Por Jorge Luis Vitale.-

Es una lástima que los economistas que hoy anuncian falta de reservas no lo hayan hecho hace años, cuando algunos ya advertían la conducción de este modelo en el cual no son ciertas las reservas que informan ni la deuda pública ni tampoco el PBI. Aquellos índices que informa el gobierno son igual de falsos que los números del INDEC.

La declaración de desacato por parte del Juez Griesa nos aleja cada vez más de las inversiones reales y de cualquier toma de deuda para financiar las obras públicas, servicios u otros elementos esenciales a la Nación. Pero además de todo ello, nos pone al límite de sanciones por los organismos internacionales y de exclusión en el G20 y otros organismos.

El Banco Central ya está sumergido en un pasivo de U$S 70.000 millones, dado a que su activo son bonos, títulos y otros papeles del Tesoro Nacional que no pueden ser comerciados. Por ende, son incobrables. Asimismo, los dólares en efectivo que quedan no nos pertenecen. Son préstamos de organismos internacionales destinados a respaldar la emisión del peso argentino.

La gravedad de la situación de las finanzas nacionales es consecuencia del despilfarro y la corrupción de la década del Gobierno K, ocultando sistemáticamente con estadísticas y registros contables mentirosos.

Es por eso que en diciembre de 2012 nuestro país publicó una deuda externa oficial de 193.200 millones de dólares. No obstante, los principales organismos internacionales estiman que el país debe como mínimo unos 450.000 millones de dólares.

En la actualidad, el Gobierno reconoce 275.000 millones de dólares de deuda, pero para los organismos internacionales el número ya supera los 450.000 millones de dólares.

Esa diferencia es porque el Gobierno no incluye:

a) La colocación de un 40% más de bonos, sin que fueran publicados.

b) La deuda con el Club de París.

c) Las sentencias impagas de los acreedores que quedaron fuera del Canje 2005 y 2010.

d) Los préstamos de ANSES, el Banco Central y Banco Nación.

e) Los U$S 25.000 millones de las sentencias favorables a jubilados y pensionados por reajustes en sus haberes.

El falso “desendeudamento” que pregona el Gobierno K queda al desnudo al conocer que nuestro país deberá pagar hasta el 2017 U$S 70.000 millones de deuda. Es decir, un promedio de U$S 14.000 millones por año.

De este modo, la nueva deuda (que crece cada año por intereses y capitales) que se vuelve a negociar nos ata casi 80 años más. Todo ello sin contar la deuda que seguirá acumulándose debido a que aquellos intereses que no se pagan en las fechas correctas pasan a engrosar el capital que se adeuda, sobre el que, a la vez, se cobran más intereses resultando de esta manera, una usura pura.

Un millón quinientos mil dólares por hora es el número que se estima a pagar durante este año en conceptos de intereses. Con ese dinero podrían ser pagados los haberes mínimos mensuales de la mitad de las jubilaciones.

Este creciente endeudamiento es porque:

  1. El Gobierno nacional admitió que la deuda que en el último año aumentó U$S 21.381 millones y que hasta el 2017 se deberán pagar U$S 70.000 millones.
  2. La mitad de la deuda son títulos colocados principalmente en ANSES, Banco Central y Banco Nación.
  3. Nuestro país paga sólo el 30% de los intereses que corresponden abonar anualmente. Sin embargo, no paga por capital, lo que hace que ambos rubros sumen mayores intereses y, por consiguiente, mayor deuda.
  4. El Gobierno nacional agotó las reservas del Banco Central y los fondos de ANSES ya son insuficientes, puesto que además deben cubrir las asignaciones familiares por hijo, las pensiones no contributivas, el programa de computadoras y el Fútbol para todos.
  5. El Grupo de los 20 (G20), donde están los países más desarrollados y los principales emergentes, exige a sus miembros controles periódicos del FMI. Pero el Gobierno argentino no ha aceptado esa norma. Así, esos mismos organismos internacionales analizan una declaración para que, de no aceptar nuestro país una auditoría, quede fuera del Grupo de los 20 y de otros organismos internacionales. Esta situación ha llevado al Gobierno nacional a buscar nuevos y lejanos mercados (Irán, Vietnam, Angola, Emiratos Árabes, Indonesia, China, etc.).
  6. La negociación con el Club de París ha sido realizada pero con un resultado desventajoso para el país, por su excesiva onerosidad.

Ha surgido entonces entre las huestes kirchneristas la propensión a contraer mayor deuda en el exterior, pero lo limitan las condiciones de someterse a una auditoría del FMI y, lo principal, cumplir todos los compromisos internacionales.

Claro está que la resistencia del gobierno kirchnerista a una auditoría del FMI no debe ser confundida con una política “soberana”. Simplemente quiere evitar que quede al descubierto el falseamiento de sus registros y su gestión.

Las principales causas son:

a) Las autoridades del Banco Central aseguran reservas por unos 27.000 millones de dólares. La realidad indica que esos fondos son sólo bonos, títulos y vales del tesoro nacional. Y que el poco efectivo en la moneda extranjera no es nuestro sino que proviene de préstamos internacionales destinados a mantener el valor de nuestro circulante, cajas de ahorro y plazos fijos de empresarios. Técnicamente, ya no tenemos reservas, porque el Banco Central debe más de lo que tiene. Si Argentina fuese una empresa privada, estaría en quiebra. La realidad es que nuestra moneda carece ya de respaldo. Ésta es la razón principal del cepo cambiario y de no saber el valor real de nuestra moneda.

b) Los organismos financieros internacionales estiman que el gobierno argentino no publicó un 40% de los bonos que ha colocado a cambio de efectivo. Esa circunstancia, sumada a la deuda con el Club de París y de los acreedores que no ingresaron a los canjes 2005/2010, más lo intereses no publicados, hace que la deuda externa supere los 450.000 millones de dólares.

Internacionalmente, un país es considerado en dificultades económicas graves cuando no puede cubrir el 50% de los intereses de su deuda, ni puede abonar los vencimientos de capital. Nuestro país apenas cubre el 30% de los intereses que se informan, mientras que ocultaría otros.

Además, no paga los vencimientos de capital, ya que se emiten nuevos bonos en dólares con vencimientos que no superan los tres años. Todo lo que se ha pagado a los organismos internacionales y la deuda internacional en estos años ha tenido su correlato con nuevos bonos por esa misma deuda. En una palabra, se ha ido postergando e incrementando el volumen de deuda.

Los acreedores que no ingresaron a los dos canjes y que tienen sentencia judicial favorable en tribunales estadounidenses no pueden cobrar porque no existen fondos ejecutables de la Argentina en el exterior. Suman unos U$S 6.100 millones que hoy serían U$S 20.000 millones.

Con este entramado de deuda y práctico vaciamiento del Banco Central, que posiblemente el gobierno desconoce y si lo conoce ya no puede resolver, se hace imperioso el blanqueo de las finanzas nacionales como condición para encarar una economía real con vistas a dignificar el patrimonio argentino y el de sus habitantes, particularmente los más pobres. Por ésta y muchas razones más considero que el 11 de diciembre el gobierno que asuma el poder se encontrará con esta terrible realidad que el kirchnerismo oculta.

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