Si hubo alguien que enfrentó a don Juan Manuel de Rosas con ideas sólidas y argumentos de profundidad que aún hoy asombran, ese hombre fue Juan Bautista Alberdi. A mi entender el más grande pensador del siglo XIX argentino. No procura esta nota desplegar sus ideas en orden a lo dicho, alcanza con apuntar que emigró de Buenos Aires en la década del 1830 por el clima de intolerancia imperante en la provincia gobernada por don Juan Manuel. Desde el exilio escribió contundentes artículos periodísticos que desnudaban el carácter dictatorial del señor de las Pampas y la responsabilidad de los porteños en el injusto sometimiento del interior provinciano. Caído Rosas se sumó al movimiento político y cultural abierto tras el triunfo de don Justo José de Urquiza en Caseros, el 3 de febrero de 1852. Sobre sus ideas se redactó la Constitución Nacional. Entusiasmado con la política de “ni vencedores ni vencidos” se incorporó al urquicismo como representante de la Confederación ante Inglaterra, Francia y España. Una rica y extensa comunicación con Urquiza existente en el Archivo General de la Nación revelan lo exquisito de su pensamiento y la profundidad de su mirada política, sobre la que me extenderé más adelante.
Mientras tanto Buenos Aires se separó del país. Rechazó de plano la política constitucionalista y nacional del caudillo entrerriano. No concurrió al Congreso del 53, rechazó la Constitución y para colmo de males se aisló guardando para sí lo que era de todos: la renta aduanera. En línea con esta política, los nuevos gobernantes porteños, viejos unitarios vueltos del exilio, que habían padecido la persecución rosista, pusieron en marcha un proceso político y judicial contra Juan Manuel, ahora en el exilio de Southampton, Inglaterra.
Que el gobierno de Rosas fue una brutal dictadura no se discute, a lo mucho puede explicarse por la natural violencia de la época. Aunque esto es opinable. Lo cierto fue que inmediatamente del triunfo de Caseros el nuevo gobernador porteño firmó un decreto por el cual confiscó los bienes de Rosas. Decreto anulado por voluntad de Urquiza en agosto del mismo año.
Separada Buenos Aires del conjunto nacional en septiembre de1852 y ya libre de la tutela provinciana, las autoridades porteñas volvieron a la carga sobre los bienes y la vida de Rosas incoándose un proceso, en agosto de 1856, en las Cámaras legislativas de la provincia que culminó con la decisión política de declarar reo de lesa patria a don Juan Manuel por la tiranía sangrienta que ejerció sobre el pueblo, declarándose de propiedad pública todos sus bienes. (Es pertinente observar que su fortuna fue construida antes de llegar al poder). Ordenó, así mismo, a los Tribunales ordinarios que iniciaran acciones judiciales e investigaran los abusos cometidos por el tirano. Una especie de Conadep jurídica.
Los debates en las Cámaras fueron fuertes y controvertidos. Por ejemplo se llegó a plantear que las víctimas tenían derecho a ser resarcidos con parte de la fortuna de Rosas. Desechándose por temor a que la riqueza confiscada no alcanzase. Bartolomé Mitre fue el más enérgico al afirmar “que Rosas debía sentir en carne propia todos los males ocasionados al enlutar esta tierra, saquear el tesoro público y expoliar a los ciudadanos”. El Estado, en consecuencia, debía confiscarle todos sus bienes. Carlos Tejedor se opuso a esta ley “porque a su juicio la sociedad era solidaria de los crímenes de Rosas y todos los ciudadanos sus cómplices.” Finalmente Juan Manuel perdió todo. Terminado este proceso comenzó otro en los Tribunales ordinarios para investigar acerca de sus crímenes y arbitrariedades. Finalmente en abril de 1861 luego de una extensa investigación la justicia se expidió decretando la pena de muerte en ausencia, del tirano Rosas.
Es en esas circunstancias que Juan Bautista Alberdi, desde Londres, le envía una carta a Urquiza cargada de verdades de apuño, de un extraordinario valor político que evidenciaba además la entereza moral y ética del tucumano. Carta que tiene una actualidad que sorprende y que pone contra las cuerdas a la élite política y cultural contemporánea que pareciera continuar la línea vengativa del porteñísmo mitrista.
En ella le decía al Presidente Urquiza: “En cuanto al general Rosas, me ha parecido que he debido tratarlo hoy con doble miramiento por lo mismo que ha sido objeto de una condenación local, que no hace honor a la Nación Argentina. Él fue ya juzgado y castigado el 3 de febrero de 1852. Cuando dos partidos salen al campo con espada en mano, se entiende que se someten al juicio de Dios de los pueblos, que son las batallas. El que cae vencido es el condenado. Su derrota es su sentencia. Pero que el pueblo mismo, que lo ha sostenido veinte años y defendido seis horas en campo de batalla, sea el que lo condene a muerte; y elija para condenarlo el tiempo en que su conducta de vencido leal y sumiso, es irreprochable me ha parecido cosa tan ridícula que la Nación no debía aceptar bajo su responsabilidad.”
Ante semejante señorío y hombría de bien debo decir que la escuela alberdiana se ha perdido en los vericuetos de la historia.
Claudio Chaves
12/05/2017 a las 11:40 AM
Otro ejemplo más de un pensador que todavía no han entendido y menos aún leido los “ilustres” dignatarios que nos gobiernan. Nunca serán tenidos en cuenta a la hora de tomar decisiones trascendentales, al decir de otro grande el Dr. René Gerónimo FAVALORO, otro al que le dolía el país, que justamente el día 9 se cumplian 50 años de la operación que cambiaría la historia de la medicina permitiendo salvar millones de vidas humanas, pero acá, uno de los co-autores de su muerte es premiado con la gobernación de la Ciudad de Bs. A.s,, Pero sigo con Alberdi, abrevar del pensamiento de hombres como él Moreno, Sarmiento, Belgrano, que se anticiparon varias décadas a su época. Acá prevalecen los pensamientos y doctrinas de 4 cachafaces que han emprobecido e idiotizado las masas para seguir con el derrotero del latrocinio. ¿Aprenderemos algún día a elegir a los mejores y no a los menos malos, que son eso, malos?
12/05/2017 a las 4:55 PM
Alberdi casi sin dudas fue el pensador mas importante de ese siglo XIX, como se asegura en el articulo, no el mas integrador y relevante, para mi fueron Belgrano y Moreno, y menos aun superador de lo descollante de una figura visionaria como Sarmiento, que sembraron entre ellos en ese siglo, mas colaboraciones decisivas de otros importantes personajes de nuestra historia, la Argentina actual.
Pero creo que jamas se pueden comparar distintas epocas porque presentan situaciones que no son asemejables.
Lo que acabamos de vivir con el peronismo kk recientemente eyectado del poder, despues del inverosimil saqueo que fuimos objeto como sociedad,nunca se habia dado en nuestra historia. Al menos en esta magnitud y desparpajo….
Es un hecho nuevo y desvastador de la actualidad, que no presento ni remotamente las caracteristicas de una batalla tradicional como la de Caseros y que genero esa carta de Alberdi.
No fue una lucha “en el campo con espada en mano” y menos aun fue una derrota definitiva que alejara a los “abatidos” fuera del combate.
La magnitud de lo que han saqueado al pueblo-descaradamente- les permite aun estar en el juego y no han tenido ni la dignidad de retirarse como deberia haber ocurrido.
Que señorio y hombria de bien tuvieron estos pandilleros KK que nos sacamos de encima por chorros y delincuentes?????
Son epocas incomparables y las soluciones que apliquen nuestros connacionales a esta situacion desafortunada vivida, va a ser algo nuevo y no va a tener reflejo en ningun pasado efimero, y menos aun en las palabras vertidas por diferentes pensadores de otras coyunturas.
12/05/2017 a las 5:03 PM
Excelente Juan Bautista Alberdi, hoy olvidado en le educación, primaria, secundaria y universitaria, gracias a la politiquería que reina desde 1916 cuando el que se hacia llamar doctor, un tal Irigoyen tomo el poder, pero hay una gran diferencia los supuesto delitos de los militares fueron hechos en una sangrienta y sobretodo sucia guerra, sucia por que los guerrilleros actuaban a escondida y asesinaron a niños, ancianos y adultos que nada tenían que ver con el conflicto, los guerrilleros caían en enfrentamientos típicos de la guerra, y muchos se suicidaron antes de ser tomados prisioneros, en la guerra salieron vencedores los militares que salvaron a Argentina de ser súbdito de Cuba, como lo es ahora Venezuela.
12/05/2017 a las 5:07 PM
Diputada Carrió Elisa María Avelina – 2da. Intervención – Sesión 09-05-2017
https://youtu.be/udO89Dr7Dqc
Diputada Carrió Elisa María Avelina – 3ra. Intervención – Sesión 09-05-2017
https://youtu.be/Y5O6cNQPYnY
12/05/2017 a las 5:21 PM
Tomas Moro
To Tomas Moro
Today at 1:49 PM
MACRI, GOLPE DE ESTADO A LA CORTE Y DURAN BARBA
http://prisioneroenargentina.com/index.php/2017/05/10/macri-golpe-de-estado-a-la-corte-y-duran-barba/
………………………………………………………………
12/05/2017 a las 5:54 PM
De “El Crímen de la Guerra” de Juan Bautista Alberdi:
«Después del comercio y de los comerciantes, el derecho de gentes no tiene obreros ni apóstoles más eficaces ni activos que los ingenieros civiles y los ingenieros militares. Los dos gobiernan y dirigen las fuerzas naturales en servicio y satisfacción de las necesidades del hombre; pero el ingeniero civil es la regla, el militar es la excepción, como la guerra es excepción del estado natural de paz.
El ingeniero hace los caminos, los puentes, los canales, los puertos, los muelles, los buques, las máquinas, que reglan los procederes industriales para producir las riquezas que las naciones cambian entre sí al favor de las instancias, abreviadas y facilitadas por los ingenieros.
La religión cristiana debe más al ingeniero que al sacerdote su propagación al través de la tierra, porque él acerca y une materialmente a los hombres en la hermandad que el cristianismo establece moralmente.
El ingeniero es el soldado de la naturaleza; el oficial natural, que tiene a su cargo el mando de esos soldados formados por Dios mismo, que representan esas fuerzas eternamente activas y militantes, que se llaman el vapor, la electricidad, el gas, la gravitación, el viento, el agua, el calor, el nivel.
Esos son los que hacen de todas las naciones una sola Nación, dividida en secciones nacionales, autónomas, sin dejar de ser integrantes del pueblo-mundo.
Mientras los guerreros no hacen más que retardar el acaecimiento de ese evento salvador del genio humano, los ingenieros hacen por su realización más que los más célebres guerreros que la historia recuerde. Vendrá un día en que los nombres de Colón, Fulton, Watt, Stephenson, Brind, Arkwnight, Newton, etc., harán olvidar los nombres de Alejandro, de César y Napoleón.
Los guerreros han propendido a la unión del género humano por la espada y la sangre, es decir, por el sacrificio de unos a otros; los ingenieros han servido a la realización de ese fin, por el aumento de las comodidades y de los goces, por el desarrollo de la riqueza, del bienestar y de la población».
13/05/2017 a las 2:30 PM
Nadie menciona al General Justo José de Urquiza, sin cuya acción las ideas de Alberdi no serían más que ideas, ni Sarmiento habría llegado a la presidencia. Olvidan por una razón u otra que, después de esperar varios años a que Juan Manuel de Rosas diera organización constitucional al país, se pronunció contra éste derrocándolo para realizar la obra que aquel era remiso en llevar a cabo. Debió vencer en la batalla de Monte Caseros y llevar a cabo una política de conciliación nacional a partir de sus palabras “no hay vencedores ni vencidos”, pronunciadas frente a Montevideo, para lograr la reunión del Congreso Constituyente en Santa Fe, afrontando los gastos con recursos propios y de la provincia de Entre Ríos. Política de conciliación nacional rechazada por la provincia de Buenos Aires, Mitre, Alsina, Tejedor, Sarmiento.
Con justicia le cabe el título de Organizador de la Nación Argentina. La obra de su presidencia es totalmente desconocida, salvo para uno que otro historiador serio.
Demostró su hombría de bien y generosidad enviándole al D. Juan Manuel de Rosas una letra por valor de mil libras para auxiliarlo en su exilio, a diferencia de los Anchorena, primos del ex gobernador bonarense a quien le debían parte de su fortuna, al que ni siquiera le contestaron su pedido de ayuda.
Se desconoce también que su muerte tuvo como causa la el respeto a la Constitución Nacional, lo que le valió contables enemigos fuera y dentro de su provincia natal.
Valga su vida como ejemplo de patriotismo, argentinidad y civismo.
13/05/2017 a las 10:23 PM
Inmejorable exposición sobre una cuestión tan penosa. Ignoraba por completo esta extraordinaria reflexión de Alberdi. En mi opinión importa la curiosa reunión de un alto nivel ético y una insuperable calidad política. Coincido con Usted. Oportunísimo su recuerdo, que agradezco y porque también dió lugar a comentarios interesantes. A su artículo, considerado como continuidad de su anterior “Es hora de terminar con la venganza”, lo asocio inevitablemente con otro, escrito por Rolando Hanglin recientemente y que creo salió publicado en el diario La Nación. En él expone una reflexión sobre la mal llamada campaña del desierto, llevada a cabo por el General Roca. Transcribe allí la crítica de Roca a la conocida como “zanja de Alsina”, me pareció un concepto perfectamente aplicable a la impronta actual de este país, de sus políticos y de todos nosotros en general. Impronta que no sirve para progresar y si para lo contrario. Roca calificó a esa pretendida solución como “débil e infantil”. El otro concepto que retuve como imprescindible fue el título que el estudioso y criterioso Hanglin le dió a su referido artículo: “La guerra no es un minué”. Debieron tenerlo en cuenta antes de ir a Cuba a entrenarse, antes de matar a seres desarmados a sangre fría, antes de robar y secuestrar. Muchas gracias por su clase, Claudio Chaves.
13/05/2017 a las 11:45 PM
Gracias Sr. Chaves, excelente su nota, impecable. Dios o quien nos rija en éste mundo… quiera se logre que a ésto, lo interpreten y apliquen hoy, para el respeto de las garantías individuales de cada uno de nosotros, o sea, toda ésta sociedad.
Muy interesantes los comentarios anteriores. Muchas gracias !!!