Por Luis Américo Illuminati.-

La intolerancia a la opinión divergente y pacífica es una forma antidemocrática de convivencia. La guerra de Malvinas en relación a sus resultados políticos-materiales y psicológicos y espirituales tiene sus panegiristas, revisionistas y críticos. En el caso mío soy malvinero, pero no lanzo diatribas ni cancelaciones contra argentinos que discrepan y no reivindican ni justifican dicho evento bélico y dan razones que se pueden o no compartir, pero no por eso se los debe denostar y considerarlos enemigos. Algunos de éstos han perdido familiares y amigos.

En mi posteo titulado «La bandera argentina no se entrega» donde es exaltada la actitud del teniente Guidobono de no entregar la bandera argentina al enemigo británico al producirse la rendición de nuestras tropas en Malvinas. Dicho posteo lo publiqué en las páginas de La Gaceta Liberal y de la Comunidad Sanmartiniana Nacional.

https://www.facebook.com/groups/618707341643265/permalink/2170301783150472/

Un miembro llamado Furman hizo el siguiente comentario. «Pura cháchara, en la vida se gana o se pierde; esto me recuerda cuando le hacen un reportaje a el entrenador que perdió el partido y el tipo dice: jugamos muy bien, pero perdimos cinco a cero». Yo le respondí con respeto y moderación lo siguiente. Sr. Furman. Está completamente equivocado, si bien tiene el derecho de discrepar, no es justo lo que afirma. Un acto de recuperación de la soberanía no es igual que un partido de fútbol donde nadie muere por un ideal. Se puede disentir sobre los motivos que tuvo el gobierno militar para tomar la decisión -desacertada, acertada o inoportuna- de tomar las islas Malvinas, pero la actitud de los jóvenes soldados y oficiales que no pidieron ir a esa guerra, sino que cumplieron con el deber de defender la bandera, no puede ser menospreciada. Piénselo bien y verá que su opinión no sólo es arbitraria y sin fundamento sino injusta. Furman me respondió con el mismo respeto y consideración. «Sr. Luis Illuminati: su opinión es muy respetable, pero permitamos no estar de acuerdo con Ud. Si a mí se me ocurre pelearme con Tysson después no puedo quejarme porque el tipo me rompió la cara a puñetazos».

Y lo que siguió es verdaderamente insólito. El Sr. Alejandro Saleme, que presume de pertenecer al «Instituto browniano», en primer término, coincide y comparte el posteo, pero después más abajo sale a decirme que «mi respuesta a Furman era una canallada y que por eso yo era un traidor a la patria».

Esta fue nuestra respuesta.

Sr. Saleme. Ud. ha utilizado calificativos que son agravios gratuitos a mi persona por la respuesta dada a otro miembro que no estaba de acuerdo con el resultado del conflicto de Malvinas. Dicha respuesta fue dada con la moderación y el respeto a la opinión ajena haciéndole ver su error al discrepante. (…) Tal respuesta es correcta y no la suya que vertió conceptos que son agravios gratuitos y sin fundamento, pues decir que dicha respuesta es «una canallada» y tratarme de «traidor a la patria» revela que Ud. no entiende o no admite divergencias ni puntos de vista que no concuerdan con el suyo y no ha entendido el alcance de la respuesta dada por mí como moderador al Sr. Furman. Decir que la decisión del gobierno militar haya podido ser «desacertada, acertada o inoportuna» no es motivo suficiente para denostarme en tales términos. Vivimos en un país que se supone democrático y en una democracia se deben tolerar las divergencias. Y en dicha respuesta no cuestiono en absoluto «la causa Malvinas» sino que le hace ver al discrepante su error sin desmerecer su persona ni agraviar. Desacertada, acertada o inoportuna son las diferentes visiones que existen sobre la decisión y el momento de la Junta Militar de recuperar las islas y no un cuestionamiento a la guerra de Malvinas o su resultado».

Share