Por Luis Américo Illuminati.-

En este link de TN figuran opiniones dispares sobre la decisión de Milei de solidarizarse con Israel y EE.UU., el link anoticia: «Javier Milei regresará a la Argentina para conformar un comité de crisis por el ataque de Irán contra Israel», allí son más los que critican a Milei que los que lo apoyan. Al dar francamente yo mi parecer en ese foro improvisado, obtuve 65 adhesiones y 18 en discrepancia con argumentaciones muy estultas. Es interesante leer todos o casi todos los comentarios sobre el tema. De todos ellos, rescato uno solo -aunque disiento- y a continuación reproduzco mi parecer.

«Estimado Luis, esto no se trata de viajes ni de tiempos -es una decisión Inconsulta que nos Importa la Guerra y posibles Atentados Terroristas de manera Gratuita solo por Genuflexión-hoy más que nunca en este Mundo Multipolar con Ramificación de Conflictos-la postura Geopolítica a tomar es la de la Tercera Posición (Neutralidad Activa) en Protección de Nuestra Patria -Territorio -Soberanía -Estrategia -Recursos- Habitantes. Esto es un total disparate que termina en Juicio Político».

Estimado Sr. Arango. Discúlpeme, pero ya no va más la Tercera Posición sustentada por Perón en su momento, hoy es una cosa anacrónica. No olvide que el Gral. Perón formó parte de un gobierno de facto que le declaró la guerra a la Alemania nazi cuando ésta ya estaba derrotada y después recibió a muchos fugitivos nazis -criminales de guerra- con los que hizo negocios. No se puede regresar al pasado. Es lo mismo que querer revivir las corporaciones del Medievo. Estamos en el Siglo XXI. Tomar partido no es ninguna genuflexión. La neutralidad con el terrorismo es meter la cabeza en un agujero como el avestruz, máxime en este momento -tiempos apocalípticos- donde no hay lugar del planeta donde el hombre se encuentre a salvo ante una posible Tercera Guerra Mundial. La Argentina sufrió en 1992 y 1994 dos graves atentados terroristas por parte del Estado Islámico de Irán, lo que implica una aleve e insidiosa forma de «atacar sin declarar la guerra» (Así procedió Japón con EE.UU. en Pearl Harbor). Menos mal que después de 30 años la Cámara Federal de Casación Penal puso fin a la impunidad y declaró la plena responsabilidad de Irán, dejando sentado que fue «un crimen de lesa humanidad». Por último, no olvide que varios países de Latinoamérica (México, Brasil, Perú, Bolivia y otros) ayudaron a derrotar a los nazis, mientras que la Argentina actuó como el avestruz, cosa que una vez concluida la contienda las fuerzas aliadas le pasaron una pesada factura. Por otra parte, la Argentina, por tradición e historia está enraizada a la herencia de la civilización grecolatina originada en Europa sobre cuyas bases se consolidó la cristiandad, cohesión de hombres con metas afines que durante siglos batallaron para reconquistar los territorios invadidos por el Islam. Si Carlos Martel en Poitiers (Año 732) y Don Pelayo en Covadonga (718 a 722) se hubieran quedado de brazos cruzados, seguramente toda Europa hoy sería dominio islámico, sin olvidar la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), donde una coalición cristiana, llamada Liga Santa, integrada por el Papa, la República de Venecia y la monarquía de Felipe II de España vencieron a los turcos otomanos (que eran seguidores de Mahoma como los árabes). En esa heroica batalla luchó el autor de Don Quijote de la Mancha, por cuyas heridas le quedó inutilizado el brazo izquierdo. Toda esa rica y noble herencia hace que nuestra brújula apunte hacia Europa y nada tenga en común con el mundo islámico o comunista. Por último, cabe destacar que si Sergio Massa -candidato de Cristina Kirchner- hubiera ganado las elecciones de octubre, por la alianza y relaciones previas del kirchnerismo con la República de China (a quien CFK siendo presidenta le permitió establecer una Base secreta en Neuquén), y por el funesto «memorándum de entendimiento» con Irán, sin duda se habría inclinado a favor de este último, ya que son aliados a través del amigo común Nicolás Maduro, tiranuelo de Venezuela.

Ignoramus et ignorabimus

No ignoramos de lo que es capaz Cristina Kirchner, pero lo que ignoramos es hasta qué punto del infinito llega la soberana y crónica estupidez de aquellos incompetentes de la masa electoral que jamás se atrevieron a protestar de las incalificables tropelías de Cristina o, por lo menos, exigirles a los venales inquilinos del Congreso que se le iniciara Juicio Político. La bandera roja de la corrupción pendía en todos los despachos de los obsecuentes subordinados de Cristina. Pero ahora todos unidos quieren un Juicio Político a Milei por motivos o causales existentes sólo en sus cabezas trastornadas.

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