Por Sebastián Dumont.-

El próximo miércoles, los docentes y el gobierno provincial volverán a verse las caras para tratar de llegar a un acuerdo. Parece difícil. A esta hora, la posibilidad que las clases no comiencen el 5 de marzo es una posibilidad más que real. Según trasciende, la oferta salarial no será muy diferente a lo que se habló hasta aquí. El famoso 15 por ciento de incremento es lo último que quiere tocar la gobernadora bonaerense. Por ello, fue sobre una discusión más de fondo que es el alto nivel de ausentismo: 17 por ciento. En dinero, eso le costó el año pasado a la provincia, 19 mil millones, casi la mitad de lo que recibirá en 2018 como compensación por la discusión ya saldada del Fondo del Conurbano bonaerense. Pero, más allá de los números fríos, detrás de esta historia hay una cuestión a tener en cuenta: la gobernadora quiere seguir siendo “la mejor alumna” del presidente Macri. Y es sabido que el primer mandatario tiene esa idea que plantearía en el inicio de sesiones el jueves. No moverse de esa pauta salarial.

“La admiración de María Eugenia (Vidal) por Mauricio Macri y viceversa es inalterable”, dice una importante fuente bonaerense. Y más allá de las controversias e internas que pueda tener el poder, parece ser un aspecto de imposible modificación. Dato clave para entender lo que viene, donde las especulaciones están a la orden del día. Incluso las que dicen que la gobernadora podría ser la sucesora en caso de ser necesario y que Macri lo decida así.

Este presente en la discusión salarial de la provincia de Buenos Aires quizá haya que buscarla en la cumbre de Cumelén a principio de enero cuando Vidal viajó al sur para verse con el presidente. Esa charla habría sido clave. El presidente sabe muy bien como abordar ese vínculo. Es más, hasta la manera en que se comunicó aquello buscó tener un efecto: Vidal es la preferida. ¿Cómo fallarle pues al presidente?. Eso sucedió un día después de la reunión de Macri con Rodríguez Larreta, con quien la relación no pasaría por el mejor momento. De todas maneras, todas las fuentes siguen sosteniendo que el vínculo Vidal-Larreta es inalterable desde lo político.

Allí se habría tejido la idea del 15 por ciento para los salarios. Y la gobernadora no quiere “defraudar” aquella charla. Por eso, irá a fondo con el tema hasta que sea políticamente viable. Los gremios, van levantando la tensión pero buscarán esta vez que la vieja dicotomía de la “bella y la bestia”, por Roberto Baradel, sea más equilibrada. Por eso insistirán que el gobierno tiene plata para pagar y no quiere hacerlo.

Habrá que esperar las próximas horas para saber si el conflicto crece o se desinfla. Los pronósticos no son demasiado alentadores.

Mientras tanto, en aspectos de la negociación política local, netamente bonaerense, Vidal dio la iniciativa para conversar con el peronismo “dialoguista” y con el Frente Renovador de Massa. La agenda legislativa es clave este año y será en equilibrio con estos dos sectores. Tarea para Manuel Mosca, el titular de la Cámara Baja y hombre que no tiene problemas en levantar el teléfono y hablar con todos.

Lo mismo con los intendentes del peronismo bonaerense. La marcha del 21F marcó un endurecimiento de la postura de los alcaldes. Pero con el gobierno nacional, no con Vidal. Sutil diferencia. Tan sutil como la ausencia de Martín Insaurralde, el alcalde de Lomas de Zamora, hoy el preferido de la interlocución con los jefes comunales.

El peronismo busca su propio camino de unidad. Cuestión no simple aunque se ponga mucho énfasis en ello. Nada nuevo será advertir hasta que punto son capaces de generar una opción superadora. Primero para convencer a Cristina que apoye pero no sea candidata. Y después, para seducir al electorado.

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