Por Jorge Azar Gómez.-

El mundo aún no había salido de su asombro frente al gran fraude del siglo, que fue el polémico y corrupto convenio “petróleo por alimentos” entre O.N.U. e Irak, que sirvió para financiar el terrorismo internacional y aumentar el monto de las cuentas bancarias de altos jerarcas de Naciones Unidas, algunos de ellos aún presos, cuando nos enteramos que Venezuela y Uruguay potenciaron su canje de petróleo por alimentos.

El ex presidente José Mujica en su momento firmó, aparentemente sin informarlo ni consensuarlo con el directorio de ANCAP, con su colega venezolano Nicolás Maduro el convenio en el marco de la segunda cumbre de la Celac que se desarrolló en Cuba.

Llama la atención que dos países que pueden disponer libremente de sus productos tanto renovables (alimentos) como no renovables (petróleo), concreten a través del trueque, que se sabe que es una de las formas más corruptas del negocio internacional, el abastecimiento de sus necesidades.

Por un lado es inmoral, porque si en Venezuela no producen lo que comen se hunden, por más que su dictador diga que hay reservas de petróleo para 100 años o más, y si Argentina queda de rehén del petróleo de Venezuela, será su súbdito por los mismos años, dejando comprometido a los próximos gobiernos, situación también inmoral.

Es inmoral, para los venezolanos, que su gobierno esté pagando con petróleo la factura de la comida importada, es una inmoralidad que Venezuela esté liquidando un activo fijo, un pedazo de la tierra venezolana que se saca del subsuelo y que se llama petróleo y que no regresa nunca más, un recurso no renovable, para pagar con eso comida, que es un recurso renovable.

Venezuela, bien gobernada, sin corrupción, no solamente debe exportar petróleo, debe también exportar comida y no debiera importarla, sino lo que no pueden producir ellos, como es el caso del trigo. Pero hay cosas, que por su clima y por su infraestructura las puede producir (leche, carne, aceite, etc.) y por lo tanto es inmoral que la esté trocando e importando.

Maduro, en lugar de fomentar la guerrilla en América Latina y perseguir a su pueblo, debería crear en su país un Estado mayor de guerra para estudiar y elevar la producción agrícola en determinados rubros específicos (maíz, oleaginosas, leche, carne, etc.), pues esas cosas sí las puede producir y reitero es inmoral importarlas en cualquier parte del mundo.

Lógicamente que el convenio “petróleo por alimentos” les sirvió a los dos gobiernos para promover sus estrategias de corrupción, pues esto sustituyó la “línea” Antonini hundida en el fracaso y que ya fue tema para abogados y tribunales.

Sirvan estas líneas, para alertar al gobierno, a nuestra Cancillería y al pueblo uruguayo, pues este sistema de trueque lo está aplicando el dictador caribeño con varios países de Centro y Sud América, como método de dependencia energética, pues al fallarle la militar desde Bolivia sólo le quedó enjaular a los gobiernos en su trampa del petróleo barato, de lo poco que le está quedando, a través del antiguo y corrupto sistema del trueque.

Es lógico suponer que el nuevo gobierno, incluirá estos negociados en la serie de auditorías que iniciará en breve tiempo.

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