Por Hernán Andrés Kruse.-
Uno de los aspectos interesantes para observar y analizar a raíz de la pandemia que azota a la humanidad desde hace unos meses es el comportamiento que están adoptando ciertos presidentes. Apenas se tuvo conocimiento de la aparición del Covid-19 Donald Trump, Boris Johnson y Jair Bolsonaro no tuvieron mejor idea que subestimarlo, considerarlo inocuo como la gripe. El problema fue que a pesar del efecto devastador del virus en países importantes como Italia y España, estos mandatarios continuaron con su estrategia de subestimación del problema. De los tres Boris Johnson fue el único que cambió radicalmente de postura por una razón de peso: casi se muere afectado por el coronavirus. Experimentó en carne propia lo que significa tener en el cuerpo a semejante intruso. Donald Trump amagó con cambiar de estrategia pero al poco tiempo retomó su postura inicial de desafiar al bicho pese a ver delante de sus narices cómo la pandemia azota sin piedad a Nueva York. Finalmente, Jair Bolsonaro (es un secreto de estado si está o no infectado) no para de mostrarse en actos rodeado de personas y alentando, al igual que Trump, la rebelión contra el Covid-19.
La pregunta que se cae de madura es la siguiente: ¿por qué actúan de esa manera? Es probable que, al detentar semejante poder, crean realmente que pueden desafiar al coronavirus. A continuación paso a transcribir un artículo firmado por el médico psiquiatra Eduardo Medina Bisiach que puede ayudarnos a desentrañar semejante incógnita.
EL SÍNDROME HYBRIS: CUANDO EL PODER ENFERMA
El término poder proviene del latín “possum”, que de manera general significa ser capaz, tener fuerza para algo, o lo que es lo mismo, ser potente para tener dominio o posesión de un objeto físico o concreto, o para el desarrollo moral, político o científico. El discurso del poder es el discurso de las obligaciones a través de las que el poder somete, es el discurso por medio del cual el poder fascina, aterroriza, inmoviliza. Al atar e inmovilizar, el poder es fundador y garantía del orden. El acoplamiento del conocimiento erudito y los saberes locales debe permitir la formación de un saber que puede ser utilizado como una táctica actual ante el poder. Sería como una “insurrección de saberes”, al decir de Foucault, para regular los efectos del poder centralizador que impone, con un discurso organizado, un modelo determinado dentro de una sociedad como la nuestra. El problema se plantea cuando un ciudadano corriente entra en política, y obtiene el poder o un cargo importante. Tiene un principio de duda sobre su capacidad, pero aparece una legión de incondicionales que lo congratulan y principia a pensar que está ahí por méritos propios; recibe halagos por su belleza, inteligencia y sapiencia. Empieza a sobrellevar el llamado Síndrome Hybris (término creado por Owen, un legislador inglés) de desarrollo paranoide: todos quienes se oponen a él o a sus ideas son enemigos personales, llega a sospechar de todo el que le haga una pequeñísima crítica y a incomunicarse de la sociedad. El poder no está en manos del más capaz, pero quien lo ostenta cree que sí y empieza a comportarse de forma narcisista. En la actualidad, la palabra hybris es traducida como soberbia. Los psiquiatras lo identificamos en quienes ejercen posiciones relevantes de poder, “un conjunto de síntomas evocados por un disparador específico: el poder”. Esos síntomas desaparecen al cesar el poder. Los síntomas incluyen excesiva confianza en sí mismo, orgullo exagerado, desaire por los demás. Tiene rasgos en común con el narcisismo (exagerado amor por uno mismo), pero es una manifestación más aguda que incluye el abuso de poder y la posibilidad de perjudicar la vida de otros. Las consecuencias negativas modernas de las acciones provocadas por la hybris parecen estar asociadas a una falta de conocimiento y una carencia de humildad. Y aquí la ligo con la vanidad. Cooley dijo: “La vanidad bien alimentada es benévola, una vanidad hambrienta es déspota”. Es un tipo de arrogancia, petulancia, una expresión exagerada de la soberbia. La circunstancia de que este síndrome sea tan común solamente en política se verifica porque en otros contextos es más usual que el que esté arriba sea el más capaz.
En política no es así, porque los ascensos van más ligados a un “amiguismo” decisorio. Desde el punto de vista psiquiátrico, el Síndrome Hybris como tal no existe, pero sí sus síntomas separadamente, y predominan en protagonistas que han adquirido mucho poder de cualquier tipo, sin tener las condiciones psíquicas básicas para esgrimirlo. Este sería el núcleo de esta situación anímica. La condición necesaria para que esto ocurra es la poca madurez psicológica en una personalidad con un mundo de gran subjetividad y una afectividad especial. Si a ello le agregamos una insuficiente formación cultural, un desarrollo humano frágil y en circunstancias desfavorables, podemos ver a políticos en esta situación prácticamente tocando el grotesco. Este tipo de cuadro psicológico afecta sobre todo a la clase política, como dije anteriormente, ya que es la que básicamente puede adquirir un desmesurado poder en un instante dado con una nula o escasa preparación humana. La reacción de defensa consecuente suele ser la distancia, la rigidez y el aislamiento del entorno. Esto ocurre cuando no hay una base consistente y amplia en lo intelectual, una afectividad estable y sin grandes oscilaciones, y una cultura profunda del entorno. Es el terreno adecuado para que el político tarde o temprano presente el llamado Síndrome Hybris. Según Owen y Davidson, los líderes que son víctimas de hybris presentan como características: “Ven el mundo como un lugar de autoglorificación a través del ejercicio del poder; muestran una preocupación desproporcionada por la imagen y la manera de presentarse; exhiben un celo mesiánico y exaltado en el discurso; identifican su propio yo con la Nación o la organización que conducen; pierden el contacto con la realidad; se otorgan licencias morales para superar cuestiones de practicidad, costo o resultado”. En sistemas políticos como el argentino, signados por la inestabilidad de poder, el culto a la personalidad y un presidencialismo caudillesco, quizá sus acciones sean más alarmantes. No vaya a pasar, como reza aquel famoso proverbio antiguo: “Aquel a quien los dioses quieren destruir, primero lo vuelven loco”.
Sitio Argentino de Producción Animal (2013)
24/04/2020 a las 9:49 AM
HASHTAGS#C U A R E N T E N A – C R I M E N -D E -L E S A -H U M A N I D A D
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HASHTAG####FERNANDEZ FERNANDEZ Y CIA GENOCIDAS
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24/04/2020 a las 11:19 AM
Yo me pregunto quien explica la decision de Fernandez/Fernandez de imponer una cuarentena indefinida para una economia ya bastante raquitica. Una explicacion logica indica aprovechar la bolada para avanzar al socialismo (expropiaciones, prohibiciones, controles de precios, controles de cambio, criminalizacion de libertad economica, control de la economia con medidas policiales), pero los resultados a hoy son socialmente catastroficos. Lo que habria que ver es si esas medidas disminuyen los efectos de la pandemia o solamente la difieren a dos o tres semanas para adelante. Solo cuando haya pasado la pandemia se va a poder evaluar quien estuvo mas acertado, si Trump y Bolsonaro o los Fernandez. Muertos cada 100.000 habitantes, hambre y desocupacion resultante, condiciones en que queda la economia.
24/04/2020 a las 12:46 PM
HASHTAG####FERNANDEZ FERNANDEZ Y CIA GENOCIDAS
24/04/2020 a las 12:52 PM
Lianne Boyd
Hace 1 día
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¡Qué irónico es que quien ha barrido con nuestras libertades sea, ni más ni menos que profesor de derecho penal! ….
24/04/2020 a las 12:48 PM
G …………E ………..N ……… O………..C…….. I ……….. D……. A……..S
24/04/2020 a las 12:51 PM
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24/04/2020 a las 1:10 PM
Ademaa, para la comparacion, Bolsonaro y Trump, reciben critica por «abtenerse del uso del poder», en cambio los Fernandez ante la misma situacion tratan de maximizar la aplicacion de poder personal, a granel y sin racionalidad en gran parte de los casos, borrachera de poder.
24/04/2020 a las 3:30 PM
LAS MARCAS DE DESINFECTANTES, ANTI-PARASITARIOS PARA ANIMALES, ETC ESTAN ADVIRTIENDO A LA POBLACION NO USARLAS DESPUES DE LO DICHO AYER POR DT.
Esto es serio porque un forista de IP ha dicho varias veces que se puede ingeir una anti parasitario IVERMECTINA para luchar contra el virus.
https://www.wsj.com/articles/lysol-maker-warns-against-internal-use-of-disinfectants-after-trump-ponders-treatment-options-11587746107
24/04/2020 a las 10:26 PM
Hubris! vieja noción socorrida por los antiguos griegos.
Quizás la mayor ofensa que podía realizar un griego a los Dioses, no otro cosa que la °Desmesura» el trasponer los límites.
Quizás una noción más trascendente que las propuestas por el limitado Sir Owen, o el estructuralista Foucault.
Rubrico y adhiero a la frase del cierre de la nota.
25/04/2020 a las 1:12 PM
RAZONEN EL PROBLEMA NO ES EL CORONAVIRUS PARA LA MAYORIA, SI LAMENTABLEMENTE PARA POCOS.
POR ESO A ESTA ALTURA SEGUIR DEBATIENDO OBVIEDADES PRESENTES Y PASADAS ES DE BOLUDOS.
POR ESO RECOMIENDO A LOS MAS LUCIDOS, POCOS POR ACA, QUE SE FIJEN EN SU FUTURO.
EL QUE NO REACCIONE PERSONALMENTE CON SUS AHORROS O INVERSIONES, Y SIGA NEGANDO QUE EL DOLAR NO TIENE TECHO Y QUE VA CAMINO A LO QUE CUESTE UN KILO DE CARNE. PERTENECERA A LA NUEVA GENERACION DE POBRES ESTRUCTURALES YA IMPIADOSAMENTE, EN FORMACION ACELERADA.