Por Luis Alejandro Rizzi.-

Es probable que nadie o muy pocos hayan pensado que el gobierno de Javier Milei tendría su conflicto más grave con un gobernador del PRO, y es mucho menos probable que se pensara que justo la Provincia de Chubut, con sólo 600 mil habitantes, sea una de las partes de este conflicto que, con la excepción de la provincia de Tucumán, se nacionalizó.

Blas Pascal había distinguido entre el espíritu de finesse y de geometría pero, si hubiera conocido a Javier Milei, hubiera agregado el espíritu de grosería, que diría es propio de las personas que sólo saben generalizar a partir de un prejuicio -LA CASTA- que confunden la parte con el todo, que padecen de “daltonismo vital”, no distinguen los matices, y que defienden su fundamentalismo o fanatismo supersticioso mediante el agravio y la agresión. Los pseudo inteligentes son groseros por naturaleza.

Las personas con “espíritu de grosería” son resentidos y sólo creen en la “agonalidad” y en sus valores que poco o nada tienen que ver con los valores culturales.

Lilita Carrió dijo con agudeza, según el diario Clarín: “Las sociedades rotas, resentidas, votan resentidos. Es el primer efecto de los últimos 20 años de la Argentina, de un populismo pseudo izquierdista que de republicano no tenía nada”.

Pienso que vivimos en una sociedad agrietada y una de las causas eficientes de ese agrietamiento es precisamente el resentimiento que genera y potencia todo fracaso continuado.

No dudo en afirmar que el resentimiento, genera rencor y sentimiento de despecho. Las personas con “espíritu de grosería” son los “nerones” de la tipología de neurosis descriptas por Kunkel, en su libro «La formación del carácter».

Es cierto, no todos los que votaron a Milei en el balotaje fueron neuróticos, pero probablemente lo hayan sido el 30% que lo votó en primera vuelta, la sociedad de la que habla Carrió.

El voto “bronca” es finalmente un voto de venganza, de despecho, un voto de impotencia, sería la expresión más cabal de la “CONTRADEMOCRACIA”, un voto negativo de la gente que sólo sabe lo que no quiere, que es lo que representa Milei.

Un voto anárquico y Milei se define como “anarcocapitalista”

El 26% que Milei agregó a su real capital político es gente que pensó que era el medio para que muriera naturalmente lo viejo y pudiera nacer o desarrollarse ese feto de lo nuevo que yacía en las entrañas de una parte de la sociedad. Milei debía ser el “político partero” de lo nuevo y el piadoso sepulturero de lo viejo, no su “político abortero” o eutanásico.

Es obvio, Milei jamás entendió por qué logró conformar un patrimonio político del 56%, le faltó el “espíritu de finesse” para distinguir la composición de ese caudal de votos.

La política es agonal en sus formas pero en su esencia es arquitectónica, porque debe promover el “bien común” y resolver la saga de conflictos de modo racional, que es lo que finalmente la gente acepta, aunque sea con entendible resignación.

Cuando el conflicto se “resuelve de modo agonal”, genera resentimiento y despecho, es el punto en que el conflicto desemboca en la “anarquía” donde precisamente gobiernan los factores de presión. A ese puerto parecido al promontorio llamado Siracusa, donde reinaban los cánticos de las sirenas de la Odisea-Ligea, Parténope y Licosia-, nos está conduciendo el “anarcocapitalismo” de Javier Milei, como sabemos, quienes caen seducidos por esos cantos jamás regresarán a su hogar.

Ricardo Balbín, con resignada sabiduría, dijo en las vísperas del golpe de 1976: “Algunos suponen que vengo a dar soluciones. No las tengo, pero las hay”.

Pasa que las soluciones no son patrimonio de algunos o de unos providenciales, se buscan entre todos. Milei las busca excluyendo y por su camino sembrado de agravios y agresiones nos acerca de modo irresponsable a los famosos últimos cinco minutos de los que también habló Ricardo Balbín, en ese mismo discurso; no es la misma circunstancia fáctica de hoy pero tiene una similitud: es un momento institucional extremadamente crítico.

Javier Milei parecería que por medio del conflicto pretende, más que lograr fines políticos, destruir lo que se le oponga, que es otro modo de perder. Krishna no fue un buen consejero para Arjuna. “El guerrero invencible”, ganó el combate pero quedó el dramático testimonio de cientos de muertos.

Es obvio, quedó sellada la imposibilidad de cualquier tipo de acuerdo entre el PRO y LLA.

Milei seguirá solo, cree que ese es su destino. Paradojalmente va en contra del destino de la sociedad.

Hay una incompatibilidad.

Share