Por Guillermo Cherashny.-

Finalmente Sergio Massa designó a Gabriel Rubinstein como secretario de programación económica, que en los hechos actúa como viceministro de economía, y será el funcionario clave en las negociaciones con el FMI. El nombramiento se produce en el día que Horacio Verbitsky, uno de los periodistas más informados del país, escribiera en su editorial de «el cohete a la luna» que Cristina impidió nombrar a Rubinstein. Y en este caso, Verbitsky tuvo mala información. En cambio Jorge Asís, en su portal, afirmó que a Massa no le gusta que la prensa le baje funcionarios que quiere nombrar y que esta designación mostraba que la vicepresidente tenía un amplitud de criterio. Al final Asís tenía razón, porque desde el «canal Uganda» -como se conoce a la Nación Más- difundieran viejos tweets donde el nuevo funcionario atacaba duramente a Cristina. También desmiente a otro de los periodistas más informados de la Argentina como es Carlos Pagni, quien dijo en su programa y en sus editoriales del diario «La Nación» que el ministro de economía era auditado por Axel Kicillof.

De todas formas y tweets aparte, era difícil nombrar a Rubinstein como número 2 en economía, porque a diferencia de Daniel Marx, que debutó como funcionario en el gobierno de Alfonsín, el nuevo viceministro de trabajo, en el estudio Broda y saltó a la función pública de la mano de Guillermo Nielsen como delegado de la secretaría de finanzas en el directorio del BCRA. En ese cargo Rubinstein es un economista más cercano a la ortodoxia económica que a la heterodoxa, es decir que fue funcionario de Lavagna pero mucho más cercano al establishment y en su consultora GRA tiene el mayor acierto en los pronósticos de crecimiento, inflación, etc., de la economía argentina, o sea que Massa tendrá una actualización de la situación real de lo que pasa.

En conclusión, Massa envía una señal a los mercados: que tiene plenos poderes para estabilizar la economía sin límites dentro del FdT y ahora deberá demostrar resultados rápidamente.

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