Por Carlos Belgrano.-

Estas elecciones acreditaron dos cosas, a saber:

1) Que Massita alcanzó el techo peronista, que no supera los 32 puntos reales, con más los 4 de fraude, al sólo efecto de posicionarse por encima de ese Robocop de utilería que, de no haberse comido la mula, sería el favorito para el 19 N.

2) Que, en las definitorias, este último tiene aún para colectar la mayoría de los 30 puntos, sumatorios entre las exequias de un JxC que ha dejado de existir y que será, a partir de mañana, reemplazado por un radicalismo, si bien debilitado, pero en una situación de mayor dignidad que los seguidores de Macricio, de ahora en más, huérfanos de toda solemnidad.

Ahora bien, en un mero ejercicio deductivo, aplicando la mera sensatez y sentido común, no es nada traumático de hipotetizar que, Milei podrá calotearse al menos de 20 puntos de desencantados apostadores en favor de la curda -Bullrich- que son de una naturaleza febrilmente antiperonista.

De manera tal que, si este anarcoso hace medianamente bien las cosas, le esperan 50 puntos y, secuencialmente, la victoria.

Dependerá en mucho de que se abstenga de exhibirse como un neo judío y que, le dispensará a Beijing e Itamaraty un trato de enemigos, merced a esa muletilla anacrónica de ser antimarxista.

Si desea batir el parche con la dolarización, en realidad no lo afectará en uno u otro sentido, pero debe seducir al interior, sobremanera, haciendo hincapié en que eliminará todas las retenciones agropecuarias.

Y que trabajará sobre un plan cierto y creíble para extinguir en un plazo fijo y breve a los planeros.

Si desiste de inmiscuirse en primera persona a estos dos ítems, resultará vencido.

Porque, desprovisto de ambos, no tendrá ningún estandarte serio para hacer flamear en su derredor.

Y, adicionalmente, porque para asirse a cualquier propuesta de gobierno, debe de abandonar ese lenguaje críptico de una macroeconomía que nadie le entiende, porque hasta él ignora su contenido intrínseco.

Cuenta con una ventaja inapreciable, consistente en que su contrincante, como acaricia ciertas posibilidades triunfalistas, aunque del todo ficticias, porque su tope es precisamente el que obtuvo, y por ello, mañana no le prenderá fuego al país.

Que ralentizará hasta la nocturnidad de los comicios en noviembre, muy a pesar que reitere la manipulación electrónica que hoy obtuvo, cuando ordenó accionar el sistema Election 360 que adquirió recientemente.

Porque, a partir de uno o dos días, la peca que metió tendrá -espero- suficiente difusión, aunque más no sea, a cargo de los pedorristas de siempre con LN+ a la cabeza que ahora, sin la beoda de su lado, se inclinarán por el de la motosierra.

Respecto del blue, al menos aquí en el DC, frente a la incertidumbre electoral, seguirá picando en alza y, los que saben, pronostican que alcanzará las dos lucas durante la próxima quincena.

Veremos cuanto acontezca, pero a todos mis compatriotas los prevengo sobre que se imponga uno u otro; la diferencia entre ambos nada tendrá de sustantiva, porque ellos dos y todos los demás, pertenecen a la membresía del «Aparato».

Estribando la única diferencia entre estos dos payasos que, si se impone ese pichón de Frankenstein, si toma mi sugerencia, le servirá para subirse al podio.

Pero únicamente conseguirá hacer de acelerador lineal para que, un por demás retrasado fratricidio, finalmente sepulte a una Argentina tan corrupta y envilecida como a su vez, vejada, sea inhumada, para una vez fenecida, provoque la parición de otra saneada.

Por ello, hago votos para que…

CON LOS RESULTADOS DE HOY MILEI SERÁ PRESIDENTE.

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