Por Hugo Morales.-

Mientras las brasas eran arrimadas despaciosamente por el gobernador neuquino Omar Gutiérrez -todo un experto asador, obviamente acompañado por profesionales- el fuego iba dorando la apetitosa carne de un chivito del centro provincial y un cordero patagónico, el presidente Alberto Fernández y su anfitrión Omar Gutiérrez cerraban acuerdos que van mucho más de una relación Nación-Provincia sino el comienzo de un diálogo con consecuencias insospechadas tanto hacia adentro de Neuquén como hacia afuera. Fernández y Gutiérrez le pusieron el sello a una alianza que los sobrepasa, sobre todo cuando el segundo viene de jurar amor eterno a Mauricio Macri, el principal opositor del oficialismo nacional.

En la simbología gastronómica política, el chivito neuquino representa la independencia de un gobierno provincial que desde siempre mantuvo un juego pendular con el Poder Central, especialmente en los tiempos de Elías y Felipe Sapag, dos patriarcas ya fallecidos del Neuquén actual pero que lograron hacer sobrevivir al MPN por sobre todas las tensiones y presiones de los partidos nacionales, aún con Juan Perón en vida. Fernández y Gutiérrez retornaron a los principios federales de las relaciones políticas entre Nación y provincias. El cordero patagónico fue el marketing cocinero de Néstor Kirchner.

Para Gutiérrez fue un éxito rotundo la presencia de Fernández de Neuquén y así plantó su bandera: «Tenemos un Presidente que le pone el pecho, que no especula» y ponderó fuertemente la decisión de su visitante de implantar la cuarentena, poniéndose en la fila de los sanitaristas contra los economistas que quieren una liberación de las actividades pese s que en Neuquén desde hoy habrá prácticamente toda una desregulación de las restricciones económicas. Hasta se está analizando si se abren los tres centros de esquí más importantes de Neuquén: Chapelco (San Martín de los Andes), Cerro Bayo (Villa La Angostura) y Caviahue.

El otro punto que no pasó desapercibido fue el respaldo total a la política petrolera del gobierno nacional. Sin ambages, Gutiérrez la habilitación del barril criollo a 45 dólares, un fuerte pedido de las petroleras y hasta avanzó para avalar al ministro de Economía Martín Guzmán en las negociaciones por la deuda externa. Ya en un tono de total confianza, el neuquino sorprendió con un «te pusiste los pantalones largos y firmaste un decreto fundamental», dirigido al porteño que reiteró su origen pero mantuvo su defensa de los gobernadores aunque siempre Gutiérrez apareció como uno de los mimados. El provincial devolvió gentilezas: «a los acreedores internacionales, le decimos que no especulen».

«Alberto va a ser recordado como el hombre que se la jugó para salvar la vida de los argentinos», puntualizó el gobernador. Y recalcó que «aún estamos en la cancha, no hay que aflojarle las marcas, hay que tener responsabilidad colectiva para un nuevo convivir para vivir». Y agregó: «nos sentimos cuidados por Alberto, no estamos pateando para adelante. Estamos invirtiendo tiempo para cuidarnos. Estamos achatando la curva. Acá en Neuquén, no podemos plantear -dijo como ejemplo- las clases antes de septiembre porque tenemos tres meses de frío, frío».

Es indudable que la presencia de Fernández y esta relación con Gutiérrez va a tener fuerte impacto en la escenografía política local. Si bien Gutiérrez no puede ser reelecto por expresa disposición constitucional, cada vez aparece como el más importante jugador dentro del partido provincial y su acuerdo con Jorge Sapag, férreo aliado de Cristina Fernández de Kirchner cuando eran gobernador y presidenta obliga a pensar que no es insensato suponer en una alianza electoral. Los sectores del peronismo local que responden a CFK no son menores con Silvia Sapag y Darío Martínez. La senadora comparó el estilo dialéctico de Alberto Fernández con el de su padre y el diputado nacional tiene un fuerte liderazgo en las bases peronistas, especialmente los intendentes del Interior.

Así al fragor del fuego patagónico, aunque no se sabe si la leña fue del lugar o traída desde La Pampa, un asado criollo consagró una amistad política y personal que se trasladará al duro juego de la política y los fuertes intereses económicos que exhibe Neuquén. Nada más que 20.000 millones de dólares en inversión petrolera previstos para Vaca Muerta, según anunció en la apertura de sesiones del año legislativo el propio gobernador Gutiérrez.

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