Por Paul Battistón.-

Un marroquí abofeteando una mujer en el metro para que le desocupe el asiento es el retrato de una España que se muere apuñalada por la traición de la progresía anti corridas pero embebida de indignación hipócrita y selectiva. ¿Qué hubiera sido de un pobre macho español acomodando al abofeteador de mujeres con un puñetazo en la posición geográfica correcta? Seguramente encarcelado por discriminación religiosa y xenofóbica.

España se va al bombo… ¿Es una exageración?

Ahhh… seguro es exagerado, pero un tal Iglesias no presidió España por milagro. Y por el milagro de su nueva buena vida soplaron por poco tiempo nuevos aires de respiro.

En los slogans, la derecha siempre es vende patria pero en los datos, la izquierda es un colectivismo sin fronteras. Nunca habrá indignados por un Maduro o un Ortega, tampoco una voz de alerta por un Putin pero sí un rechazo absoluto resumido en el calificativo de ultraderecha a un Milei o un Bolsonaro.

Vamos… que ultraderecha nunca hubo. ¿O acaso existió algún régimen donde la libertad a ultranza rozara el anarquismo? Porque de eso se trata, ¿no? Lo diametralmente opuesto a la exagerada regulación, el excesivo control y la apremiante opresión que una ultra izquierda significa. O sea, un estado agobiante, aunque te lo dibujan como estado presente.

¿Sánchez es el resultado de la desesperación o del irrenunciable objetivo de las izquierdas de tomarlo todo “a como sea”?

¿La ETA era izquierda? ¿El separatismo catalán es una inocente expresión de liberación? Lo que sean pero encajan en la destructiva capacidad de la incapaz izquierda. Así llegó Sánchez.

Desdibujar Argentina en Patria grande, Bolivia en plurinación, son buenos antecedentes para pensar en micro gránulos de Españas, nada más fácil de digerir que algo triturado.

Nuevamente los invasores, ya no disfrazados de republicanos, ahora en cambio de colectivos de buenas dañinas intenciones. ¿Qué cruzada de extranjeros irá a combatir a tierras españolas por la causa (la causa de su decadencia). Quizás esta vez sea una cruzada subsahariana que abofeteen a las majas.

Colón partió llevando España hacia un nuevo horizonte (girando el planeta) casi al mismo tiempo que los invasores eran expulsados de la península. Hoy Elon Musk intenta un nuevo horizonte (fuera del planeta) casi al mismo tiempo que la península intenta ser desgranada para ser arrojada como migas a los invasores.

España era la siguiente ficha del dominó, ya no quedaba nada interesante y factible para estropear en América. España era la conquista populista que la izquierda necesitaba, justo a la par de la difícil Francia (como su dicción) y en la piel misma de la OTAN.

Quienes sólo se limitan a afirmar que lo de Milei fue un viaje particular costeado por las arcas del estado, entonces particularmente no han entendido el estado de las cosas. La ficha del dominó a punto de ser empujada ha sido repentinamente apuntalada de un rugido. Es el inicio de una cruzada. Las cruzadas son cosas de locos y es cuestión de estado no quedarse sin madre.

¿Que lo de Milei fue inútil? Todo el mundo sabe hoy más de la torpeza de Pedro Sánchez y lo corroboran con su reacción de retiro del embajador justo en una época donde la hiperconectividad y las nuevas formas del comercio sobrepasan las vinculaciones diplomáticas. Un maullido erróneo justo cuando todos comienzan a oír tras el rugido de alarma.

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