Por Luis Américo Illuminati.-

Hola Kicillof, Hola Cristina, Hola Alberto, Hola Massa, la jueza Loretta Preska les tiene malas noticias. Se vienen los embargos. Lo justo es que Uds. pongan sus bienes en garantía de semejante deuda. Uds., ladrones que han vaciado el país y se han enriquecido en forma escandalosa. Todo el mundo lo sabe en EE.UU., los «fondos buitres» son intereses de los Kirchner. El olor inmundo del negociado apesta por los cuatro costados. Mientras tanto, en la Argentina hay 16 millones de indigentes, pero a ellos -sociópatas- les importa un bledo. ¿Habrá un puto juez en la Argentina que haga justicia y los meta presos?

Anteriormente ya habíamos hablado de este escandaloso juicio en una nota titulada: «YPF en llamas, el país en llamas«.

Veamos ahora qué nuevas malas noticias llegaron de Nueva York. La acreedora del Estado argentino, Burford, le solicitó a la jueza de Nueva York iniciar el embargo de activos argentinos el próximo 16 de octubre. Por su parte, el gobierno kirchnerista, a través del estudio Sullivan & Cromwell, que lo representa en el juicio por la expropiación de YPF, solicitó a la jueza Loretta Preska que exima a la Nación argentina de depositar una garantía por 16.000 millones de dólares durante el proceso de apelación. Argumentan los abogados que depositar la garantía dañaría a una sociedad que ya sufre “una alta inflación causada por una sequía sin precedentes”. En rigor, tendrían que haber dicho: «una inflación imparable causada por la impune corrupción de un gobierno que se robó todo y dejó el país en quiebra». ¿Qué más daño le puede hacer Cretina a nuestro país que ya no lo haya hecho? Tal vez la jueza se apiade del pueblo argentino y embargue todos los lujosos yates y propiedades de los ricachones que fundieron YPF y la Argentina.

Recordemos que en septiembre, la jueza falló contra la Argentina y a favor de los demandantes, condenándola a pagar 16.000 millones de dólares porque al expropiar la demandada violó el estatuto de empresa. Si la jueza accede al pedido de los abogados de la demandada será hasta que la apelación confirme o revoque la sentencia de la jueza Loretta. Lo más probable es que la Argentina pierda el juicio. Lo justo sería entonces que la deuda la pague Cristina Kirchner, que es la responsable junto con el finado Carlos Saúl Menem de desmantelar YPF.

Antecedentes de una entrega vergonzosa

En 1992 se privatizó YPF a través de la ley 24.145: Yacimientos Petrolíferos Fiscales, que era una sociedad del Estado, se convirtió en YPF S.A. El Estado otorgó privilegios a la compañía para incrementar su valor en el mercado y el sector privado, compuesto por bancos y fondos de inversión de diversos países fue acrecentando su participación en el paquete accionario. El entonces gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, apoyó la iniciativa. En 1996 Kirchner recibió acciones como compensación por regalías mal liquidadas, por una cifra que, con los años, quedó sumergida en la incógnita. Cuando el santacruceño llegó a la Casa Rosada, Menem dijo de los Kirchner: «Este presidente y su mujer fueron los más entusiastas en privatizar YPF. Nos ayudaron a impulsar la privatización». Repsol se quedó con YPF en 1999. La empresa de capital español adquirió el 85,01% de las acciones de la compañía por US$ 13.439 millones. En enero de 1999, Repsol se había quedado con el 14,99% del paquete accionario. Pese a que la oferta española recibió la resistencia inicial de los accionistas, el directorio recomendó aceptar la propuesta. El grupo Petersen, comandado por la familia Eskenazi, se quedó con el 14,9% de YPF. El conglomerado empresario contó con el visto bueno del kirchnerismo en su intención de «argentinizar» la petrolera que supo ser propiedad del Estado. En mayo de 2011 el grupo Petersen amplió su participación en YPF con la compra del 10% más de acciones por un total de US$ 1.304 millones. De esta manera, el grupo que controla la familia Eskenazi se quedó con el 25,46% de la petrolera. Cristina Kirchner, ya presidenta mostró una amistosa relación con los Eskenazi e incluso llegó a calificarlos como «la nueva burguesía nacional que necesita el país. El Gobierno K inició una ofensiva pública contra los dueños de YPF y empezó a sobrevolar la idea de una mayor interferencia estatal en la empresa. Finalmente, el anuncio oficial de la expropiación de YPF, llegó este mediodía a través de la cadena nacional. Se realizará por medio de una ley que la presidenta Cristina Kirchner decidió enviar al Congreso. El 51% irá a manos del Estado nacional y el 49, a las provincias» (La Nación, 16/04/2012).

El 12 de mayo de 1999 María Eugenia Estenssoro, decía: «La empresa Repsol ha hecho una oferta muy audaz y riesgosa para comprar el 100% de YPF. Digo esto porque Repsol está empeñando más de lo que tiene para quedarse con la petrolera argentina. Repsol es una empresa con un patrimonio de US$ 7500 millones, con ventas por 22.200 millones al año, pero con una rentabilidad baja, de sólo 1.000 millones: ¿cómo hará para repagar el préstamo de US$ 15.000 millones (dos veces su patrimonio) que tomó para comprar YPF? YPF es una compañía modelo, con ventas por US$ 5500 millones al año, y una ganancia neta de 580 millones. Tiene yacimientos en Bolivia, Perú, Ecuador, Estados Unidos, Indonesia y Rusia. Exporta el 30% de su producción. Sus costos de extracción y refinación de crudo son inferiores a los de las principales petroleras del mundo. Si YPF es absorbida por Repsol, es probable que el país pierda una empresa que genera US$ 3200 millones al año en pago de impuestos, dividendos y regalías, y una tremenda fortaleza geopolítica como proveedor principal de hidrocarburos en América del Sur» (La Nación).

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