en lo moral, de la historia argentina.
Zaiat dedica el resto de su artículo a dar a conocer a la opinión pública los “retoques” que el macrismo viene aplicando a las estadísticas públicas. “1) En los meses del inédito apagón estadístico, cuando desaparecieron todos los indicadores oficiales hasta el Índice de Precios al Consumidor, el Ministerio de Finanzas modificó en forma arbitraria la elección del Índice Alternativo para calcular el CER. La habilitación para la venta de las acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses no fue el primer paso del macrismo para su licuación. Ese paso ya lo había dado el ministro de Finanzas y Deshacienda, Alfonso Prat Gay, cuando decidió usar el índice de precios que publica la provincia de San Luis y no el de la Ciudad de Buenos Aires para calcular el CER, lo que perjudicó a los inversores de títulos indexados por ese coeficiente de actualización, entre ellos el FGS-Anses”. Lo que hizo el ministro fue valerse al principio del índice porteño porque marcaba una cifra más baja que el de la provincia puntana. Sin embargo, cuando esa tendencia se revirtió decidió valerse del índice sanluiseño, lo que ocasionó una pérdida de 4950 millones de pesos en apenas cuatro meses, con el consiguiente perjuicio para la población. b) La información revisada del PIB presentada por el Indec presentó, según Zaiat, un buen número de “inconsistencias”. “Asegura que el Producto en el primer trimestre avanzó 0,5 por ciento interanual (luego lo corrigió a 0,4) y varios especialistas evaluaron como poco creíble ese signo positivo cuando casi todas las variables más relevantes registraron caídas en ese período”. En este sentido vale destacar la opinión del economista Mariano Kestelboim, quien cuestionó en duros términos al Indec por calcular un crecimiento del consumo del 1,1 por ciento durante el primer trimestre de 2016 respecto a igual período del año anterior y del gasto público del 2,7 por ciento, mientras que todos los indicadores, tanto públicos como privados, registraron una caída del consumo y una subejecución presupuestaria del gasto público durante ese período. Según el economista “no son consistentes los datos del primer trimestre” (…) “de nuevo hay manipulación de datos”, advirtió. c) Según el economista Daniel Sticco no resultan creíbles los números del Indec referidos al consumo privado. Los números oficiales, que desatacan una leve contracción del consumo privado del 0,1 por ciento y del consumo del sector público del 2,0 por ciento, no coinciden con los datos del propio Indec que habían destacado la existencia de fuertes caídas de la demanda de las familias. “No ayuda a despejar las dudas y las críticas que disparará este dato”, advirtió. d) El Indec revisó la serie del PIB de los años K, sobre el que existían algunas diferencias, no tan pronunciadas, pero ninguna tan profunda como en la del año 2009. Yendo más lejos que cualquier estimación privada, el Indec registró una caída del PIB del 6 por ciento. Fernando Cerro, director técnico del Indec, dijo que para alcanzar ese porcentaje no fueron tenidos en cuenta los subsidios a los servicios públicos incluyéndose en cambio el impuesto al cheque, además de utilizarse una serie de índices alternativos de “algunos insumos estadísticos”. De esa forma, sentencia Zaiat, elaboraron una serie eminentemente política para derribar el argumento del anterior gobierno según el cual hubo un importante crecimiento económico cuando gobernó. Una merma del 6 por ciento del PIB hubiera provocado un colapso económico y social que jamás tuvo lugar. e) Tampoco son creíbles las cifras de desempleo difundidas por el Indec. El porcentaje difundido-9,3 por ciento-para el segundo trimestre de 2016 no es creíble. El sociólogo Daniel Schteingart expresó que “de mucho analizar (la) EPH, creo que si hubo toqueteo fue en disfrazar desocupados como inactivos”. Luego de que el gobierno nacional difundiera ese dato, la dirección estadística porteña confirmó la manipulación puesto que para la CABA el desempleo fue dos puntos más altos durante el mismo período (10,5 por ciento). f) Según el Indec durante julio la producción industrial cayó un 7,9 por ciento mientras que en el desagregado industrial la industria textil tuvo una caída de sólo el 2,6 por ciento, “con lo cual comenzó a recortar la insólita suba de 8,0 por ciento dibujada en el primer semestre”. FIEL había dado a conocer el estancamiento textil (0 por ciento) en siete meses de 2016. Teniendo en cuenta los despidos, las suspensiones, la caída de la demanda interna y el aumento de importaciones, nadie, dentro del mundo empresario textil, se atrevería a avalar las estadísticas oficiales. G) El Indec, al sobreestimar la canasta de bienes y servicios que determina la línea de pobreza, determinó que el porcentaje de pobres asciende al 32,2 por ciento, lo que le permitió a los funcionarios de Macri salir a hablar de la herencia K en esta delicada materia. Lo cierto es que el Indec no dio a conocer los números correspondientes al último trimestre de 2015 y al primer trimestre de este año con la nueva canasta para así no verse obligado a cuantificar el feroz impacto de la política económica de Cambiemos sobre los sectores vulnerables de la población.
Luego de señalar otros retoques a los ya expuestos Zaiat concluye de la siguiente manera: “El Indec de Macri y otros organismos del área económica-laboral que difunden estadísticas están ocupados en distorsionar la realidad anterior y actual con el objetivo de confundir el análisis presente y reescribir la historia pasada reciente. Para ello el manoseo de las estadísticas es una de las principales armas, esta vez con el apoyo del FMI y de profesionales críticos del Indec kirchnerista y que ahora no se animan o no quieren observar las maniobras del Indec macrista”.
24/10/2016 a las 3:19 PM
17.000 caracteres y 3000 palabras al viento en el silencioso desierto.-
Un huracán anunciado
Enrique Guillermo Avogadro –Abogado-
Bs.As., 15 Oct 16
«Son testigos de la muralla inexpugnable de nuestra mente, de la impenetrable fortaleza de nuestra memoria».
Joël Dicker
En la Argentina, donde tantos están sufriendo en el barro la travesía desde el cataclismo que significaron los gobiernos kirchneristas, mal que les pese a los inexplicables fanáticos que aún los añoran hay fuertes señales de que estamos llegando al pavimento desde donde comienza un futuro mejor. La ciudadanía lo percibe y, aún en medio de tantas dificultades, sigue acompañando a Mauricio Macri.
La mayor muestra del cambio de expectativas vino, como siempre, de los mercados de capitales. El Gobierno emitió, con un éxito que superó todas las esperanzas dada la previsión de aumento de las tasas por la Reserva Federal, bonos a diez años, en pesos y con interés fijo; es más, que fuera del 15,5% anual, da a la sociedad entera una certidumbre que ninguno de los argentinos recuerda haber tenido nunca. Como escribió hace unos días James Neilson, los argentinos siempre originales, cuando nos convertimos en «normales» el mundo se vuelve «anormal».
En el lado negativo -siempre lo hay- de la situación local debemos sumar, como todas las semanas, los signos concretos del avance y de la potencia del narcotráfico. El incendio intencional de un Juzgado federal y las nuevas amenazas mafiosas a la Gobernadora de Buenos Aires fueron, sin duda, los episodios más graves, y todos haríamos mal en restarles importancia.
La inseguridad que, por lo demás, no hace sino crecer entre las preocupaciones de los ciudadanos, me llevó a formular algunas propuestas en mi nota del sábado pasado; entre ellas, que las fuerzas de seguridad fueran destinadas a la lucha contra el delito en el interior y, en su reemplazo, se enviara a las fronteras a las fuerzas armadas. Ignoraba que algo así ya estaba en la mente de algunos gobiernos de la región, entre ellos el nuestro: esta semana se reunieron los jefes de los ejércitos de varios países para coordinar esfuerzos con esa idea, que ya ha sido adoptada por Brasil, para combatir el tráfico de narcóticos, de armas, de personas y, sobre todo, el rampante terrorismo transnacional, íntimamente relacionado con todos esos males, ya que de ellos obtiene el financiamiento de sus actividades.
En los últimos siete días, una sensación que recorría el mundo y, sobre todo, a América Latina, se transformó en una certeza: el populismo se está derrumbando, empujado al abismo político por sociedades que están hartas de la corrupción o, simplemente, del derroche de los recursos públicos.
En España, en las elecciones celebradas en Galicia y en el País Vasco, el PSOE recibió una paliza, pero los votos que perdió no fueron a Podemos, ese partido de izquierda de reciente formación que venía de un fuerte knock-out en los comicios nacionales. Escocia, harta del populismo que llevó al «brexit» y fuerte defensora del europeísmo, ha vuelto a plantear la necesidad de un referendum con vistas a su independencia de Gran Bretaña
Por lo que se ve, la campaña de Donald Trump, otro populista pero de derecha, se ha zambullido en un tobogán que parece no tener fin. En individuos tan profundamente morales como son los estadounidenses, las permanentes denuncias por elusiones impositivas y abusos sexuales en que el candidato ha incurrido y su inclemente racismo, han producido un enorme impacto negativo. Ni él ni Hillary Clinton se han caracterizado por la altura o la dignidad con que se han conducido en estos meses, pero esta semana hemos visto a muchos de quienes contribuyeron con fondos para el republicano pedir su devolución, y los grandes líderes de su partido lo han dejado solo o, lisa y llanamente, han llamado a votar en su contra
En Venezuela, el Tribunal Supremo (íntegramente formado por chavistas) autorizó a Nicolás Maduro a aprobar el presupuesto anual por decreto, soslayando así su tratamiento por la Asamblea Nacional, con mayoría opositora. Además, para impedir que se realice un plebiscito revocatorio de su mandato este año, lo cual obligaría a llamar a elecciones, ha ordenado a su también dependiente Consejo Nacional Electoral demorar hasta el hartazgo la verificación de las firmas obtenidas para forzar ese recurso constitucional; así, esa decisión que inevitablemente lo expulsará del Palacio de Miraflores, se producirá el año próximo y permitirá a otra figura del «socialismo bolivariano» completar el período, con los mismos vicios que, a esta altura, se han transformado en un verdadero genocidio de la población venezolana, sumida en la más irracional violencia, el hambre y la insalubridad.
El incomparable Rafael Correa ha debido abandonar su pretensión de perpetuarse en la Presidencia de Ecuador y, ahora, lo han comenzado a acosar denuncias de corrupción que, como sucedió en el escándalo que tanto afectó a Dilma Rousseff, a punto tal que fue depuesta, se originan en la empresa estatal de petróleo. Y otro tanto les pasa a los restantes colegas que, en esta América del Sur tan especial, han encarnado gobiernos populistas; me refiero a Evo Morales, en Bolivia, y a Michelle Bachelet, en Chile.
En el caso de la mandataria trasandina, que terminó su primer mandato con una gigantesca imagen positiva, al regresar a La Moneda inexplicablemente dedicó todos sus esfuerzos a destruir el más exitoso proceso económico de la región, que había llevado a su país a un desarrollo sin igual.
En Brasil, el PT, tan erosionado por la corrupción, sufrió la peor derrota de su historia en las elecciones municipales del domingo pasado. En San Pablo, la mayor ciudad de la región, el candidato de PSDB -el partido de Fernando Henrique Cardoso- João Doria, no necesitó esperar a la segunda vuelta para expulsar del cargo al ahijado de Lula, Fernando Haddad. Y ese fue sólo el caso más notorio, ya que el huracán impactó en todo el país y de nada sirvió la presencia permanente del fundador de la sigla, que recorrió toda la geografía nacional tratando de impedir el inevitable resultado. Tampoco allí los votos que fugaron fueron a los otros partidos de izquierda (PSB, PDT, PSOL, PSTU, PCdoB); según la prestigiosa revista Veja, con el resultado de estas elecciones, las formaciones de derecha -PSDB, PMDB, PSD, PP, PR, DEM- conquistaron el 78% de los cargos.
La somera descripción de lo sucedido últimamente confirma, como dije, que los vientos huracanados desatados por el fracaso de las políticas populistas están arrasando con todos los regímenes de ese signo de la región, que tanto daño han causado a nuestros países. Eso augura un futuro prometedor, con desarrollo sustentable, con libertad de comercio, con mejor educación y salud, con infraestructura adecuada, con más competitividad, con empleos más calificados, con más inversiones, es decir, con mayor bienestar general.
24/10/2016 a las 3:26 PM
Impecable comentario! todo lo contrario de la estúpida e incoherente nota de este don nadie. Un placer leerlo Sr. y ojalá sus vaticinios se cumplan.
24/10/2016 a las 7:14 PM
AQUI ES DISTINTO ,SE AMA LA CORRUPCION Y A LOS CORRUPTOS,
SE AMA,Y SE APLAUDE LA MISERIA , Y LOS QUE LA PROVOCAN SON REELEGIDOS EN SUS CARGOS A PERPETUIDAD.
24/10/2016 a las 5:30 PM
Socialista detected! Populismo detected!
24/10/2016 a las 5:36 PM
¿CUAL «PLAN» ECONÓMICO??……
¡SI NO HAY NINGUNO, SALVO MENTIR, ESTAFAR Y AFANAR A LA CLASE MEDIA A LOS JUBILADOS Y A LOS POBRES!!……
NO ENCAJA, NO CUADRA, ES INVIABLE Y FALAZ SE MIRE DESDE EL ANGULO O IDEOLOGÍA QUE SE MIRE……»APRENDEN SOBRE LA MARCHA»……
YO LE LLAMO SIMPLEMENTE FARSA, INEPTITUD Y ROBO !!!!!!!!!!!!……
24/10/2016 a las 7:16 PM
S,I EN LA DECADA GANADA TE REFERIS ?
24/10/2016 a las 8:00 PM
MUY BUEN RESÚMEN DEL GOBIERNO DE KRETINA.
24/10/2016 a las 5:51 PM
CRISTINA PASAS A LA HISTORIA COMO
LA LADRONA MUGRIENTA QUE SOS
LADRONA
HARAGANA DESCEREBRADA RESENTIDA
24/10/2016 a las 7:05 PM
los que va a pasar a la historia es el pueblo que le dio el voto pago con planes
y pobreza extrema y drogas.
hay que averiguar sobre la muerte de kirchner.la de Nisman esa es la historia que va a quedar.
25/10/2016 a las 11:51 PM
¡cuando las barbas de tu vecino veas cortar—————————–!
Lo que viene al nuevo Brasil
Privatizaciones, flexibilización laboral y recesión. Un análisis de la situación del país.
por Bruno Almansi Perez y Ernesto Mattos
Después del proceso de impeachment del 2 de diciembre de 2015, comenzaron a aplicarse las primeras medidas económicas del provisorio gobierno de Michael Temer que consistirán en un paquete de privatizaciones en empresas de servicio eléctrico, de transporte y de gestión aeroportuaria y portuaria. Pero ¿Quién es Temer? Según los documentos de Wikileaks se evidencia la relación entre Temer y la CIA quién fue enviado desde Sao Paulo (Brasil) con destino al Comando Sur de EE.UU con información acerca de la situación política en Brasil durante la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva.
Así como en Argentina la mayoría de los funcionarios asistieron a la gala de la embajada norteamericana, Brasil no está exento de esta situación y operaciones. El acompañamiento de la Cámara de Comercio Norteamericana-Argentina al programa ejecutado por el actual gobierno, evidencia las fuertes relaciones y tensiones que estaban en juego en la región. El programa económico ya comenzó en argentina en 2016 y en Brasil en el mismo sentido, se habilitó a que otras instituciones públicas se abrieran a una mayor participación privada como el Seguro de Caixa Económica Federal o el Instituto de Reaseguro de Brasil. A su vez, en julio se eliminaron las prestaciones de la Bolsa Familia, excluyendo a 10 millones de familias de dicha ayuda. Si bien estos primeros pasos configuran un panorama del rumbo de las políticas económicas del gobierno destituyente, con el golpe ya consumado, los nuevos mandatarios comenzaron una segunda etapa de profundización de las mismas.
En este sentido, Temer lanzó este martes un reformado plan económico que pretende realizar 34 concesiones y privatizaciones de empresas públicas. Los efectos de esta propuesta, bautizada Crecer, serán a medio y largo plazo, ya que las primeras subastas deberán ocurrir a mediados de 2017. Coordinado por el secretario ejecutivo del Programa de Colaboraciones e Inversiones, Wellington Moreira Franco, la propuesta prevé la privatización de cuatro aeropuertos, siete empresas de energía, tres empresas de saneamiento ambiental, además de la concesión de tres ferrocarriles, tres carreteras y dos puertos. Está también previsto vender parte de las loterías de la Caja, de subastar tres campos de explotación de petróleo y de cuatro áreas de minería.
La privatización de los aeropuertos de Salvador, Porto Alegre, Fortaleza y Florianópolis ya había sido anunciada por el Gobierno de Rousseff. Sin embargo, las licitaciones no fueron lanzadas o no hubo interesados. Una de las razones, según técnicos de la actual gestión, fue el tipo de concesión que se proponía. Infraero (la empresa estatal que administra los aeropuertos) sería la responsable al quedarse con un porcentaje entre 15% y 49% de las acciones del aeropuerto privatizado. Con la nueva propuesta, no es obligatorio que la estatal participe del consorcio que administrará el aeropuerto.
En adhesión a los planes de privatización, la reforma laboral del gobierno de Temer muestra el mismo rumbo económico. La misma incluirá la posibilidad de contratar por horas trabajadas o productividad (servicio específico), lo que permitirá el enlace del trabajador a más de una empresa, de acuerdo con el Ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira. De esta forma, también se podrá habilitar a que el empleador opte por la contratación en base a la consumación del producto final, o bien por la cantidad de horas requeridas para que dicho servicio final esté realizado.
El gobierno también quiere dejar claro que los convenios colectivos podrán acordar la posibilidad de que un trabajador cumpla horarios de trabajo de hasta 12 horas al día, con un límite de 48 horas semanales. Este nuevo límite superará al actual de 44 hs semanales, por lo general distribuidos en 8 horas de lunes a viernes, y cuatro horas el sábado. La norma actual prevé dos horas extras todos los días.
Todo hace pensar que la situación económica brasileña continua sin una clara recuperación, según el Informe Económico Internacional del Laboratorio de Economía Nacional e Internacional – CEFMA: “En el segundo trimestre de 2016 la economía de Brasil cayó -3,8% en relación a igual período del año anterior; el principal responsable de ese deterioro fue el consumo de las familias que se contrajo -3,3% anual, de la mano de un creciente desempleo y la caída del salario real de la población. También disminuyó la inversión privada (-1,7% anual) y el gasto público (-0,4% anual). El único componente de la demanda que aumentó fueron las exportaciones netas (exportaciones menos importaciones) debido a la rotunda caída de las compras externas asociada a la recesión doméstica. Se prevé una contracción del PIB de -3,2% anual para el 2016.”
Solo nos surgen interrogantes ¿La privatización será el camino a una mejora del país en términos socio-económicos? ¿La flexibilización laboral lograra contribuir a la disminución de la pobreza?
VOLVEMOS A LOS NOVENTA.
26/10/2016 a las 12:04 AM
Una adivinanza para el Kruze.
Qué hace una rata cuando ve que le van a quitar el queso??