Por Antonio Rossi.-

El ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, volvió a quedar en el ojo de la tormenta por una doble polémica que tiene como escenario el sector ferroviario.

Por un lado, y en una actitud que para muchos denota cierta soberbia y desprecio por el Poder Legislativo, Dietrich dejó colgados a los diputados de la Comisión de Obras Públicas que lo esperaban esta semana para que brinde explicaciones sobre el cuestionado decreto 652 que lo autoriza a clausurar y levantar ramales ferroviarios en todo el país.

Y, por otro lado, por medio de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) procedió a levantar las restricciones que existían para el expendio y consumo de bebidas alcohólicas en el ámbito de la red ferroviaria nacional y las estaciones de pasajeros de la región metropolitana.

El ministro había sido citado por la Comisión de Obras Públicas que preside el diputado Sergio Ziliotto (PJ-La Pampa), pero a último momento pegó el faltazo con la clásica excusa de que no podía concurrir por “problemas de agenda”.

El titular de Transporte envió una extensa nota al Congreso donde expuso los lineamientos generales de la política ferroviaria del Gobierno sin hacer mención alguna al controvertido decreto que lo habilita a cerrar estaciones y levantar vías por medio de una simple resolución ministerial.

Tras el plantón, los diputados lo volvieron a citar para que vaya la próxima semana a informar qué ramales quiere levantar y qué destino piensa darle a los terrenos y los predios ferroviarios que queden liberados y que podrían ser el eje de grandes negocios inmobiliarios y comerciales para los grupos empresarios afines al macrismo.

Con respecto a la cuestión de las bebidas alcohólicas, lo que hizo Dietrich fue eliminar las trabas regulatorias que desde hace años impedían la venta y consumo en las estaciones ferroviarias.

La medida -que según los entendidos en el tema iría en contra las legislaciones de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires que prohíben el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública- fue implementada por medio de la disposición 314 de la CNRT que conduce Pablo Castano.

Para justificar la movida -que habría sido reclamada por nuevos locatarios de los negocios de las estaciones ferroviarias-, la CNRT sostuvo que el cambio se debe un planteo de la empresa estatal SOFSE que “se disponga la ampliación de las posibilidades de autorización, por excepción al régimen que reglamenta la prohibición de expendio y consumo de bebidas alcohólicas, a todos los inmuebles que se encuentren, tanto dentro como fuera del sector operativo, sin importar por donde sea su acceso o su metraje”.

Según los funcionarios del ente regulador “corresponde modificar el régimen de excepciones porque de lo contrario los comercios que no poseen su ingreso por la vía pública, que no se encuentran fuera del área operativa o que posean un metraje determinado se encuentran en una clara situación de desigualdad jurídica respecto de los que cumplen tales requisitos”.

Para amortiguar las críticas que seguramente va a generar la medida, la CNRT estableció que los encargados de los locales comerciales, ya sean titulares o dependientes, deberán asistir a un curso de capacitación sobre “Venta Responsable de Bebidas Alcohólicas” que será dictado por la SOFSE.

Con la nueva normativa, a partir de ahora se habilitarán el expendio de bebidas alcohólicas en los bares y comedores que tengan servicio de mesa y de barra, en los negocios donde el consumo de alcohol se vincule con su explotación comercial dentro del local y en los supermercados y minimercados que se encuentran en las estaciones ferroviarias.

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