Por Sandro Magister (L’Espresso).-

A Francisco le gusta hablar libremente, con todos los riesgos del caso. He aquí una reseña de sus últimos infortunios, una docena en cuatro meses. El más clamoroso con China.

ROMA, 19 de octubre de 2016.– El pasado mes de junio www.chiesa enumeró y analizó un determinado número de equívocos, patinazos, vacíos de memoria y errores en los discursos del Papa Francisco:

> El Papa no es infalible. Aquí hay ocho pruebas (13.6.2016)

Jorge Mario Bergoglio ha caído de nuevo en dos de los errores señalados entonces.

El primero ha sido atribuir al cardenal Christoph Schönborn un cargo que nunca ha tenido: el de «secretario» de la congregación para la doctrina de la fe.

El Papa le promovió por primera vez a este cargo el 16 de abril, en la rueda de prensa concedida en el vuelo de vuelta de la isla de Lesbos. Y esa vez, cuando se transcribieron las palabras del Papa, la sala de prensa vaticana corrigió la equivocación, sustituyendo el cargo de «secretario» con el de simple «miembro».

Pero el 16 de junio, en un discurso a los sacerdotes de Roma en la catedral de San Juan de Letrán, el Papa repitió el error. Cuando dijo a los sacerdotes cómo leer correctamente «Amoris laetitia», les aconsejó retomar «las palabras de un gran teólogo que fue secretario de la Congregación para la doctrina de la fe, el cardenal Schönborn».

Esta segunda vez no se corrigió el error en la transcripción oficial de las palabras de Francisco.

Pero en ese mismo discurso del Papa, un poco más adelante, se corrige, ex post, una expresión suya.

Cuando describe el episodio de Jesús y la adúltera, según la transcripción oficial Francisco habría dicho: «Y Jesús finge haciéndose pasar por tonto, deja pasar el tiempo, escribe en la tierra…»

Pero lo que en realidad dijo el Papa fue: «E Gesù fa un po’ lo scemo…» («Y Jesús hace un poco el tonto…»), una expresión que en italiano suena bastante mal.

La segunda recaída tiene que ver con una traducción imaginaria -acuñada en Occidente y de moda en los Estados Unidos entre los políticos- de la palabra china «weiji», conflicto, según la cual ésta estaría formada por dos ideogramas, uno que significa «riesgo» y otro que significa «oportunidad».

La primera vez que el Papa hizo referencia a esta expresión, oída indirectamente, fue el 24 de abril en un coloquio con los focolares.

Hizo de nuevo referencia a ella el 18 de junio, durante una visita a la comunidad de Villa Nazaret.

Pero Francisco ha caído en otros errores, que hay que añadir a la serie.

Uno de estos ha creado algo de discusión y ha sido corregido en la transcripción oficial de las palabras del Papa.

Francisco, en el ya citado discurso del 16 de junio en San Juan de Letrán, en un determinado momento dijo que consideraba que «la mayor parte de nuestros matrimonios sacramentales son nulos» porque los esposos «no son conscientes» de lo que hacen.

En la transcripción oficial «la mayor parte» fue sustituida por «una parte».

Sin embargo, pocos notaron que inmediatamente después, en el mismo discurso, Bergoglio expresaba una opinión que era, en cierto sentido, opuesta.

Efectivamente, después de haber dicho que consideraba nulos la mayor parte de los matrimonios sacramentales dijo que consideraba, en cambio, «matrimonios verdaderos», dotados de «la gracia del matrimonio», las simples convivencias habituales en las zonas rurales argentinas en las que -ha explicado- se forma la familia cuando se es joven, pero se casan en la iglesia cuando son ancianos.

Otra opinión discutible que le gusta repetir a Francisco concierne un capitel de la basílica medieval de Vézelay, en Francia.

«En ese capitel -ha dicho el Papa en al menos tres ocasiones diferentes- en una parte está Judas ahorcado, con los ojos abiertos y la lengua fuera; en la otra está el Buen Pastor que se lo lleva consigo. Si observamos bien y con atención el rostro del Buen Pastor veremos que los labios por una parte están tristes, pero por otra también sonríen».

En realidad ningún historiador del arte identifica a Jesús en el segundo personaje, que simplemente lleva a Judas a la sepultura. Pero al Papa le gusta interpretarlo así, para realzar la misericordia de Dios hacia el último de los pecadores. Así se expresó el 16 de junio con los sacerdotes de Roma, el 2 de agosto con los obispos de Polonia y el 2 de octubre con los periodistas en el vuelo de vuelta de Azerbaiyán a Roma.

A veces Bergoglio incurre en malentendidos lingüísticos. Por ejemplo, con la palabra «estracomunitario» (‘extra-comunitario’), que en Italia indica sólo a la persona que no pertenece a la comunidad europea.

Francisco, en cambio, está convencido de que esta palabra tiene un fondo de crueldad: «Precisamente esa crueldad que hace que tú, que eres de otro país, te conviertas en un ‘extra-comunitario’: te sacan de la comunidad, no te acogen. Es algo contra lo que debemos luchar con fuerza».

Así se expresó el Papa con unos jóvenes italianos el 28 de julio en Cracovia, durante la jornada mundial de la juventud.

Otras veces, en cambio, el error es descriptivo. Por ejemplo, cuando el 12 de octubre, al dirigirse a la conferencia del «Christian World Communions», Francisco citó el martirio de los «frailes ortodoxos coptos degollados en las playas de Libia».

Los cuales sí eran egipcios coptos, pero laicos, no «frailes». En la transcripción oficial no se ha hecho ninguna corrección ex post en esta parte del discurso.

Está también el caso del transexual español del que Bergoglio contó su historia durante el vuelo de vuelta de Azerbaiyán a Roma, el 2 de octubre.

El relato del Papa es distinto en diversos puntos respecto al que hizo el transexual en los días de su audiencia con el Papa, el 24 de enero de 2015, junto a su «esposa».

Pero, sobre todo, el relato que hace el Papa da como algo pacífico que se suministre la absolución y la comunión a transexuales «casados», silenciando la disciplina vigente en la Iglesia que no permite la celebración del matrimonio sacramental a los transexuales.

Más que una omisión, aquí Francisco se aleja de dicha disciplina, pero sin declararlo.

A este respecto léase el comentario de Christian Spaemann, psiquiatra de profesión e hijo del insigne filósofo católico alemán Robert Spaemann:

> Papa Francesco e i transessuali. Le obiezioni di Spaemann jr

En otra ocasión, el Papa ha errado una previsión, con el resultado de encontrarse en colisión con todo un episcopado, el de Colombia.

El error atañe al resultado del referéndum del 2 de octubre sobre el acuerdo entre el Estado colombiano y los guerrilleros de las Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia.

Francisco, conversando el 26 de septiembre en Santa Marta con exponentes del Consejo judío mundial y previendo la victoria del «sí», se había pronunciado con fuerza apreciando a los defensores del acuerdo como personas que «arriesgan todo por la paz» y descalificando a los opositores como personas que «arriesgan todo para continuar la guerra y esto hiere el alma».

Pero al final ganó el «no» y entre los opositores hay una gran mayoría de la Iglesia colombiana, que también desea la paz, pero no con las condiciones establecidas en el acuerdo. Tanto es así que en la firma del acto, el 27 de septiembre, sí que fue desde Roma el cardenal Parolin, pero no estaba presente ningún obispo y la conferencia episcopal había invitado a los colombianos a votar a favor o en contra según la propia conciencia.

Afortunadamente esas palabras del Papa no se incluyeron oficialmente en los actos porque fueron pronunciadas en un encuentro privado. Pero fueron dadas a conocer por los participantes a dicho encuentro:

> Papa Francesco dialoga con membri del Consiglio ebraico mondiale

El presidente de la Conferencia episcopal de Colombia, Luis Augusto Castro Quiroga ha intentado enmendar el error y ha declarado a la Radio Vaticana:

«No es que unos dicen ‘sí’ a la paz y otros ‘no’. Los que dicen que ‘no’ consideran que hay que corregir el acuerdo en algunos puntos, pero también ellos quieren la paz. Este no es un caso de guerra y paz».

Sin embargo, el error más clamoroso en el que ha incurrido Bergoglio últimamente atañe a China.

El 2 de octubre, en el vuelo de vuelta de Azerbaiyán, Francisco dio un par de noticias que, en ese momento, nadie supo verificar.

La primera: «Los Museos Vaticanos han hecho una exposición en China; los chinos harán una en el Vaticano».

La segunda: «Anteayer ha habido un congreso en la [Pontificia] academia de las ciencias sobre la ‘Laudato si’’ y había una delegación china del presidente. Y el presidente chino me ha enviado un regalo».

Sin embargo, el 7 de octubre la agencia «Églises d’Asie», voz autorizada de las Misiones extranjeras de París, ha publicado una nota ampliamente documentada que ha demolido ambas noticias:

> Le président Xi Jinping a-t-il vraiment envoyé un cadeau au pape François?

Para empezar, los Museos Vaticanos sí que han organizado una exposición del 5 de febrero al 2 de mayo de este año sobre el papado, la misión católica en Oriente, la liturgia y los sacramentos, pero no en la China popular sino en casa de su… enemigo, en Taipei, la capital de Taiwán.

En lo que respecta al supuesto regalo del presidente chino Xi Jinping al Papa, la minuciosa reconstrucción hecha por «Églises d’Asie» acaba incluso definiéndolo «impensable».

El 11 de octubre la agencia «Asia News» del Pontificio instituto de misiones extranjeras de Milán ha puesto oportunamente a disposición de los lectores de lengua italiana, inglesa, española y china la reconstrucción de «Églises d’Asie»:

> Églises d’Asie: “¿El presidente Xi Jinping realmente ha enviado un regalo al Papa Francisco?”

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Traducción en español de Helena Faccia Serrano, Alcalá de Henares, España.

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