Por Juan José de Guzmán.-

A poco de ser nominada para los Oscar, la película que retrata una de las epopeyas más grandes vividas por nuestro país, donde la política y la justicia se abrazaron junto a las fuerzas vivas logrando que la verdad volviera a capear en estas tierras la Argentina vuelve a estar ante la posibilidad de develar el enigma que el mismísimo Papa Francisco instaló como un puñal en una sociedad dividida como la nuestra, existió lawfare o las contundentes pruebas aportadas por el ministerio público fiscal harán que la verdad deje de ser una utopía metafórica para convertirse en el sedimento desde donde se cristalizarán nuestros sueños.

Elogio del “hombre gris”

El hombre que nos podrá sacar a los argentinos del oscuro pozo en el que nos encontramos, sin salida, será “no un iluminado” sino un hombre ante todo honesto, mesurado, capaz de transitar las aguas bravas, evitando el desmalezamiento (que despierta los vientos y con ellos a las inundaciones), alguien que aprecie los acuerdos, que llame a dialogar y evite confrontar como lo han hecho sistemáticamente cada gobierno que al asumir se preocupó más en culpar a “la pesada herencia recibida” que a proponer junto a todo el arco político proyectos de largo alcance, mirando al futuro y logrando el compromiso de todos de mantenerlos vigentes a rajatabla.

La caracterización que muchas veces realizamos para definir al “hombre gris”, esa persona que no se anima o no se atreve, que es capaz de levantar el pie del acelerador y aplicar el freno aunque ante sí esté el peor enemigo, tiene que ver más que con una personalidad timorata con la búsqueda del justo punto entre aquello que no es blanco, pero tampoco negro, que tal vez pueda ser el gris que atenúa la intensidad de los extremos garantizando la paz, la tranquilidad y la concordia.

No debería terminar mi Carta sin confesar mi opinión, hoy. Así como en los albores de 2015 la figura de Ernesto Sanz hubo tomado gran relevancia como uno de los artífices de la coalición triunfante (aunque inesperadamente tomó la decisión de rechazar un ministerio cuando el gabinete aún estaba en formación) sigo con interés la figura del ex gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, pretendiendo alejarme de lo que los extremos nos proponen (CFK o Macri).

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