Por Guillermo Cherashny.-

Pese a la suba ininterrumpida del dólar blue, del contado con liquidación y del dólar MEP, el presidente está decidido a no hacer los cambios de gabinete que reclama todo el país, desde el establishment, los medios y la opinión pública.

En efecto, el presidente sabe que si cambia se tienen que ir todos sus amigos del «grupo Callao», es decir, sus amigos del PJ porteño y los que lo acompañaron en la aventura de Florencio Randazzo, por la simple razón de que no puede poner a los reemplazantes. Pero no sólo es el egoísmo por no tener cuadros de reemplazo, sino que no sabe cómo solucionar la grave crisis de confianza que sufre su gobierno, donde Cristina, que es la que más votos tiene dentro de la coalición, hace gala de un silencio que aturde a esta altura de esta crisis que para muchos es terminal y que puede terminar con una fuerte devaluación por las malas.

Las medidas parciales e insuficientes que aplicó el gobierno el 15 de septiembre de restringir la venta de los 200 dólares, ideadas por Miguel Pesce, el presidente del BCRA, que se tomaron cuando el blue estaba a $ 130, fracasaron y luego las que sugirió Guzmán de bajar 3 puntos las retenciones a granos y oleaginosas, también insuficientes, en este caso el acuerdo con las aceiteras era una baja de 6 puntos, no movieron el amperímetro y la no liquidación de divisas.

Finalmente, el llamado empoderamiento de Guzmán como el único decisor en economía, que eliminaron las restricciones al contado con liquidación, volvieron a fracasar y llevaron al dólar blue a 190 pesos y no se sabe cómo detener esa suba imparable sin un restablecimiento de la confianza que el presidente y la vicepresidente no tienen idea de cómo salir de este atolladero, más si se confirma que hace días que no hablan. Por tanto, estamos ante una grave crisis puede terminar con un estallido.

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