Por Simon Black desde Nueva York (Sovereign Man).-

Me encuentro hoy en Nueva York para reunirme en esta semana con el Primer Ministro de una nación caribeña para hablar del tema relativo al programa que tiene dicha nación mediante el cual se otorga la ciudadanía a cambio de una inversión en su nación.

“Inversión-a cambio de ciudadanía” significa precisamente eso: los extranjeros invierten una cierta cantidad de dinero en un determinado país y a cambio de esa inversión se les otorga la ciudadanía y un pasaporte de su nación.

Dependiendo del país, la inversión a invertir puede variar desde apenas algo más de u$s 100.000 (Rep. Dominicana) hasta algo más de u$s 2.5 millones (Chipre).

Ahora bien, puede que parezca una locura pagar tanto dinero por un pasaporte. Y efectivamente, en la mayoría de los casos sería una locura.

Tener una segunda nacionalidad/pasaporte, representa una políza de seguro diseñada para protegernos contra varios riesgos soberanos.

Pero así como nadie se le ocurriría gastarse u$s 10.000 en el seguro de un automóvil del tipo SUV cuyo valor fuese de u$s 40.000, tampoco tiene sentido gastarse u$s 250.000 por la obtención de un pasaporte diseñado para que nos proteja el total de nuestros activos que podrían valer, digamos, u$s 1 millión o un poquito menos.

Para la mayoría de las personas, existen muchas otras formas que cuesten mucho menos para obtener este tipo de polízas de seguros que no significarían tener que emitir y firmar un cheque de varios ceros… Y de estas formas les hablaré dentro de poco.

Sin embargo, para personas que cuentan con activos importantes, los programas de “ciudadanía-por-inversión” ofrecen una ruta abreviada para obtener una segunda ciudadanía/pasaporte.

Con el transcurso de los años, la demanda de estos programas se ha visto incrementada, y un nùmero interesante de gobiernos financieramente acorralados han creado sus propias leyes que son una invitación para unirse a su fiesta.

Es así que en pequeños países, los programas de “ciudadanía-por-inversión” pueden llegar a resultar increíblemente lucrativos y además pueden hacer que la aguja se mueva a positiva de manera realmente interesante.

Por ejemplo Saint Kitts, representa el hogar de uno de los programas de “ciudadanía-por-inversión” más popular del mundo (también se lo conoce como “ciudadanía económica”, y se puede obtener mediante la inversión de apenas u$s 250.000.

El programa ha resultado tan lucrativo que el gobierno logró reducir drásticamente el nivel de su deuda, que había llegado a ser el 160% del PBI hasta hace muy pocos años, que llegó hoy al 70% del PBI.

Una parte importante de la renta que el gobierno de Saint Kitts empleaba para pagar su deuda provino del programa “inversión-por-ciudadanía”.

Aclaremos que Saint Kitts es una pequeñísima isla con una población de 50.000 habitantes y un PBI de menos de 1 billón de dólares.

De tal manera que si unas 1.000 personas realizan una inversión de u$s 250.000,   el total conformaría más del 25% de su PBI. Lo cual es una cifra enorme.

Va de suyo que para las grandes economías del mundo como EEUU, Italia, Japón, etc. unos pocos cientos de millones de dólares representan la nada misma.

Debemos señalar que el gobierno de los EEUU gasta u$s 1 billón por DIA para simplemente pagar los intereses sobre su deuda, así que u$s 250 millones constituirían literalmente apenas unas horas de los intereses a pagar.

Hace muy pocos días les informé a mis clientes que el gobierno de los EEUU emitiendo moneda para cubrir su deuda a un ritmo infernal desde que entró en la crisis financiera de hace pocos años.

De hecho, el gobierno de los EEUU ya ha decidido que cerrará el año fiscal en la próxima semana con un aumento masivo de u$s 1.36 trillones que sumarán a la deuda nacional.

Esto resulta como mínimo increíble; no se trata de que están peleando una guerra, una recesión, o una crisis financiera. ¿Cómo puede ser posible que estén gastando tanto dinero?

También les he dicho que sumado a esta expansión record de la deuda, el gobierno de los EEUU se está quedando sin sus fuentes de préstamos más importantes.

De hecho, Cina y Japón ya han comenzado ha deshacerse los bonos de deuda de EEUU en su poder.

Pero además, el principal proveedor de fondos que ha tenido el gobierno de los EEUU hasta ahora, que (los tontos) ha sido el Sistema de Seguridad Social (N. del T: equivalente a nuestra ANSES) ya se está quedando sin fondos al punto que ya no podrá comprarle más bonos del Estado para cuando finalice la actual década…!!!

De hecho, el Secretario del Tesoro de los EEUU escribió hace muy pocos meses que para el año 2020 el “cashflow” del sistema de Seguridad Social será negativo, por lo tanto no podrá continuar prestándole dinero al gobierno federal.

Y convengamos que esto constituye un enorme estado de emergencia fiscal “en formación”.

Es a todas luces obvio que el gobierno NO debería seguir aumentando su deuda, y mucho menos al ritmo que lo está haciendo.

Pero además, ¿cómo puede ser que un gobierno que aumenta su deuda tan rápidamente durante un período de una cierta estabilidad podrá manejar un crisis o recesión, especialmente si se están quedando sin prestamistas?

La realidad resulta ser que les quedan muy pocas opciones.

Indudablemente que los países pequeños pueden tener soluciones creativas, como la de intercambiar una inversión a cambio de una ciudadanía.

Pero naciones grandes con deudas enormes NO se pueden dar el mismo lujo.

¡Ya casi no les quedan más libretos! ¡Ésta es la realidad!

Una de las tácticas más comunes es la de que gobiernos en situaciones financiera dramáticas eligen imponer controles de capitales -que es un medio de ponerle un cepo a los ahorros personales que quedan encerrados en los sistemas financieros.

Ya en estos días hemos comenzado a ver esto, especialmente en Europa donde las tasas de interés son negativas y los bancos están transfiriendo dichas tasas negativas a sus clientes.

Nadie debe sorprenderse, entonces, por el hecho de que ya hay grandes movidas a lo ancho de toda Europa (y también de Norte América) que significan PROSCRIPCIÓN del dinero físico.

Y por ende la gente se ve forzada a dejar su dinero dentro del sistema bancario con tasa de interés negativa.

Pero también estamos comenzado a ver otras señales de advertencias obvias.

En diciembre 2015, el gobierno de los EEUU aprobó una ley que le confiere la autorización para confiscarle el pasaporte a cualquier persona si el Departamento de Estado a discreción considera que un ciudadano le está debiendo impuestos.

(Básicamente, esto significa que el Congreso de los EEUU ha creado un programa exactamente contrario al de “inversión-a-cambio-de-ciudadanía” CONFISCÁNDOLE el pasaporte hasta que el ciudadano sospechado les abona una ponchada de dólares).

Pocas semanas más tarde, el Congreso aprobó otra ley por la cual el gobierno podrá tomar más de 20 billones de dólares de la Reserva Federal, que dejará -efectivamente- al banco central en estado de insolvencia.

Esta clase de acciones no representan las de un gobierno solvente ni que goce de buena salud económica; son meros indicadores de que se encuentran en la senda de la insolvencia y desesperación.

Esto ya ha comenzado, y las verdaderas consecuencias están por llegar -que no son otras que el aumento de impuestos, mayores controles de capitales y más leyes de obligaciones forzosas.

Estas advertencias no llevan implícitas crearles a ustedes mayores pesadumbres, sino pintarles un panorama realista de los riesgos a asumir.

No significa que el cielo se nos está viniendo encima ni que el mundo terminará de existir mañana mismo.

Pero sí significa que el gobierno mismo nos está mostrando la línea de puntos que conectan entre sí y que nos señala que se está cocinando una crisis mayor que podría estar estallando dentro de muy pocos años.

Tengan todos ustedes un buen fin de semana.

* Traducción de Irene Stancanelli para el Informador Público

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