Por Luis Américo Illuminati.-

Fiodor Dostoievski escribió un ensayo titulado: «Memorias del Subsuelo» que es un relato en primera persona, el monólogo de un funcionario, un antihéroe no por excelencia sino por lo opuesto, lo inconcebible. El libro trata de la cruda confesión de un individuo que nos recuerda la sinuosa personalidad del presidente Alberto Fernández. Comienza diciendo: «Soy un hombre enfermo… Un hombre malo. No soy agradable. Creo que padezco del hígado. De todos modos, nada entiendo de mi enfermedad y no sé con certeza lo que me duele. No me cuido y jamás me he cuidado, aunque siento respeto por la medicina y los médicos. Además, soy extremadamente supersticioso, cuando menos lo bastante para respetar la medicina (Tengo suficiente cultura para no ser supersticioso, pero lo soy). Sí, no quiero curarme por rabia. Esto, seguramente, ustedes no lo pueden entender».

Dice el protagonista: «Terminé finalmente por no ser dueño de mí mismo». […] ¿Dígase si este tipo de funcionario no es un clon de Alberto?

Confirma este aserto el siguiente párrafo. “¡Oh, señores, puede que me considere una persona inteligente sólo por aquello de que durante toda mi vida nunca pude comenzar ni acabar nada! Bueno sí, soy un charlatán, un charlatán inofensivo y sensible, como lo somos todos. Pero qué se le va a hacer, si la única finalidad de cualquier hombre inteligente consiste en la charlatanería, o sea en el premeditado hablar por hablar».

Y prosigue más adelante. «Les agrade o no escucharme, ahora quiero contarles por qué no pude ni siquiera convertirme en un insecto. Les diré solemnemente que muchas veces quise convertirme en un insecto. […] Aquello era un tormento, una continua e insoportable humillación que pasaba de la idea al sentimiento incesante e inmediato de que yo era una mosca. Más inteligente, más culta y más noble que nadie, pero una mosca al fin y al cabo».

Conclusión

I. Hay sujetos cuya personalidad, discurso y mal desempeño en altas funciones del Estado revelan una tendencia irresistible a convertirse en un insecto. II. La inteligencia de una mosca entonces puede ser superior a la de un hombre, sobre todo, el argento papanatas que vota al que después convierte el país en un chiquero.

Share