Por Luis Américo Illuminati.-

Gustav Meyrink es el autor de la novela «El Golem» (1915) que inspiraría el célebre poema de Borges, narra la historia de un joyero que reside en Praga y a raíz de una anécdota inicial casi intrascendente, la realidad comienza a transformarse paulatinamente hasta convertirse el lugar en un paisaje de pesadilla. Su obra fue prohibida por los nazis y también por los comunistas por «retratar los movimientos de masas como peligrosas expresiones de la irracionalidad humana. El Golem es una metáfora del poder de la barbarie y del colectivismo sin normas éticas, un monstruo biomórfico mandado y dirigido por un ser humano malo y perverso.

Cuenta la leyenda que en el siglo XVI el rabino Loew fue quien creó el Golem, una criatura o monstruo similar al creado por el diabólico doctor Víctor Frankenstein. Otra leyenda afirma que el Golem habría sido creado en distintas ocasiones y por otros personajes a lo largo de toda la Edad Media. La primera existencia del Golem se remontaría a los orígenes mismos de la humanidad, donde un Golem habría sido creado por una persona creyente y cercana a Dios. Y como Adán, el Golem habría sido creado a partir del barro. Así, la creación de Adán por Dios es en principio inspiradora y referente de la creación de todo Golem y similar en su comportamiento a un robot o androide; el Golem carece de un alma y su creación presenta ventajas y desventajas. El Golem es fuerte, pero no inteligente; si se le ordena llevar a cabo una tarea, la llevará a cabo de un modo sistemático, bestial y ejecutando las instrucciones de un modo literal, sin cuestionamiento o razonamiento alguno.

Existe un pasaje de la leyenda, según el cual la esposa de un rabino le pidió al Golem que fuera «al río a sacar agua», lo que el Golem realizó al pie de la letra: fue al río, y comenzó a sacar agua del mismo sin parar, hasta que terminó por inundar la ciudad. Según esta la leyenda, la incapacidad principal del Golem era la incapacidad de hablar y razonar lógicamente. Es posible que la creadora de la famosa novela de la criatura monstruosa de Frankenstein -el moderno Prometeo- Mary Shelley se haya inspirado en la leyenda del Golem, igual que la implacable doctora Cristina Kirchner, con la diferencia que ésta ha convertido en realidad de pesadilla la leyenda y la ficción.

En efecto, en la Argentina, el gobierno de la infamia ha creado su propio Golem colectivo: una turbamulta que le obedece ciegamente, que arremete contra lo que sea, instituciones o personas, apoya, aplaude y defiende la corrupción más escandalosa que se tenga memoria. Para mantener contenta y degradada a esta turbamulta o «golem colectivo» promueven la mentira, la locura y la falopa, además de los planes para piqueteros, además del evidente favorecimiento y connivencia con otros vándalos de izquierda como los falsos mapuches.

Todas estas aberraciones e imposturas han convertido a la Argentina en una sucursal del Infierno. Cabe aclarar que según las distintas versiones acerca de la existencia y funcionamiento del Infierno, hay una en especial que encaja perfectamente con la idiosincrasia prevalente en la Argentina y es la que dice que el Infierno, tiene varias secciones para los siguientes réprobos: 1) criminales, 2) malditos, 3) cínicos, 4) hipócritas, 5) violadores, 6) vagos, 7) vividores, 8) ladrones, 9) falsarios, 10) estafadores, 11) locos, 12) pelotudos, 13) Infieles, 14) traidores a la patria.

* La escultura de Poznan en Polonia se halla frente a la Universidad de las Artes en la calle Aleje Marcinkowskiego y fue realizada en el año 2010 por el escultor checo David Cerny.

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