Por Hernán Andrés Kruse.-

Ante el fracaso de las negociaciones entre el sindicalismo docente y el Gobierno, Ctera decidió convocar a un paro nacional de 48 horas la semana próxima y otro para el 21 y el 22 de marzo. En la provincia de Buenos Aires María Eugenia Vidal elevó su propuesta tan solo un punto (del 18 al 19 por ciento), lejos de la propuesta del Frente Gremial Docente (35 por ciento). Mirta Petrocini, titular de la Federación de Educadores Bonaerenses, dijo que se había tomado la decisión de no aceptar la propuesta del ejecutivo provincial en todos sus términos. Luego disparó munición gruesa contra el oficialismo al preguntarse quien era el responsable de dejar a los chicos sin clases. El viernes 10 a la noche Vidal escribió en Facebook que “la provincia de Buenos Aires está fundida” y el ministerio de Trabajo anunció que dictará una conciliación obligatoria para frenar la medida de fuerza. Por su parte, el lord mayor porteño, Horacio Rodríguez Larreta, reiteró su oferta consistente en el pago del 18 por ciento en dos cuotas, lo que fue inmediatamente rechazado por los gremios. Eduardo López, secretario general de UTE, dijo que “el problema no es de números sino de absoluta decisión política”.

El primer paro nacional de 48 horas resulto por el congreso de Ctera incluirá protestas con marchas, actos, radios abiertas, foros y abrazos a las escuelas. Para Ctera estos actos son el preludio de la Marcha Federal Educativa del 21 y 22 de marzo. Además, anunció que iniciará acciones legales contra Esteban Bullrich, ministro de Educación, por no cumplir con lo dispuesto por la Ley de Financiamiento Educativo. En un comunicado firmado por la secretaria general Sonia Alesso y el de prensa Alejo Demichelis, Ctera “exige al ministerio de Trabajo que convoque a la Paritaria Nacional Docente como forma de resolver los conflictos en todo el país”. Mencionan, entre otros motivos, “los numerosos conflictos provinciales, los “techos salariales”, la ausencia de propuestas a convocatoria en varias provincias, la situación de los despidos en el Ministerio de Educación, de los tutores del INFoD y de los Planes Socioeducativos”.

El frente compuesto por Suteba, FEB, UDA, AMET (técnicos), Sadop (privados) y Udocba, más los estatales de ATE y UPCN, mantuvo una reunión en la capital bonaerense con los ministros Finocchiaro (educación), Villegas (trabajo) y Lacunza (economía). Mientras los maestros piden un incremento del 25 por ciento más otro 10 por ciento para recuperar lo que se perdió en materia salarial el año pasado, el gobierno bonaerense ofrece un 19 por ciento a pagarse en enero (5), abril (5) y septiembre (9). Esta “generosa” oferta implica, en los hechos, una suma en negro que oscila entre 500 y 1000 pesos según los cargos y una remunerativa que oscila entre los 1500 y 3750 pesos. Roberto Baradel, titular de Suteba, manifestó que “rechazamos categóricamente esta propuesta porque nuevamente, después de una movilización de 100 mil personas reclamando la paritaria nacional y una medida de fuerza que se sostuvo hasta hoy, nos vienen con una oferta que es apenas un aumento de uno por ciento”. En esta oportunidad la medida de fuerza incluirá a los profesores del secundario, que el lunes 13 comienzan las clases. Para Petrocini se trata “de la misma propuesta, son los mismos números dados vuelta, no hay que engañarse”. “Algunas cifras son muy sonoras y altisonantes pero no es nada más que un préstamo que al tercer mes se diluye”, destacó la dirigente para luego indicar que “para destrabar el conflicto se debe recuperar el poder adquisitivo” que se perdió el año pasado. Por su parte, el titular de Udocba, Miguel Díaz, propuso al gremio docente “festejar que van a ganar 64 pesos más en el año”. “La señora gobernadora tiene que darse cuenta de que tiene que salir del empecinamiento salarial. Los docentes no podemos vivir con este salario. Que no se escondan detrás de los alumnos”, reclamó. Oscar de Isasi, secretario de ATE Provincia, consideró que la propuesta “deja los docentes por debajo de la línea de pobreza” y adelantó que “ATE está evaluando una medida de alcance nacional junto a trabajadores judiciales y profesionales de la Salud”. La gobernadora se valió de las redes sociales para defender la postura oficial: “a pesar de haber trabajado para seguir el diálogo con los gremios, con los chicos en las aulas, muchísimos alumnos en nuestra provincia no tuvieron clases durante 4 días. Nos duele, tanto como a ustedes, tener que pasar por esta situación”. Más adelante remarcó que la provincia está “fundida” e hizo un llamamiento para continuar con la negociación “aún sin estar convencidos de la buena voluntad de algunos de los gremios” (fuente: “Sin voluntad para normalizar las clases”, Página/12, 11/3/017).

En su edición del 12 de marzo Página/12 publicó un artículo de Edgardo Mocca titulado “La encrucijada peronista”. Dice el autor: “Hace pocas horas Héctor Dáer declaró que para que se levante el paro hace falta que el gobierno abandone la política de beneficiar a los ricos y perjudicar a los pobres. Parece difícil que en las dos próximas semanas, Macri decida invertir la naturaleza de su gobierno” (…) “De lo que se está discutiendo es de política” (…) “Es de política que se trata, pero ¿cuál es el lugar político de los sindicatos y de la central obrera?”

“En principio, los sindicatos no juegan directamente el juego de la política de partidos: son organizaciones que agrupan a los trabajadores de distintas ramas de la producción sin distinción de preferencias políticas ni ideológicas. En la historia real este pluralismo de los sindicatos ha sido siempre relativo: en la génesis del movimiento sindical está su condición de herramienta del conjunto de la clase trabajadora en la lucha por mejorar no solamente sus condiciones económicas sino también políticas. Claro que la interpretación de ese anhelo común ha dividido y divide a los sindicatos” (…) “La conducción de la CGT ha sido desde entonces (1945) peronista pero su conducta política ha pendulado entre la moderación negociadora y la combatividad abarcando todo el espectro posible de posiciones intermedias” (…).

“Es inevitable que las formas de la reunificación de comienzos de 2016 estuvieran condicionadas por un diagnóstico político” (…) “El triunvirato nació como administrador de una transición sindical inmersa, a su vez, en una transición política. Los tres miembros de la dirección tienen historias político-sindicales diferentes; confluyen, sin embargo, en que ninguno de los tres expresa simpatía por la experiencia política kirchnerista. No es extraño entonces que el diagnóstico político establecido en el inicio y sostenido todos estos meses tenga la forma de una colocación de Cristina y del kirchnerismo en el pasado. Y que su brújula haya sido la de una lenta recomposición del peronismo en un alejamiento progresivo de la ruta política de los doce años anteriores. La confluencia en este punto con el relato macrista es absoluta. Pero, claro, es una confluencia general que no anula los problemas de una difícil relación signada por un interrogante: cómo se hace para recomponer un peronismo como alternativa electoral aceptando pasivamente el rumbo adoptado por un gobierno de signo diferente. Esa es la tensión que está en el centro del episodio del martes último, independientemente de las formas patéticas que asumió” (…).

“Si se observa el modo en que se ha ido moviendo la situación interna del Partido Justicialista, puede aparecer más claramente lo que es un marcado desfase del discurso cegetista respecto de la tendencia más general. Desde los tiempos de la sobreactuación de la responsabilidad, de la gobernabilidad y del consenso…ha pasado mucha agua bajo los puentes peronistas. La resistencia a los tarifazos, los conflictos sociales intensificados, la caída constante de la imagen del gobierno, la persistencia de la presencia de la ex presidente en un lugar central de las adhesiones populares y, en la última etapa, el conjunto de derrapes de la gestión Macri…han ido desplazando el centro de la escena” (…) “La cúpula cegetista ha venido moviéndose de un modo oscilante. Se endurece su discurso contra el gobierno pero no actúa Se moviliza junto con otras centrales por una ley que proteja a los trabajadores contra los despidos pero hace silencio cuando Macri veta la ley aprobada por el Congreso. Es crítica del gobierno pero al mismo tiempo-y con mayor énfasis-rechaza la experiencia última de gobierno peronista. Hay algo así como el intento de hacer valer el peso de la central obrera en el proceso político interno del peronismo en una determinada dirección” (…).

“El martes pasado las indefiniciones de Schmid, Daer y Acuña alcanzaron un punto extremo. La presencia masiva, plural, intensa y activa de centenares de miles de trabajadores se encontró con el vacío. Convocados para aprobar por aclamación un paro general se fueron sin ninguna novedad. Acaso al triunvirato le hubiera convenido invertir el orden de la acción: tomar primero una decisión y convocar después a los trabajadores para comunicarla. Ahora no pueden salir del callejón. Si aprueban el paro, será porque las bases los desbordaron. Si no lo aprueban tendrán que demostrar que el gobierno de Macri se convirtió en un gobierno industrialista e inclusivo” (…) “La indefinición no es neutra. Debilita a los trabajadores y da un respiro al acorralado gobierno” (…) “El paro que los trabajadores ya han decidido más allá de cualquier gesto dirigencial será una potente voz política emitida por millones de argentinos y argentinas. Una voz que se impondrá traspasando el muro de silencio y de invisibilización mediática que ha rodeado estos meses y sigue rodeando al enorme sufrimiento popular provocado por las políticas del gobierno y a las múltiples resistencias que protagonizan diversos sectores sociales y muy principalmente los trabajadores formales e informales. Un acto político en el más fuerte y mejor sentido de la palabra”.

En su edición del 12 de marzo, La Nación publicó un artículo de Morales Solá titulado “Una ofensiva para desestabilizar a Macri”. Dice el autor: “El viernes pasado, un día sin huelga docente, muchos maestros bonaerenses que militan en el kirchnerismo o la izquierda no fueron a trabajar. El paro posterior estaba decidido antes de la reunión con el gobierno de María Eugenia Vidal” (…) “Roberto Baradel, jefe del sindicato docente más influyente, es el líder gremial que mejor expresa la alianza entre el kirchnerismo y la izquierda. No es sólo una especulación de Vidal cuando dice que todos ellos están buscando desgastarla. Ella constituye el mayor capital político de Mauricio Macri, es la dirigente de Pro más popular del país y la gobernadora de la monumental y díscola Buenos Aires. Después de Vidal, sucederá la ofensiva final contra el Presidente, sobre todo si perdiera las elecciones de octubre. Cristina Kirchner, que inspira o dirige gran parte de esos movimientos, está convencida de que sólo podrá salvarse de su tragedia judicial con Macri fuera del poder. Cristina se ha convertido en la figura política más frontalmente destituyente desde 1983” (…) “Un próximo paro general de la CGT es inevitable. La central obrera no puede admitir que las últimas imágenes de sus dirigentes sean las de pobres hombres que huyen de la furia de kirchneristas e izquierdistas. Es la historia del poderoso sindicalismo peronista la que está en juego. Es, otra vez, el kirchnerismo el que los llevó a esa ratonera sin alternativas. El gobierno no puede cambiar sus políticas para protegerlos de tales trastornos” (…) “El kirchnerismo, que fue hasta el año pasado un grupo aislado, está ahora impregnando con sus paradigmas todo el debate político. El otro peronismo, que existe, desapareció en los días de odio y depredación”.

“Una cosa distinta son los argumentos con que respaldan las medidas de fuerza tanto la CGT como los maestros. Recesión, despidos, política neoliberal. El diagnóstico choca con la evaluación de la unanimidad de los economistas. Según Orlando Ferreres, la economía recuperó desde octubre pasado la mitad de la caída que sufrió desde junio de 2015. En dos o tres meses más, se habrá superado totalmente la caída de fines del gobierno de Cristina Kirchner y principios del de Macri” (…) “El campo, que es el sector más dinámico de la economía argentina, tendrá este año la cosecha agrícola más grande desde 1810” (…) “El argumento de la recesión no se sostiene, aunque es cierto que el crecimiento del campo se siente mucho después en los centros urbanos, que es donde hay mayor densidad poblacional. Según estimaciones del Ministerio de Trabajo, existe un leve repunte en la oferta de trabajo que dejaría al empleo en las mismas condiciones que cuando se fue Cristina” (…) “El único dato cierto es el informe de la Universidad Católica Argentina sobre la pobreza. Hay un millón y medio de pobres más desde diciembre de 2015. Cristina había dejado más de diez millones. Si en los tiempos sin estadísticas de Cristina le creíamos a la UCA, ¿por qué no creerle ahora? El informe señala que el crecimiento de la pobreza tuvo una desaceleración en el segundo semestre del año pasado. Es lo mismo que muestra el Ministerio de Trabajo en materia de empleo” (…).

“La mayoría de los empresarios valora el cambio de clima político que significó el gobierno de Macri. No obstante, muchos de ellos estaban más cómodos con la economía cerrada de Cristina. Las características de esa economía permitió que los argentinos ignoraran el valor de las cosas en el mundo. Los precios son aquí muy caros” (…) “Todo es mucho más barato no bien se sale de las fronteras argentinas. Si eso sucede dentro del país, no hace falta detenerse en la carencia de competitividad que tiene la Argentina para enfrentar el comercio internacional. Es cierto que aquí los costos laborales son muy altos y que la presión tributaria es ya insoportable. Ésa es la parte que le toca al Estado, pero los empresarios locales están también acostumbrados a fijar precios sin competencia con el mundo. En ese punto hay una alianza implícita entre sindicatos y algunos empresarios. El enemigo es para ellos el neoliberalismo de Macri, una categoría que no sirve para definir nada” (…).

“Macri investigó las encuestas hasta llegar a una conclusión. La caída de su imagen en las últimas mediciones se debe fundamentalmente a que se terminó la magia de las compras en infinitas cuotas. Los precios al contado no cayeron mucho y, encima, la gente común tomó nota de que el precio que termina pagando en cuotas es muy alto” (…) “Hay una autocrítica del oficialismo en ese asunto, que coloca la culpa en el secretario de Comercio, Miguel Braun. Detrás del escenario, el Gobierno libra una lucha con los bancos y con las tarjetas de crédito para que bajen el satelital nivel de los intereses y las comisiones” (…) “En ese contexto reapareció Cristina, los cristinistas de alma, Baradel y La Cámpora. Pasearon sus sublevaciones, su beligerancia y su grosería por la ciudad durante días interminables. El peronismo moderado (Pichetto, Bossio, Massa) dio un paso al costado. Es hora de que también ellos se coloquen en algún lado antes de que sea tarde. La única excepción fue el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que salió a defender principios democráticos y modernos. Aquella crispación gremial y callejera le sirve a Macri en sus combates internos. Pero un exceso de descontrol confunde a la sociedad, a los gobernantes extranjeros y a los inversores. A todos ellos, Macri suele responderles con una frase lacónica: “Yo prometí que no gobernaría el peronismo, no que el peronismo desaparecería”. Lo primero deberá confirmarse en octubre, y lo segundo es imposible”.

En su edición del 12 de marzo, Página/12 publicó un artículo de Horacio Verbitsky titulado “Tres es tres”. Dice el autor: “Lunes 6, docentes; martes 7, centrales sindicales; miércoles 8, mujeres. La semana más intensa de los últimos años transcurrió con multitudes en las calles (cerca de un millón de personas según los organizadores) y casi sin incidentes, salvo unos forcejeos y empujones al terminar el acto de la CGT y una cacería de mujeres lanzada desde los gobiernos nacional y porteño dos horas después de la desconcentración” (…).

“Una pobre quema de papeles en la vereda fue convertido por los comentaristas en un atentado a la Catedral, y el secretario de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro, justificó la acción policial contra lo que llamó “violencia brutal” de las chicas. Nada dijo de la agresión a quemarropa contra una de ellas con balas de caucho, ni sobre la decisión de no detenerla para evitar que quedara registro de sus heridas, y muy poco sobre la presencia junto con la policía del militante del partido neonazi del fuhrer de Balvanera Alejandro Biondini” (…) “Las palabras de D´Alessandro son graves porque defendió la presencia de policías de civil encargados de marcar manifestantes para detenerlos horas después y a centenares de metros de distancia, con el pretexto de “proteger la integridad física de los terceros”, lo cual es un contrasentido” (…) “El paro fue transversal a todas las fuerzas políticas, e incluso mujeres dirigentes de la Alianza Cambiemos publicaron su adhesión, como la diputada de PRO Silvia Lospennato, quien resumió su acompañamiento en la jerarquización del Consejo Nacional de la Mujer y en la igualdad de derechos laborales. En su libro “Mujer, sexualidad, Internet y política”, el consultor Jaime Durán Barba declara la muerte de las ideologías y los relatos totalizadores como motivación de “los nuevos electores latinoamericanos”. No obstante el 8M incluyó una extensa serie de reivindicaciones que lo constituyó en un rotundo enfrentamiento con las políticas oficiales. Una represión tan violenta como innecesaria prueba que esa lectura fue compartida por el Gobierno” (…).

“El desgaste oficial no perdona ningún aspecto. La economía ha dejado de caer con el vértigo del año anterior, pero tampoco se recupera en forma perceptible mientras todas las mediciones indican que han crecido la pobreza y sobre todo la indigencia” (…) “Al mismo tiempo cayeron la imagen del presidente y de la gobernadora bonaerense María E. Vidal y las expectativas sobre el futuro de la situación económica y recuperó consistencia la desazón por los problemas de seguridad. De la mano de los negocios personales del presidente con el Correo y con la línea aérea Macari, que forzaron un apresurado retroceso, se instalaron con una fuerza inédita dos certidumbres paralelas: que el actual es el gobierno de los ricos y que no está en condiciones de predicar honestidad y transparencia. Es como si se hubiera disipado el hechizo que durante un tiempo hizo olvidar quién era y de dónde venía el hombre de negocios dudosos con el Estado Maurizio Macri. La duda que acucia a su gobierno es si esto tiene regreso o es un plano inclinado que sólo podrá acentuarse. La resistencia social a las políticas oficiales, que retrasó y complicó su ejecución, tampoco se atenuará ahora”.

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