Argentina: Existen tres maestras a las que les interesa la educación

«He visto el vídeo en cuestión y no he encontrado absolutamente nada que no se ajuste a la verdad histórica.»

Ese es justamente el pecado. En Argentina existe la dictadura del pensamiento políticamente correcto.

Parálisis en el último reducto K: Santa Cruz, frente a una crisis total del sistema.

No funcionan la salud, la educación ni la Justicia, y hay protestas en distintos puntos; Alicia Kirchner sólo mira hacia la Nación……..

Excelente reflexión y coincido totalmente con la opinión del Sr. Tomás Waibel.

Desde 1956, año en que la llamada «revolución libertadora» entregó la educación al marxismo, con altibajos en Argentina la ideología de este signo es la que establece los lineamientos económicos, políticos y culturales. Esta fue utilizada como «idea fuerza» para inspirar la guerra revolucionaria y a sus actores. Convengamos que ni Stalin, ni los Castro, ni Mao se tragaron el sapo del marxismo, demostrándolo al vivir como verdaderos oligarcas. Los militares incurrieron en el error de creer que las ideologías se matan con un tiro de fusil y así perdieron la guerra ideológica. Tan es así que sus vencidos de ayer hoy son sus vencedores. La derrota de las FFAA comenzó en 1983 con el defensor del ERP, Ricardo Alfonsín, erigido en fundador de la democracia argentina. Durante el gobierno peronista de Menem hubo un impasse en el afianzamiento de la victoria de las organizaciones terroristas. Llegados los Kirchner, para obtener impunidad al saqueo de la nación, de alguna manera pactaron con las organizaciones subversivas de los «derechos humanos» impunidad penal a cambio de continuar con la destrucción de las FFAA con el agregado de la persecución y prisión de los que las habían combatido y vencido en el terreno de las armas. Se violentó la verdad histórica para instalar la «memoria» mendaz, logrando la colaboración de todo el espectro político, sindical, eclesiástico, Carrió, Stolbizer, Lozano, Bergoglio, etc. etc. Reinstalar la violencia ideológica implicaba regresar a los años ´70, retroceder el reloj de la historia, volver al odio, a la división de la sociedad, al amigo todo y al enemigo ni justicia. Esto fue aprovechado por los otrora «jóvenes idealistas» y sus familiares para enriquecerse a costa de la destrucción de la nación y del empobrecimiento del pueblo, complicidad mediante de corte suprema, tribunales inferiores, fiscales, abogados y toda clase de delincuentes y traidores.
El gobierno de Macri ha continuado con el relato falaz creado por los «intelectuales» del peronismo kirchnerista sin modificar un ápice la ideología marxista y progre heredada de esta rama del cáncer peronista, si es que se le puede llamar peronista pues más que peronista es una banda mafiosa integrada por políticos de todo signo, sindicalistas oligarcas, empresarios corruptos, episcopado tercermundista amparador de la pedofilia simpatizante de la guerra revolucionaria que disfrazan con una variada gama de sofismas.
La adopción de la ideología marxista, expresada en un populismo demagógico aberrante no dará a la Argentina, a la corta o a la larga, un fruto diferente que el buscado por las organizaciones subversivas, el enfrentamiento violento para la toma del poder total.
Es una situación que no admite grises, se impone una definición, sobre todo del ejecutivo nacional, tan valiente como sus votantes que, a fuerza de voluntarismo y pusilanimidad, pretenden frenar el retorno del kirchnerismo que, en los hechos, no se diferencia del actual gobierno, salvo en sus «buenos modales».
Además de ello, resalta la incoherencia de los actuales funcionarios, destacándose la gobernadora de Buenos Aires que atendió a su seguridad refugiándose en una base militar, donde se hallan los camaradas de armas de los que ella persigue y denigra. Actitud de una cobardía infame que implica protegerse usando una situación de privilegio de la que no pueden servirse los bonaerenses. Que al pueblo se lo lleve por delante la inseguridad, ella haciendo uso de un privilegio se aparta del triste destino de sus gobernados. Pone en resalto así que, como todos los políticos, se ampara en privilegios al mejor estilo medieval. Es la oligarquía -jamás aristocracia- política argentina a la que ni siquiera se le puede aplicar el Código Penal cuando logran ingresar al llamado poder legislativo. Democracia que de tal sólo tiene el nombre pues en Argentina la desigualdad entre los gobernantes y el pueblo es la norma. Ingenuos los que creen que se movilizaron para defender la democracia y no a la clase política.