Por Hernán Andrés Kruse.-

En su edición del 24 de febrero, Infobae publicó unas explosivas declaraciones de Elisa Carrió sobre el delicado momento por el que está atravesando el país. Dijo quien tuviera una meritoria performance en la elección presidencial de 2007: “Las sociedades resentidas, votan resentidos”. “Pero resulta que de un extremo nos fuimos al otro. Él no mintió, lo que pasa es que nadie leyó el diccionario”. “El anarcocapitalismo es una filosofía política y una teoría económica que es totalmente antiestatista. No es republicano, busca abolir el Estado”. “¿Qué es la casta para él? Es todo lo que tiene que ver con el Estado. No es la crítica a un Estado sobredimensionado o con ñoquis, que yo comparto. Es más que eso: es el Estado mismo lo que quiere abolir. Todo tiene que ser manejado por sistemas privados”. “Para él la justicia es arbitraje privado” y “el Parlamento no debería existir, los ministerios no deberían existir”. “Él necesita tener una moneda común, que es el dólar, para lograr lo que quiere. Y se va a dolarizar con tus ingresos de ahora. Y la cabeza de turco para lograr eso es Toto Caputo. Lo primero que tiene que lograr es un ajuste previo a la dolarización”.

“Es una especie de darwinismo social. Algunos hablan de la psicología evolutiva. Terminamos en el caos, a lo cuál él adiciona a esta utopía libertaria. En esto consiste la estrategia política. Ellos tienen un plan, por eso dicen “no la ven”. ¿Qué quiere decir? No ven la destrucción del Estado, no ven que van por la destrucción de los estados provinciales, de los estados municipales. No ven que vamos a una sociedad de libre intercambio entre pobres y ricos, no ven que vamos por la extinción de las clases medias profesionales”. “Él es un obsesionado de este modelo. el problema es que, para lograr eso, previamente él tiene que provocar la anarquía, que es caos, para después atropellar a la República, que la está atropellando al mismo tiempo, para finalmente ir a una dictadura transitoria que es de él solo, plebiscitaria, en dos años, esto es lo que dice, donde él ocupa el lugar de Dios. Aunque ustedes no crean, hay algún significado de Dios que es la anarquía. Por eso hay una falsa religiosidad o idolatría”. “Tenemos un contrato, que es la constitución. Él va contra la constitución, porque finalmente va contra el Estado. Es así de simple”.

Cabe coincidir plenamente con el diagnóstico de Elisa Carrió. Para Milei el Estado debe ser pulverizado porque está manejado por delincuentes. Todo debe ser privatizado. Absolutamente todo. La sociedad en su conjunto debe ser privatizada. Quien quiera tener una idea de lo que significa el anarcocapitalismo le sugiero adentrarse en la lectura de dos libros: “El Manifiesto Libertario” de Murray N. Rothbard y “Hacia el autogobierno” de Alberto Benegas Lynch (h), el mentor del presidente de la nación. Lo que pretende el presidente es llevar a la práctica las ideas de ambos autores.

La gran incógnita se condensa en la siguiente pregunta: ¿cómo fue posible el aterrizaje en la Casa Rosada de un personaje como Javier Milei? Según Carrió, el libertario llegó a la presidencia porque la sociedad argentina está compuesta por una gran mayoría de resentidos. Me permito discrepara con la chaqueña. La irrupción fulgurante de Milei se debe esencialmente al hartazgo de los argentinos producto de décadas de frustraciones. Los fracasos estrepitosos de Alfonsín, Menem, De la Rúa, Duhalde, Cristina (en especial su segunda presidencia), Macri y el dúo Alberto/Massa (con el padrinazgo de Cristina) le abrieron las puertas del poder a un economista que hasta no hace mucho tiempo causaba hilaridad en televisión.

Carrió habla de darwinismo social y de su conexión con el anarcocapitalismo. Es un tema muy interesante. Buceando en Google me encontré con un ensayo de Emiliano Salvucci (ICYTAC-UNC-CONICET) titulado “El rol del darwinismo social en la legitimación de la opresión” (Revista Iberoamericana de Ciencia y Tecnología y Sociedad, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2016). Aconsejo su lectura ya que nos advierte a lo que se expone toda sociedad que cae en las garras de un presidente como Javier Milei.

INTRODUCCIÓN

“El capitalismo se define como un orden social que resulta de la libertad económica en la disposición y el usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción. La naturaleza del capitalismo tiene diferentes apreciaciones según la perspectiva social e ideológica bajo la cual se analice. De esta manera, desde una perspectiva socialista, el capitalismo es el sistema económico dominante que consiste en la explotación del hombre por el hombre y, siendo el sistema que rige la economía global, puede entenderse como el principal responsable de la pobreza y la desigualdad de las sociedades actuales. El sistema económico divide a la sociedad en clases y existe una lucha continua entre la clase dominante y la clase oprimida (Marx).

En la etapa actual del capitalismo, la lucha de clases no se manifiesta de una manera concreta y evidente como en las primeras etapas capitalistas e incluso en el capitalismo liberal de fines del siglo pasado. El filósofo alemán Jürgen Habermas señala que “el capitalismo regulado por el estado, que surge como una reacción a las amenazas que representaba para el sistema el antagonismo abierto de las clases, acalla ese conflicto de clases”. Afirma también que el capitalismo tardío, al estar determinado por una política de compensaciones, se asegura la lealtad de las masas dependientes del trabajo constituyendo una política de evitación del conflicto. En ese contexto, Habermas señala la función de la ciencia y la tecnología en esta etapa capitalista caracterizada por el desarrollo científico y técnico, “las fuerzas productivas ya no operan a favor de la ilustración como fundamento de la crítica de las legitimaciones vigentes, sino que se convierten en base de la legitimación. El método científico, que conducía a una dominación cada vez más eficiente de la naturaleza, proporcionó también tanto los conceptos puros como los instrumentos para una dominación cada vez más efectiva del hombre sobre el hombre a través de la dominación de la naturaleza”.

En este contexto es fundamental remarcar el papel del darwinismo como forma de legitimación de la opresión y como la “racionalización” del sometimiento de la libertad del hombre a la libertad de mercado. La intervención del darwinismo en la sociedad se ha descrito como darwinismo social, aunque el término no tiene una definición única aceptada”.

DARWINISMO SOCIAL

EXPLICACIONES TRADICIONALES

“El darwinismo social -como muchos conceptos relacionados al darwinismo- es un concepto que suma más confusión que certezas, lo que resulta en un fortalecimiento de la supremacía de las ideologías y doctrinas dominantes. Podemos reconocer una confusión previa a la definición de darwinismo social que se extiende desde los conceptos básicos, como limitar el darwinismo únicamente a una teoría, cuando se trata sobre todo de una ideología y de una visión del mundo que es transversal a todos los planos de la realidad. Hay que destacar que fueron las ideas dominantes-económicas, sociales-que dieron origen, al decir del propio Darwin, al libro en el cual se sustenta el dogma darwinista (Salvucci, 2012, Sandín, 1997, Darwin, 1859).

Una definición de darwinismo social, elaborada de acuerdo a las comúnmente aceptadas, puede formularse de la siguiente manera: “la extensión de las ideas de la lucha por la existencia y la selección natural darwinianas al campo de las ciencias sociales y políticas”. Es una enunciación fundada en el contexto del paradigma dominante, el darwinismo, y del sistema sociopolítico capitalista que lo acompaña. Al definirlo de esta manera-como una protección de las ideas darwinianas a la sociedad-, se logra excluir a Darwin de las consecuencias que tienen la aplicación del darwinismo y la comprensión (y la explotación) de la naturaleza bajo una óptica antropocéntrica y economicista. A partir de considerar al darwinismo la única teoría evolutiva válida, fundamentándose en la opinión de algunos naturalistas (como Haeckel, Virchow y Schmidt, entre otros), se suele realizar un análisis del concepto “darwinismo social” involucrando todas las posibles analogías unidireccionales entre la biología y la sociedad. Con esta perspectiva, se puede justificar la lógica de la economía como un designio natural. Por otro lado, se puede denunciar que esta interpretación, ese destino natural, es una aplicación tendenciosa ante la cual es necesario responder y reaccionar. De manera que se suma vaguedad, polisemia y confusión.

Con el término darwinismo social se describen las proyecciones, analogías y continuidades de la explicación darwiniana de la naturaleza a la economía y a la sociedad. Expresados de forma simple, la lógica de los puntos de vista que se encuentran respecto al concepto es la siguiente: a) Darwinismo social entendido como competencia entre individuos. Se trata de la continuación de esa competencia de la naturaleza a la sociedad. Es un mecanismo natural que haya seres superiores o con ventajas. Esto es beneficioso para la sociedad (guerras, eugenesia, racismo, mejoras genéticas). b) Darwinismo social entendido como competencia entre individuos. Algunos científicos o pensadores han proyectado esta competencia a la sociedad. Esto es malo para la sociedad. Se trata de una mala interpretación de las ideas de Darwin”.

ORIGEN DEL CONCEPTO

“La historia y el relato tradicionales pueden contrastarse con el trabajo de otros pensadores. En 1880, Emile Gautier publica el libro “El Darwinismo social”, donde afirma que “el libro de Darwin se ha convertido en la Biblia de los nuevos explotadores, el sacrificio del débil será justificado en nombre de la ciencia”. En la misma obra, el autor intenta enfocar de manera opuesta el concepto de darwinismo social. Precisamente lo menciona como una forma de la solidaridad, protección de las víctimas del sistema de mercado y la colectivización de los medios de producción. Para Gautier, se trata de una reacción a las ideas económicas del darwinismo (Bequemont, 2011).

Sin embargo, las disquisiciones de Gautier no fueron tenidas demasiado en cuenta. El término reaparece desde entonces vinculado a las definiciones enunciadas más arriba en los puntos A y B de la sección anterior. De esta manera, cuando, intencionalmente o no, se define al darwinismo social como una aplicación del darwinismo en la sociedad y la economía, como la continuación del darwinismo, se salvaguarda la figura de Darwin ante las formas que toma el darwinismo social en el siglo XX (eugenesia, nazismo, mejora racial). Pese a la imagen que se ha construido de Darwin, tótem y genio indiscutido, es conocida su posición eugenista.

Aquellos análisis siempre soslayan aquel origen y fuente del éxito darwiniano: las ideas sociales y económicas de Malthus, Smith y Spencer constituyen la base darwiniana (Salvucci, 2012, Sandín, 2000). Identificar esta situación implica aceptar que se trata de la proyección de una ideología y, por otro lado, la clara intencionalidad de la misma: justificar, como había señalado Engels, como ley natural la desigualdad entre los hombres, consecuencia del libre mercado. Es fácil extrapolar el darwinismo al comportamiento del libre mercado o a la doctrina del laissez faire, porque en realidad tiene su origen en él. Engels llamó a esto un engaño infantil, que consiste en proyectar la economía del libre mercado inglesa del siglo XIX a la naturaleza y utilizar una justificación natural (o ley) para explicar el libre mercado y su desigualdad consecuente (Engels, carta a P. L. Lavrov, 1875). La ley económica capitalista se convierte así en ley universal incuestionable. La competencia y la supervivencia de los más aptos bajo este sistema económico se deben a un orden natural.

Teniendo en cuenta el origen socioeconómico del darwinismo, el darwinismo social es simplemente darwinismo. Sandín afirma entonces que el darwinismo social es una redundancia .Se pueden diferenciar, entonces, las siguientes definiciones: c) Darwinismo como la proyección de las teorías económicas del libre mercado a la naturaleza. d) Darwinismo social: la continuación de las prácticas económico-políticas del libre mercado y el capitalismo utilizando una justificación natural. Se establece que las leyes darwinianas son leyes naturales, en tanto que se tratan de imposiciones económicas. De esta manera, el naciente capitalismo encuentra un maquillaje científico que lo va a acompañar a lo largo de toda su evolución y expansión”.

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